La otra cara de la moneda

El panorama musical en Madrid a veces proporciona sorpresas. Una banda, o mejor un grupo de amigos, procedente de Tucson (Arizona, Estados Unidos), con su furgoneta, instrumentos y poco m¨¢s ha recalado en Espa?a despu¨¦s de recorrer varios pa¨ªses europeos. Giant Sand practica un country-rock duro y ruidoso con una an¨¢rquica puesta en escena: sombreros que pasaban de cabeza acabeza, botellas de cerveza en cantidad considerable, cuerdas de guitarra rotas y canciones estructuradas y arregladas casi sobre la marcha.Lo que pretenden es divertirse interpretando una m¨²sica con la que han crecido, y si el aficionado incondicional les acompa?a, mucho mejor.

Con estos planteamientos, el concierto -que quiz¨¢ se podr¨ªa definir m¨¢s ajustadamente como un ensayo general ante el p¨²blico- fue un permanente altibajo. Momentos muy brillantes se alternaron con otros declaro desconcierto, compensados por la fuerza, ganas y energ¨ªa del grupo, en el que habr¨ªa que destacar a sus dos guitarristas invitados con sus steel guitar y slide -instrutmentos t¨ªpicos del country y el blues-, y a Howe Gelb, cantante y compositor.

Para reafirmar ese aire de aficionado que caracteriz¨® la actuaci¨®n de Giant Sand tampoco faltaron problemas t¨¦cnicos, y el humo que desped¨ªan los amplificadores les oblig¨® a finalizar en penumbra, sin luces ni sonido, ante la estupefacci¨®n general. Un grupo en el lado oscuro, el polo contrario a la perfecci¨®n de los grandes montajes del rock.

Para los amantes de los triunfadores habr¨¢ otras ocasiones y otros conciertos. La otra cara de la moneda, opuesta a la que Giant Sand representa.