Aurelio Torrente

Aurelio Torrente, nacido en Huesca hace 50 a?os, es director del Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo desde enero de 1985. Cuando entr¨® en contacto con los fondos del museo, su primera impresi¨®n fue de rabia y fastidio por la escasez de obras de Picasso. Tal vez por ello, Torrente se empe?¨® en organizar la exposici¨®n de 61 piezas de primer orden que integran la muestra que el s¨¢bado pr¨®ximo se exhibir¨¢ en el MEAC y que probablemente pasar¨¢ a formar parte del patrimonio espa?ol.

Aurelio Torrente dice de s¨ª mismo que es un aragon¨¦s t¨ªpico: gente un tanto r¨ªgida, formalista y cumplidora, con una fuerte vena superrealista. Su recorrido profesional y personal es un ejemplo de esta peculiar combinaci¨®n. Es un hombre de gustos refinados, que vive en el lujoso ¨¢tico de uno de los pocos edificios modernistas de Madrid con su hijo Lorenzo, un pelirrojo de cinco a?os habido de su matrimonio con Blanca Luca de Tena, de la que enviud¨® hace a?o y medio.Hijo de una familia de clase media alta que se vio forzada a exiliarse a Venezuela -el padre militaba en Izquierda Republicana-, Torrente hizo los estudios primarios y secundarios en el Instituto-Escuela de Caracas. En Espa?a curs¨® la carrera de Derecho y trabaj¨® durante dos a?os en Amsterdam, en una compa?¨ªa de navegaci¨®n donde su familia ten¨ªa intereses econ¨®micos. Despu¨¦s de ganar las oposiciones para t¨¦cnico de informaci¨®n y turismo, trabaj¨® en la Editora Nacional y posteriormente se traslad¨® a Roma como agregado de turismo de la embajada, un destino adecuado para un sibarita cOmo ¨¦l. En la capital italiana permaneci¨® cinco a?os. All¨ª conoci¨® a su mujer, quien trabajaba en Parma como profesora de literatura espa?ola y dirig¨ªa una colecci¨®n del editor Franco Mar¨ªa Ricci.

Ya en Madrid, Torrente ocup¨® diferentes cargos en el campo del turismo, corno subdirector general y como responsable de exposiciones. A la direcci¨®n del MEAC lleg¨® en enero de 1985 y desde entonces el museo vivi¨® una revitalizaci¨®n gracias a la organizaci¨®n de exposiciones tan multitudinarias en visitantes como las dedicadas a Claude Monet o Paul C¨¦zanne.

Traer una gran exposici¨®n de Pablo Picasso era uno de sus m¨¢ximos sue?os. Por iniciativa propia, y sin contar con el presupuesto del Ministerio de Cultura, Torrente estableci¨® contacto el pasado junio con Jacqueline, la viuda del pintor, recientemente fallecida. Desde entonces, Torrente visit¨® ocho veces a Jacqueline en su castillo de Aix-en-Provence. El acuerdo entre ambos fue inmediato. "Vamos a armar un gran ruido con esto", le dijo Jacqueline a Torrente. Ella seleccionar¨ªa lo mejor de la espl¨¦ndida colecci¨®n de m¨¢s de 2.000 obras. Un total de 61, todas de primer orden, y muchas de ellas, desconocidas. Torrente, todav¨ªa afectado por la noticia de la muerte de Jacqueline, recuerda que, a finales de la pasada semana, ella le anunci¨® telef¨®nicamente que toda la exposici¨®n era para Espa?a. Ahora espera que aparezca una prueba escrita de este deseo, convencido de que, si esto no ocurre, hay peso suficiente para reclamar ante los tribunales.