El Congreso norteamericano acusa a Reagan de violar la ley por la venta de armas a Ir¨¢n

La tormenta pol¨ªtica desatada en Estados Unidos por la venta de armas a Ir¨¢n no remite. El Congreso afirma que el presidente ha violado la ley al no informarle de la operaci¨®n encubierta, y pide cambios en la ejecuci¨®n de la pol¨ªtica exterior y la admisi¨®n por parte de Ronald Reagan de que ha cometido un error. Los altos cargos de la Administraci¨®n se culpan unos a otros de lo sucedido y se desatan los rumores sobre dimisiones.

Mientras tanto, el presidente pasa el fin de semana en el refugio de Camp David, despu¨¦s de asumir toda la responsabilidad por los hechos, pero sin admitir culpa alguna por el mayor paso en falso de pol¨ªtica exterior desde que lleg¨® a la Casa Blanca.La primera jornada de investigaci¨®n parlamentaria sobre el embrollo iran¨ª, que continuar¨¢ el lunes, ha servido para aumentar el furor del Congreso contra la presidencia. No fueron 1.000 como se dijo en un principio, sino 2.008 los cohetes anticarro Tow enviados por EE UU al r¨¦gimen isl¨¢mico de Jomeini. A estos misiles se unen otros tierra-aire Hawk y repuestos para radar que no aguantan la calificaci¨®n de material puramente defensivo del que habla el presidente.

El senador Sam Nunn, nuevo presidente de la comisi¨®n de servicios armados del Senado, afirma que pueden tener un efecto cualitativo importante a favor de Ir¨¢n en su guerra con Irak. En total, Ir¨¢n pag¨® por el suministro de armas norteamericanas 12 millones de d¨®lares (unos 1.620 millones de Pesetas) depositados en un banco suizo.

El director de la CIA, William Casey, designado por la Casa Blanca para enfrentarse al Congreso y ofrecer explicaciones, en un intento de cubrir al verdadero responsable de la operaci¨®n, el Consejo de Seguridad Nacional admiti¨® que, adem¨¢s de Israel, hay otros pa¨ªses implicados en la venta de armas a Teher¨¢n. Estos suministros, en los que con seguridad han participado Portugal y Francia, se hac¨ªan con la luz verde de Washington, que, oficialmente, manten¨ªa la pol¨ªtica de no vender armas a pa¨ªses que apoyaran el terrorismo y su neutralidad en la guerra del Golfo.

El l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de representantes, Jim Wright, y otros legisladores, afirmaron tras la sesi¨®n con Casey que Reagan viol¨® la ley de seguridad nacional, que le obliga a informar al Congreso, "de una forma oportuna", de cualquier operaci¨®n encubierta. La f¨®rmula es demasiado ambigua, pero en ning¨²n modo, entiende el Congreso, puede justificar el retraso de 11 meses en dar cuenta de la operaci¨®n, ni siquiera por lo delicado del tema y por la seguridad de las personas implicadas, motivos que utiliza la Casa Blanca. "Hay que decirle al presidente que no puede cumplir con la ley de una forma marcial", afirma Wright.

Reagan, que el pasado 17 de enero firm¨® una orden secreta autorizando la operaci¨®n iran¨ª, con el te¨®rico objetivo de establecer contactos con elementos moderados en Teher¨¢n, orden¨® por escrito a Casey que no revelara al Congreso este cambio de pol¨ªtica.