Un paso nada f¨¢cil
La recuperaci¨®n de una democracia civil en Brasil, tras 21 a?os de dictadura militar, no es tarea f¨¢cil. Luego de la elecci¨®n presidencial indirecta por un colegio legislativo no democr¨¢tico de Tancredo Neves, el infatigable y malogrado hacedor de pactos del Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), un paso se ha dado con las elecciones del s¨¢bado, pero un paso nada f¨¢cil.El (PNIDB), 20 a?os en la opesici¨®n a la dictadura, part¨ªdo mayoritario absoluto, dirigido por el respetado Ulysses Guimaraes, no es, en buena l¨®gica, un partido.Sigue siendo aquella colcha de retazos que fruncieron Giomaraesy Neves el paraguas bajo el que se refugiaron del chaparr¨®n militar comunistas, democristianos, liberales y conservadores y, en, general, la mayor¨ªa del espectre dern¨®crata. Todos juntos y, adern¨¢s, revueltos. Les rnantiene unidos la situaci¨®n de Brasil en calidad de libertad gilada y la habilidad y peso moral de Guimar¨¢es.
El minor¨ªtario Partido del Frente Liberal (PFL) y el presidente Jos¨¦ Sarney completan el diricil equilibrio de esta Administraci¨®n semidemocr¨¢tica. Sarney, m¨¢s que muchos otros que as¨ª se titularon, s¨ª que puede afirmar que es presidente por la gracia de Dios que se llev¨® a Tancredo Neves a los cielos, donde, sin duda, sientan plaza todos los negociadores de buena voluntad. Pero, pese a su pasado antidemocr¨¢tico, ha ocurrido con ¨¦l lo que con tantos hombres mediocres elevados por el destino a puestos de magistratura en tiempos de crisis: ha crecido, ha dado la talla que no se sospechaba.
Los hombres de Guimar¨¢es y Sarney habr¨¢n de redactar ahora una Constituci¨®n moderna que prevea los problemas inabarcables de Brasil en estos umbrales del siglo XXI. Pero la discusi¨®n inmediata estriba en la reducci¨®n del esp¨²reo mandato presidencial de seis a?os -que ya Tancredo Neves hab¨ªa prometido reducir a cuatro- y convocar lo antes que la prudencia permita unas presidenciales directas.
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