La reacci¨®n t¨¦cnica entra en la fase descendente
Los mercados de valores han entrado en una fase descendente que no es sino una consecuencia l¨®gica de la prolongada ausencia de expectativas a medio y corto plazo. El esfuerzo reactivador de estas dos ¨²ltimas sesiones se ha quedado en nada, y ha demostrado una vez m¨¢s que lo ¨²nico realmente ponderable es el futuro, y en esta ocasi¨®n los pron¨®sticos brillan por su ausencia o son relativamente pesimistas. Cuando las cosas van mal suele iniciarse una b¨²squeda de argumentos con los que, a posteriori, justificar los movimientos del mercado, y esta vez tanto puede servir el posible encarecimiento de los pasivos bancarios -que, en caso de producirse, impedir¨¢ la baja de los tipos de inter¨¦s- como el que por primera vez en mucho tiempo las operaciones a cr¨¦dito hayan mostrado un claro saldo vendedor. Pero los males del mercado son anteriores, y algunos de los acontecimientos internos con que se pretende explicar la situaci¨®n son consecuencia y no causa de la falta de perspectivas positivas.Las ventas a cr¨¦dito han supuesto tan s¨®lo el 5% del total negociado en la jornada del martes; pero, m¨¢s que este volumen, lo que ha preocupado es que las compras, hasta ahora discretamente activas, han descendido de manera alarmante. Esta apuesta del corto plazo por una fase descendente ha hecho retroceder cualquier intento comprador, frenando la actividad y abriendo algunas de las inc¨®gnitas que durante los ¨²ltimos d¨ªas no quer¨ªan plantearse. Discutir si la bolsa est¨¢ o no cara en estos momentos es uno de los planteamientos que llegan con retraso, y que, como siempre, quedan a merced de la relatividad, ya que no puede ser caro lo que estaba a buen precio un 10% o un 15% m¨¢s alto. Las circunstancias son, en definitiva, lo que decide qu¨¦ precio es bueno o malo, y en estos momentos los inversionistas han decidido poner papel en el mercado.
Los recortes se han producido en la mayor parte de los sectores, pero sobre todo en construcci¨®n y en los tres principales, con p¨¦rdidas muy similares en estos ¨²ltimos. Las escasas plusval¨ªas acumuladas en tres d¨ªas de discreto optimismo han desaparecido de un solo golpe, dejando otra vez para la jornada siguiente la responsabilidad de comenzar de nuevo o de dejarse llevar por los acontecimientos. Por el momento, el equilibrio que disfrut¨® el sector bancario ha cedido el paso a un claro predominio vendedor que ha originado bajas de hasta 26 enteros entre los siete grandes valores del grupo. La inhibici¨®n compradora se ha puesto de manifiesto en el descenso del n¨²mero de t¨ªtulos negociados, ya por debajo de los 250.000.
Electricidad y comunicaciones contin¨²an reflejando el ambiente negativo del mercado y registran peque?os descensos que mantienen a ambos grupos en el ¨²ltimo lugar en cuanto a las plusval¨ªas obtenidas en el ejercicio. En cuanto al grupo de las constructoras, lo ¨²nico destacable es su facilidad para sumarse a los movimientos del mercado, pero esta vez con altibajos importantes, capaces por s¨ª mismos de justificar algunas tomas de beneficios, aunque siempre en casos concretos.
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