Cuentas de rojos y marxistas
No s¨®lo perdieron la guerra. Perdieron sus bienes -pocos o muchos- que no han sido recuperados. Las incautaciones a los sindicatos no s¨®lo se limitaron a los bienes inmuebles, tambi¨¦n las cuentas corrientes pasaron a manos del nuevo r¨¦gimen. Cuentas corrientes que en muchos casos no llegaban a las mil pesetas -aunque entonces las mil pesetas fueran una cantidad importante- y que se pasaron al Banco de Espa?a como bienes propios de entidades y personalidades afines a las ideas republicanas.Hasta el momento, el Ministerio de Trabajo tiene localizadas unas 12.000 cuentas corrientes pertenecientes a personas e instituciones "notoriamente caracterizadas con la gesti¨®n p¨²blica del enernigo", que fueron incautadas tras la guerra civil.
Se est¨¢ estudiando qu¨¦ se hace con ellas, aunque en Trabajo existe la idea de que, por lo que respecta a los fondos de las organizaciones obreras, se deben reintegrar a sus leg¨ªtimos propietarios.
La mitad, de los sindicatos
De esas 12.000 cuentas, aproximadamente la mitad pertenecen a asociaciones obreras, y el resto a personas muy significadas en el Gobierno republicano o bien a organismos pol¨ªticos y militares del mismo. Se desconoce a cu¨¢nto ascienden los saldos. La relaci¨®n definitiva de cuentas de improtegibles elaborada como consecuencia de la orden ministerial de 15 de mayo de 1940 no recoge las cantidades de cada cuenta, aunque se indica si ¨¦stas superan o no las mil pesetas.
Desde el Presidente de la Rep¨²blica, Manuel Aza?a, o el ministro Julio ?lvarez del Vayo -con un saldo inferior a las 1.000 pesetas- hasta Victoria Kent, Salvador de Madariaga o el general Miaja -tambi¨¦n con menos 1.000 pesetas- aparecen en la relaci¨®n de cuentas incautadas. Juli¨¢n Besteiro, Largo Caballero, Juan Comorera Sol¨¦, secretario general del PSUC, Jos¨¦ Tarradellas, entonces consejero de la Generalitat, Juan Negr¨ªn, numerosos alcaldes de grandes y peque?as localidades, ministros y diputados, vieron retenidas sus, en muchos casos, magras cuentas corrientes.
No fueron los ¨²nicos. El listado recoge una amplia relaci¨®n de asociaciones obreras, con denominaciones que traen el recuerdo de una utop¨ªa no alcanzada. En el listado aparece La Humanitaria, La Firmeza, El Ideal Femenino, La Defensora, el Ateneo Enciclop¨¦dico Obrero, el Banco Obrero Nacional; colectividades campesinas, como Pablo Iglesias, el Caf¨¦ Bar Obrero, de Linares; cooperativas como La Carlos Marx, La Protectora, La Rusia Chica; Cooperativa Campesina Stajanonista; La Amistad, 14 de Abril.
Comisiones y comit¨¦s
En los listados se incluyen numerosas comisiones y comit¨¦s, como la de Pro Peri¨®dico CNT, Pro V¨ªctimas del Fascismo, La Semana del Ni?o, Control Huevero Unificado UGT de Valencia, Socorro Rojo. Y sobre todo cuentas y fondos que fueron de los numerosos sindicatos y federaciones afilia das a la UGT y CNT; y otras correspondientes a ateneos obreros. Cuentas de coman dancias militares, brigadas, cines, bares... Nada pareci¨® escaparse a los ojos atentos de los vencedores.
La Administraci¨®n ha iniciado ya el proceso para que el Banco de Espa?a entregue, en valor actual, la relaci¨®n de los saldos para reintegrarlos a los leg¨ªtimos sucesores de aquellas organizaciones obreras. Las cantidades, aunque a¨²n no se conocen con exactitud, se presumen importantes. Las mil pesetas de 1939 equivalen hoy a cerca de 100.000 pesetas.
Una vez que se tenga el saldo, habr¨¢ que actualizar su valor en pesetas de hoy. Algunos medios aseguran que, para ser justos, tendr¨ªan que calcularse los intereses generados en los 48 a?os en los que ese cuantioso dinero ha estado inmovilizado en el Banco de Espa?a. De aplicarse este criterio, las cantidades ser¨ªan mucho m¨¢s elevadas.
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