Cor¨¢n y ca?ones
Los islam¨®logos de Occidente no se ponen de acuerdo, cuando de una pa¨ªs musuIm¨¢n se trata, sobre qu¨¦ es m¨¢s importante para que un grupo determinado prevalezca, si el Cor¨¢n o los ca?ones. Sud¨¢n, dividido y en guerra ,desde que se pierde la memoria de la aventura colonial en los archivos del Foreign Office, es un caso t¨ªpico de incapacidad para responder a este dilema.Vestido con su tradicional burnus, que tanto recuerda la sotana sacerdotal, Ahmed Osman Mekki, diputado del partido Frente Nacional Isl¨¢mico (FNI) de Sud¨¢n.,graduado en Historia por la universidad de Jartum y director del peri¨®dico Al Raya, sostiene que Gadidafi,que era el principal apoyo de John Garang, ha cambiado de t¨¢ctica y ahora intenta jugar a mediador entre el Gobierno de Jartum y el l¨ªder del Sur.
Mekki no ve en ello ninguna contradicci¨®n, y entiende que, dadas las circunstancias internacionales para Libia, Gadidafi lo que desea. es actuar como mediador entre Jartum y Garang, porque, si lograse triunfar, eso le propocionar¨ªa un cr¨¦dito enorme en un pa¨ªs hastiado a de una guerra que cuesta un mill¨®n de libras sudanesas (unos 335 millones de pesetas), diarias. Para un pa¨ªs tan empobrecido, con m¨¢s de un 80% de la poblaci¨®n analfabeta y que se muere literalmente de hambre, se trata de una cifra astron¨®mica.
Las posibilidades de Gadidafi de tener ¨¦xito, afirma Mekki, son actualmente grandes, aunque dependen del grado de apoyo que le d¨¦ la URSS y la actitud de Estados Unidos."Pero, si triunfa, eso le proporcionar¨¢ un enorme cr¨¦dito en este pa¨ªs cansado de guerrear entre s¨ª". "Con ello", afirma el diputado del FNI (53 esca?os en un Parlamento de 265 y que, junto con los Hermanos Musulmanes de Sud¨¢n, controla el poderoso jefe Hassan Tourabi), "quedar¨ªa cerrado el cerco de Egipto que los pa¨ªses, ¨¢rabes radicales, con la ayuda de la URSS, quieren estrechar cada vez m¨¢s".
"Es un cintur¨®n que va desde Yemen del Sur a Etiop¨ªa, pasando por ?frica central, Congo, Chad ' y Libia". "?sa es la raz¨®n", a?ade, "por la cual la URSS apoya en Chad a Gukuni Uedei".
Seg¨²n Mekki, John Garang pertenece a una de las dos ramas de la tribu dinka, del sur de Sud¨¢n, que, con un mill¨®n de miembros, es la mayor del mundo. Pero sostiene que en la zona existen otras tribus, aunque minoritarias, que no acatan a Garang, como los shumuks y los oueis, que viven en la regi¨®n de Equatoria.
"Cuando Garang inici¨® su lucha en 1955", explica. Mekki, "comenz¨® hablando de un Sud¨¢n afro¨¢rabe; ahora sostiene, incluso en p¨²blico, que todos los que sean de origen ¨¢rabe deber¨¢n marcharse del pa¨ªs. Pero la gente es y se considera, africana y ¨¢rabe a la vez, y la lengua es el ¨¢rabe".
Cor¨¢n, Biblia, animismo y ritos africanos constituyen el basamento de esta guerra. Seg¨²n el Consejo Internacional de Iglesias, el 18% de los sudaneses son cristianos, el 17% musulmanes y el resto animistas y practicantes de ritos africanos. Pero la cuesti¨®n religiosa se introdujo definitiva y decisivamente en la guerra con la decisi¨®n del derrocado presidente El Numeiry de aplicar la sharia o ley isl¨¢mica a todo el pa¨ªs.
El diputado del FNI estima que Garang cuenta con algunos apoyos en el ej¨¦rcito, donde el 90% de la soldadesca procede del Sur y se alist¨® para encontrar un trabajo.
Los sudaneses del Norte, por el contrario, cuando buscan empleo, emigran de su pa¨ªs, con lo cual la fuerza armada es, desde el punto de vista del n¨²mero, mayoritariamente sure?a. La tribu guerrera de los nuba, integrada en el ej¨¦rcito, se ali¨® con Garang.
Hoy, seg¨²n Mekki, existen posibilidades de un golpe militar en Jartum que interrumpa la Incipiente democracia. La actitud de Estados Unidos, seg¨²n ¨¦l, es ambigua, porque, como el islamismo despunta como una fuerza predominante, "los estereotipos y el temor de que se pueda repetir un Ir¨¢n en Sud¨¢n son dif¨ªciles de combatir".
Momento crucial
"Algur¨ªas asociaciones eclesi¨¢sticas y de derechos humanos, e incluso congresistas norteamericanos", sostiene Mekki, "apoyan a Garang, y ¨¦ste, que es licenciado en Econom¨ªa Agr¨ªcola por una universidad norte arnericana, mantiene una oficina en Estados Unidos". El Frente Nacional lsl¨¢mico, al que pertenece Osman Mekki, es partidario de convertir a Sud¨¢n en un sistema federal de nueve o 10 Estados. "Sud¨¢n", concluye, "est¨¢ a la b¨²squeda de su propia identidad desde hace 30 a?os, y ahora se encuentra en un momento crucial'.
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