Reagan recoge lo positivo del discurso de Gorbachov
Estados Unidos ha decidido escuchar s¨®lo la parte positiva del discurso de Mijail Gorbachov del pasado mi¨¦rcoles e insistir en el deseo del l¨ªder sovi¨¦tico y de Ronald Reagan de llegar a un acuerdo de reducci¨®n de armamentos, olvidando la guerra de los esp¨ªas, que ha dejado sin apoyo administrativo a la Embajada de EE UU en Mosc¨². Los sovi¨¦ticos han eliminado a los 260 ciudadanos de su pa¨ªs que hac¨ªan posible la vida diaria de la representaci¨®n diplom¨¢tica, a la que hacen pagar un precio muy alto. Washington ha declarado una tregua, por boca del portavoz del Departamemto de Estado, Charles Redman.
El Departamento de Estado anunci¨® que se limita a aplicar la reciprocidad y no permitir¨¢ a ning¨²n ciudadano norteamericano trabajar en la Embajada sovi¨¦tica en Washington o en el Consulado de San Francisco. Esta restricci¨®n no ser¨¢ muy importante para la URSS, que emplea en este pa¨ªs a un n¨²mero muy reducido ?de personal auxiliar estadounidense.Sobre: este tel¨®n de fondo, que podr¨ªa sugerir una congelaci¨®n del esp¨ªritu de Reikiavik, ayer se anunci¨® que la Administraci¨®n norteamericana est¨¢ confundida y piensa rebajar en la negociaci¨®n de Ginebra los acuerdos de desarme que los dos l¨ªderes estuvieron a punto de firmar en Islandia. Un desarme nuclear en Europa, eliminando los euromisiles de la OTAN, y una reducci¨®n dr¨¢stica de las fuerzas estrat¨¦gicas de EE UU provocan dudas en el Pent¨¢gono, al parecer no suficientemente consultados en la cumbre de Islandia, y serios temores en los aliados europeos, que temen verse fuera del paraguas nuclear norteamericano y abrumados por la superioridad de fuerzas convencionales de la URSS en el viejo continente.
Los duros de la Administraci¨®n -fundamentalmente William Casey, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y Edwin Meese, ministro de Justicia- impusieron, frente a un Shultz que no quiere ver torpedeada la oportunidad de seguir negociando con los sovi¨¦ticos, impusieron la pol¨ªtica de dureza en esta batalla de esp¨ªas, y parecen satisfechos de lo conseguido. Con la expulsi¨®n de 55 diplom¨¢ticos de la URSS de Washington y San Francisco y 25 de la ONU hemos logrado, dicen, decapitar las operaciones de espionaje y toda la direcci¨®n del KGB y el GRU (espionaje militar sovi¨¦tico) en el pa¨ªs. "Es el fin de una era", dicen. Esta dureza con Mosc¨² se vende muy bien en la Am¨¦rica profunda 10 d¨ªas antes de unas elecciones claves para renovar el Congreso.
Optimista y esperando capitalizar la cumbre de Islandia, Ronald Reagan afirm¨® ayer que las dos superpotencias "est¨¢n m¨¢s cerca que nunca" de un gran acuerdo de reducci¨®n de arsenales nucleares, pero s¨®lo gracias a que EE UU se ha rearmado y negocia desde una posici¨®n de fuerza. El presidente hizo esta declaraci¨®n antes de iniciar un viaje electoral para apoyar a los candidatos republicanos, que corren el peligro de perder el control del Senado en las importantes elecciones del 4 de noviembre. La Casa Blanca, preocupada por los sondeos de opini¨®n que indican que los dem¨®cratas tienen posibilidades de recuperar el control de la C¨¢mara m¨¢s importante del Congreso, ha decidido utilizar su gran arma: el gran comunicador.
Washington mantiene su ret¨®rica optimista, a pesar de las cr¨ªticas formuladas por Gorbachov contra el presidente y su visi¨®n de una Casa Blanca dominada por los halcones, ante los que Reagan se muestra incapaz o a los que no quiere doblegar. Pero la Administraci¨®n prefiere seguir pensando que es m¨¢s ruido que nueces y que la URS S est¨¢ condenada a entenderse con este presidente, aunque no sea sobre el gran compromiso de la eliminaci¨®n de los misiles bal¨ªsticos, o incluso estrat¨¦gicos, en un per¨ªodo de 10 a?os, sino sobre objetivos m¨¢s limitados como los euromisiles o las pruebas nucleares.
La posibilidad, anunciada por el presidente, de pasar a un mundo no nuclear, abandonando en dos d¨¦cadas la filosof¨ªa de la disuasi¨®n basada en la destrucci¨®n mutua asegurada (MAD), provoca serios temores en Europa y en la propia clase militar norteamericana. The Washington Post aseguraba ayer que las quejas de los aliados de la OTAN y de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EE UU han forzado a la Casa Blanca a, aguar los grandes compromisos casi alcanzados en Islandia, y enviar instrucciones a los negociadores en Ginebra para pactar acuerdos bastante menos hist¨®ricos que los sugeridos. El secretario de Defensa, Caspar Weinberger, desminti¨® ayer esta, informaci¨®n al asegurar que Ronald Reagan no ha retirado sus propuestas de Reikiavik.
[El Parlamento Europeo, en una resoluci¨®n adoptada ayer, responsabiliza a Estados Unidos del fracaso de la cumbre de Reikiavik, y se?ala que "lamenta profundarriente que la inflexibilidad norteamericana sobre la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica haya hecho fracasar una ocasi¨®n hist¨®rica."]
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