El Banco Guipuzcoano, del grupo Banesto, concedi¨® cr¨¦ditos para la compra de sus propias acciones
El Banco Guipuzcoano (en cuyo capital participa con un 30% el Banco Espa?ol de Cr¨¦dito), que est¨¢ presidido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonzalo, que tambi¨¦n fue presidente de Banesto, concedi¨® cr¨¦ditos a particulares para que adquirieran acciones de la propia entidad, vulnerando los preceptos del C¨®digo de Comercio y tratando de disminuir nominalmente su nivel de autocartera. Ello se refleja en una sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Calatayud, que declara nulo un pr¨¦stamo concedido por el Guipuzcoano a Jos¨¦ Nonay Villalba y Palmira Gil Molinero. El banco recurrir¨¢ la sentencia.
El titular del Juzgado de Primera Instancia de Calatayud, C¨¦sar Arturo de Tom¨¢s Fanjul, declar¨® el pasado 26 de septiembre nulo un cr¨¦dito que el Banco Guipuzcoano hab¨ªa concedido a Jos¨¦ Nonay Villalba y Palmira Gil Molinero, por valor de 150 millones de pesetas, con los que hab¨ªan adquirido 118.000 acciones de dicho banco en los primeros meses de 1981.En aquella fecha, marzo de 1981, se instrument¨® una operaci¨®n de adquisici¨®n de acciones del Guipuzcoano, que estaba en una cartera de una sociedad filial del banco, mediante la concesi¨®n de un cr¨¦dito equivalente a la cantidad que costaba la adquisici¨®n de dichas acciones. El pr¨¦stamo, a tres a?os de duraci¨®n y el 12% de tipo de inter¨¦s (muy bajo para los que reg¨ªan en aquel momento en el mercado), ten¨ªa una liquidaci¨®n de inter¨¦s semestral.
Entre el Banco Guipuzcoano y los titulares del cr¨¦dito existi¨® el compromiso de que durante un "per¨ªodo de tres a?os se pact¨® el derecho de adquisici¨®n preferente a favor del banco, sin perjuicio ni beneficio para los prestatarios compradores de acciones", seg¨²n se recoge en la sentencia a ra¨ªz de las diligencias practicadas por el titular del juazgado.
La f¨®rmula utilizada por el Banco Guipuzcoano para deshacerse nominalmente de un paquete importante de acciones que estaba en la cartera de una de sus sociedades filiales, Consejeros de Inversi¨®n, SA y que volvi¨® a esta sociedad cuando se deshizo la operaci¨®n, ha sido tradicionalmente usada en medios financieros para poder presentar ante el Banco de Espa?a una situaci¨®n de relativa tranquilidad patrimonial.
La autocartera de los bancos, numerosa hace unos a?os y potenciada por algunas instituciones para impedir ca¨ªdas de sus niveles de cotizaci¨®n en bolsa, tiene el peligro de que reduce realmente el nivel de recursos propios de dichas entidades, al estar de forma directa o indirecta en la cartera de los propios bancos.
Hasta el pasado a?o, con la reforma del coeficiente de recursos propios y la obligaci¨®n legal de que los grupos financieros presentaran el balance consolidado de todas sus sociedades, era bastante dif¨ªcil conocer con exactitud el nivel de autocartera de las entidades de cr¨¦dito. De hecho, mediante operaciones fraudulentas como ¨¦sta, el volumen de autocartera era imposible de conocer.
La sentencia del juez de Calatayud se limita a declarar nula la operaci¨®n de pr¨¦stamo dise?ada por el Banco Guipuzcoano, sin entrar en mayores profundidades de lo que puede significar este hecho.
La intervenci¨®n de la justicia en esta operaci¨®n se debe a que a finales de 1983 o en los primeros meses de 1984, pero siempre antes de que finalizara el plazo de los tres a?os de vigencia del cr¨¦dito concedido, el Banco Guipuzcoano decidi¨® unilateralmente hacer uso de su prerrogativa de venta de las acciones propiedad de Jos¨¦ Nonay y su esposa, para anular la operaci¨®n sin comunic¨¢rselo a los titulares.
La venta, realizada a un precio inferior al que ten¨ªan las acciones en el momento de la compra, marzo de 1981, produjo unas p¨¦rdidas superiores a los 50 millones de pesetas, que el Banco Guipuzcoano decidi¨® pedir al titular del pr¨¦stamo. La sentencia, al anular la operaci¨®n en s¨ª misma, hace recaer esta p¨¦rdida de 50 millones de pesetas sobre el propio Banco Guipuzcoano.
Pero la operaci¨®n dise?ada ahora hace cinco a?os refleja una realidad m¨¢s importante. En esos momentos el Banco de Espa?a, en su funci¨®n de inspecci¨®n y control de las entidades financieras, ven¨ªa se?alando la necesidad de reducir los niveles de autocartera, que se hab¨ªa mostrado como una m¨¢s de las causas importantes de la crisis bancaria que estaba a punto de darse por cerrada.Las presiones eran crecientes para con todos los bancos, y de hecho de aqu¨ª surgi¨® la operaci¨®n de venta del 10% del capital del Banco Hispano Americano al Commerzbank, que si bien en un primer momento se quiso presentar como un cambio de acciones entre dos entidades, al final ha acabado siendo la eliminaci¨®n de una parte importante de la autocartera que ten¨ªa el Hispano.
Otras entidades, por el contrario, eligieron la v¨ªa de concesi¨®n de cr¨¦ditos, directamente o a trav¨¦s de bancos filiales, para eliminar formalmente sus propias acciones, en espera de tiempos mejores para su colocaci¨®n a trav¨¦s de la bolsa. ?ste fue el camino elegido por el Banco Guipuzcoano y por su banco matriz, Banesto.
La operaci¨®n ahora declarada nula por el Juzgado de Calatayud es buena muestra de ello. Se concede un cr¨¦dito a tres a?os con el objetivo de comprar acciones del propio banco a un tipo de inter¨¦s muy por debajo de los vigentes en el mercado en aquel momento. El 12% de inter¨¦s registrado en la p¨®liza de Jos¨¦ Nonay y su esposa era seis puntos inferior a la media del preferencial de la banca en aquel momento. El cr¨¦dito se utiliza s¨®lo y exclusivamente para adquirir las acciones. Los intereses devengados y los dividendos recibidos por esas acciones se anotan en la misma cuenta corriente, que no presenta otros movimientos.
Al tiempo, se llega a un acuerdo verbal entre las partes, como reconoce la sentencia, por el cual si antes de la fecha de vencimiento del pr¨¦stamo se venden las acciones, el titular del cr¨¦dito y de las acciones no ganar¨¢ ni perder¨¢ nada. De esta forma, el Guipuzcoano puede presentar ante el Banco de Espa?a un nivel de autocartera reducido y esperar que suba la bolsa para colocar el papel excedente.
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