Un proyecto conservador, derrochador y continuista
He aqu¨ª algunas razones de tal posici¨®n cr¨ªtica.Primera. A lo largo de todos los Presupuestos el Gobierno se reserva la posibilidad de realizar toda clase de transferencias entre secciones y otras modificaciones presupuestarias, lo que representa una absoluta discrecionalidad. De hecho, el Presupuesto se concibe as¨ª como un gran cheque en blanco con el cual trastocar los compromisos de gasto p¨²blico inicialmente aprobados por la representaci¨®n soberana del Parlament¨®.
Segunda. El Presupuesto es marcadamente regresivo, como lo demuestra que la proporci¨®n de impuestos indirectos supera ampliamente los impuestos directos. Ello repercute en una mayor carga tributaria para los contribuyentes que perciben rentas menores, debido fundamentalmente al peso del IVA y de las tasas fiscales, as¨ª como de otros elementos de la imposici¨®n indirecta.
Tercera. Las modificaciones en la metodolog¨ªa de preparaci¨®n de los Presupuestos hace t¨¦cnicamente imposible las comparaciones interanuales, con lo cual el Gobierno oscurece todo el planteamiento y desarrollo de su pol¨ªtica econ¨®mica, cada vez m¨¢s derechizada.
Cuarta. Los gastos fiscales (exoneraciones de impuestos, bonificaciones fiscales, etc¨¦tera) que figuran dentro del presente Presupuesto suponen una disminuci¨®n en la recaudaci¨®n extremadamente importante -en torno a 700.000 millones de pesetas-, no siempre justificada por razones de pol¨ªtica econ¨®mica progresiva. Sin pretender la desaparici¨®n de tales beneficios para determinados contribuyentes, s¨ª es necesaria una mayor racionalizaci¨®n en su aplicaci¨®n para evitar la existencia de bolsas de privilegios, que no son aceptables bajo ning¨²n criterio de justicia fiscal.
Quinta. El Presupuesto no presenta caracteres, favorables a la expansi¨®n econ¨®mica, en gran parte debido a la insuficiencia de recursos por las inraensas bolsas defraude, cuyo volumen cabe cifrar en cantidad no inferior a la total recaudada por la aplicaci¨®n del IRPF (en torno a 1,3 billones de pesetas).
Sexta. El tope que en los Presupuestos Generales del Estado se establece para las retribuciones de los funcionarios p¨²blicos y para las pensiones -un 5% respecto al a?o anterior- resulta absolutamente insuficiente a la vista de la tendencia del proceso inflacionista (1986 terminar¨¢ seguramente en el 8,5% o el 9%) y cuyas expectativas para 1987 se han cifrado en el 5%, a todas luces con un claro voluntarismo. Mantener ese castigo a funcionarios y pensionistas (en torno a 6,5 millones de personas) es empobrecerlos desde arriba, debilitar la demanda global y frenar la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Presi¨®n fiscal mayor
S¨¦ptima. La actual tarifa del impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas representa, desde luego, un impacto muy fuerte para ciertos perceptores de renta por el llamado efecto de "progresividad en fr¨ªo", derivado del proceso inflacionista. En otras palabras, son muchos los contribuyentes que sin aumentar su capacidad real de gasto est¨¢n entrando en intervalos de una presi¨®n fiscal cada vez mayor. Para impedir tales efectos es necesaria una revisi¨®n de la tarifa. Ello es acuciante, pues datos oficiales y oficiosos vienen a revelarnos claramente que los trabajadores est¨¢n contribuyendo m¨¢s por IRPF que los empresarios y los profesionales, en contradicci¨®n flagrante con el prop¨®sito progresivo del impuesto sobre la renta.
Octava. La falta de una adecuada conexi¨®n entre los gastos de la Administraci¨®n General del Estado y la transferencia de servicios a las comunidades aut¨®nomas est¨¢ generando un derroche de gran envergadura por solapamiento de las distintas administraciones en los mismos servicios. Aparte, est¨¢n los excesos burocr¨¢ticos, entreverados por doquier con el poder del Gobierno y su partido, el PSOE.
Novena. La financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas, de los ayuntamientos y la articulaci¨®n del fondo de compensaci¨®n interterritorial plantean exigencias que no est¨¢n recogidas en los presupuestos, enviados por el Gobierno a las Cortes Generales, en los que persiste una clara tentaci¨®n centralista en los dos primeros casos, as¨ª como un planteamiento poco solidario en el tercero.
D¨¦cima. Las inversiones reales resultan irrisorias en comparaci¨®n con el volumen total de los Presupuestos Generales, con lo cual se frena la posibilidad de impulsar el desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs. Para hacer posible un mayor esfuerzo de inversiones p¨²blicas, para mejorar los equipamientos sociales, para avanzar en las ¨¢reas de la ciencia e investigaci¨®n y para combatir una situaci¨®n de tres millones de parados y un empobrecimiento cada vez mayor de gran parte de la poblaci¨®n espa?ola es preciso disminuir los gastos dedicados al Ministerio de Defensa; as¨ª como la aplicaci¨®n de parte del ahorro petrolero y del mayor ingreso por IVA a un fondo de inversiones para la creaci¨®n de empleo.
En definitiva, el Presupuesto enviado por el Gobierno a las Cortes amenaza seriamente la soberan¨ªa fiscal de? Parlamento, es marcadamente regresivo, no es transparente en cuanto a la pol¨ªtica econ¨®mica que lleva impl¨ªcito, contiene gastos fiscales en muchos casos no debidamente justificados, persiste en las bolsas de fraude, castiga a los funcionarios y a los pensionistas al empobrecimiento, aumenta la presi¨®n fiscal para los trabajadores, perpet¨²a derroches de gran alcance y contin¨²a con toda una serie de ribetes centralistas en su relaci¨®n con las comunidades aut¨®nomas y los ayuntamientos. Y sit¨²a la inversi¨®n a niveles m¨ªnimos, absolutamente incompatibles con cualquier proyecto de relanzamiento econ¨®mico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.