Un profesor de lengua espa?ola gana el Goncourt

Michel Host, un profesor de lengua espa?ola por correspondencia, de 44 a?os, obtuvo ayer el Premio Goncourt, el galard¨®n de mayor prestigio de las letras francesas. La novela premiada, Valet de noche, es una b¨²squeda de los or¨ªgenes, la madre concretamente, en la que la ciudad de Par¨ªs ocupa un lugar central. Christian Giudicelli, tambi¨¦n profesor de literatura de 44 a?os, obtuvo ayer tambi¨¦n otro premio de gran prestigio, el Theophraste Renaudot, por su novela Estaci¨®n balnearia, en la que describe los amores entre Jos¨¦ y Mar¨ªa, dos j¨®venes portugueses empleados en un hotel.

Michel Host, el ganador del Goncourt de 1986, s¨®lo hab¨ªa publicado hasta la fecha una novela. Valet de noche, el libro premiado, le llevar¨¢ a ocupar los lugares m¨¢s destacados en las ventas de libros de la temporada que ahora empieza.El Goncourt est¨¢ dotado con 50 francos (unas 1.000 pesetas), que se convierten inmediatamente en millones gracias al espect¨¢culo de los medios de comunicaci¨®n y las ventas que se generan.

El Renaudot es m¨¢s pantagru¨¦lico: el vencedor est¨¢ invitado a comer chez Drouant con motivo de la concesi¨®n del premio al a?o siguiente. Drouant es el restaurante donde se re¨²nen los jurados de los premios desde 1915, en el caso del Goncourt y desde siempre en el Renaudot. (El Renaudot fue creado por los periodistas ocupados de informar del Goncourt en 1925, tanto para matar las horas de espera de la decisi¨®n como para enmendar el gusto de los jurados). Los jurados est¨¢n invitados por el due?o, pero pagan generosas propinas.

Favoritos

Tanto Giudicelli, que ha publicado seis novelas, como Host eran los favoritos en todas las quinielas de ¨²ltima hora. Host entr¨® en las listas de favoritos tambi¨¦n para el Renaudot y para otro gran premio, el Medicis, que se concede el 24 de noviembre, junto con el F¨¦mina. Los cuatro premios que marcan la moda de lectura del a?o son tambi¨¦n un galard¨®n que se traduce en importantes ingresos para los editores.Los equilibrios de los jurados entre los finalistas parecen responder no tan s¨®lo a la mayor o menor calidad de obras, sino tambi¨¦n al reparto de galardones entre los editores.

Cada uno de los finalistas de estos dos premios pertenec¨ªa a una escuder¨ªa literaria distinta, pero los resultados de los ¨²ltimos a?os permit¨ªan asegurar que alguno de los tres grandes editores de narrativa francesa iba a llevarse una vez m¨¢s esta p¨®liza de seguro de ventas que se concede cada oto?o Host ha editado en Grasset y Guidicelli en Gallimard. El diario Lib¨¦ration hablaba ayer, a prop¨®sito de los premios, de "la banda galligrasseiul", en la que estar¨ªa englobada, adem¨¢s de las dos citadas, la editorial Seuil.

Las intrigas, los pactos y repartos del pastel entre editores y las influencias para la distribuci¨®n de los cuatro ases de las letras francesas, han convertido a los comentaristas literarios en aut¨¦nticos especialistas en pron¨®sticos y en an¨¢lisis de la pol¨ªtica editorial y de sus correlaciones de fuerzas. Los jurados del Goncourt son en su gran mayor¨ªa autores del Grasset y Gallimard, excepto un autor de Flammarion y dos con libros de Seuil. Uno de ellos es consejero literario de Grasset y otro de Gallimard. Pascal Quignard, uno de los finalistas y favorito en los primer¨ªsimos pron¨®sticos es uno de los directores literarios de Gallimard.

Otro tanto sucede con los jurados del Renaudot, entre los que s¨®lo da la nota discordante un director literario de Calmann-Levy. El ¨²ltimo Goncourt (1984) de gran ¨¦xito fue El amante, de Marguerite Duras, editado en Seuil, que ha vendido ya un mill¨®n y medio de ejemplares. El del pasado a?o, Las bodas b¨¢rbaras, de Yann Queffel¨¦e (Gallimard), fue m¨¢s pol¨¦mico y ha sido objeto constante de divisi¨®n de gustos entre la cr¨ªtica. Fue apadrinado por Fran?oise Verny, una de las m¨¢s cotizadas directoras editoriales y fabricante de ¨¦xitos de ventas, que dej¨® Gallimard despu¨¦s del premio para engrosar las filas de Flammarion, donde este a?o el Goncourt ha pasado de nuevo sin pararse.