Encadenados al hierro
Pese a la inversi¨®n p¨²blica de 400.000 millones desde 1980, la industria vasca apenas despega
Cuando en junio de 1985 le preguntaron al entonces embajador de Estados Unidos en Espa?a y actual alto ejecutivo de Solomon Brothers, Thomas Enders, sobre el gran atractivo que despertaba Espa?a para la inversi¨®n extranjera contest¨® sin vacilar:-"Se invierte en Espa?a porque aqu¨ª hay buen clima, hay confianza y no hay conflictividad. Espa?a es uno de los pa¨ªses con menor conflictividad laboral". La importancia del coste de la mano de obra y las ventajas fiscales quedan en un segundo plano.
El Pa¨ªs Vasco es un ejemplo de manual de esta implacable ley que establece una relaci¨®n inversa entre inversi¨®n y conflictividad. Desde 1980 el n¨²mero de jornadas perdidas por huelgas y trabajador ocupado ha sido cuatro veces superior en el Pa¨ªs Vasco que en el resto del Estado. Quiz¨¢ por ello, Euskadi s¨®lo capt¨® el 4% de la inversi¨®n for¨¢nea en Espa?a en 1985, y el 3,7% en los nueve primeros meses de 1986, es decir la mitad de su contribuci¨®n actual del 6,5% al Producto Interior Bruto.
Ignacio. Marco-Gardoqui, director del C¨ªrculo de Empresarios Vascos, destaca el gran cambio experimentado en este campo. "En 1964 cuando la siderurgia era un sector punta, la United States Steel Corporation, la m¨¢s importante sider¨²rgica norteamericana, tom¨® una participaci¨®n en Altos Hornos de Vizcaya. M¨¢s tarde, en pleno auge del petr¨®leo, la Gulf Oil, una de las siete hermanas, particip¨® en un 40% en la construcci¨®n de la refiner¨ªa vasca. Luego se quebr¨® el ritmo. Primero perdimos el tren del autom¨®vil y ahora el de la inform¨¢tica y electr¨®nica que prefieren Madrid y Barcelona. Tenemos una buena oferta econ¨®mica pero carecemos de oferta social".
La realidad es que desde principios de los 80 la ¨²nica apuesta seria para la econom¨ªa vasca proviene del sector p¨²blico. "Esto es como una droga", comenta en privado un destacado profesor de Econom¨ªa de Euskadi. "Mientras dure la inyecci¨®n de recursos p¨²blicos" precisa "la industria vasca se mantendr¨¢ artificialmente. Pero da miedo pensar qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando el sector p¨²blico cierre el grifo por falta de recursos".
Efectivamente, la inyecci¨®n es de caballo. En los ¨²ltimos siete a?os, la administraci¨®n central ha destinado m¨¢s de 400.000 millones de pesetas para renovar la industria vasca, entre ayudas a la reconversi¨®n industrial y asunci¨®n de p¨¦rdidas de las empresas del Instituto Nacional de Industria (INI), (ver informaci¨®n adjunta).
La voluntad del gobierno queda patente en otros campos como en el del. cr¨¦dito oficial. Durante, 1984 y 1985, las empresas vascas recibieron cada a?o el 41% de los pr¨¦stamos concedidos por el Banco de Cr¨¦dito Industrial. Por su parte, la administraci¨®n aut¨®noma ha previsto 31.500 millones de pesetas para sanear 14 sectores en el Plan de Relanzamiento Excepcional.
Pero el calado de la crisis ha sido mucho m¨¢s profundo. Entre 1973 y 1983, el Pa¨ªs Vasco fue la comunidad que registr¨® el crecimiento anual acumulativo m¨¢s bajo del PIB, 1,09%, frente al 2,7% de la media espa?ola, seg¨²n el Banco de Bilbao. Roberto Alvarez, director de Situaci¨®n, revista del Servicio de Estudios del banco reflexiona en voz alta "m¨¢s que crisis del Pa¨ªs Vasco habr¨ªa que hablar de crisis de la cornisa cant¨¢brica". Cita el escaso crecimiento de Asturias en el mismo per¨ªodo, 1,2% y considera que "se est¨¢ produciendo un desplazarniento del eje de la actividad econ¨®mica espa?ola hacia el Med?terr¨¢neo". En el per¨ªodo citado Madrid, Valencia, Murcia y Catalu?a crecieron el 3,3%, 3,3%, 3,2 y 2,7% respectivamente.
El monocultivo del hierro, la actividad econ¨®mica b¨¢sica de Euskadi, que represent¨® uno de los m¨¢s vigorosos cabaltos de tiro de la industria vasca y espa?ola, sufre desde hace una d¨¦cada una fuerte convulsi¨®n por la feroz competencia internacional. El costoso tratamiento de choque empleado por las administraciones p¨²blicas para su recuperaci¨®n lo convierten en un aut¨¦ntico problema de Estado. A pesar del esfuerzo realizado, las necesidades futuras son tan cuantiosas que no se han despejado todav¨ªa las dudas sobre su futuro.
Esta incertidumbre sobre el porvenir de la siderurgia y el sector naval en Euskadi, pilares estrat¨¦gicos de la industria espa?ola, ha servido de plataforma para otro debate m¨¢s pol¨¦mico sobre el conjunto de la econom¨ªa vasca en el escenario de las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas.
Debate pol¨ªtico
El debate planteado en t¨¦rminos m¨¢s pol¨ªticos que econ¨®micos y ce?ido estrictamente a la realidad vasca, se polariza en torno a dos posiciones. Por una parte, la tesis socialista que sostiene que el Pa¨ªs Vasco padece una crisis econ¨®mica diferencial m¨¢s profunda y, por otra, la del gobierno de Vitoria que considera que gracias a la actuaci¨®n de las instituciones auton¨®micas la econom¨ªa vasca ha mejorado.La realidad es que la mayor¨ªa de indicadores dibujan un panorama de la econom¨ªa vasca m¨¢s sombr¨ªo que el del conjunto de la econom¨ªa espa?ola. Los rasgos positivos que aparecen no significan un cambio de la tendencia general. El paro no ha cesado de crecer. Entre 1977 y junio de 1986, el n¨²mero de desempleados se multiplicado por seis en Euskadi y por 4,3 en el conjunto del Estado. Ello supone una tasa de paro del 24,5% en el Pa¨ªs Vasco y el 21,5 en Espa?a.
Mayores diferencias se apreclan en la creaci¨®n de empleo, A diferencia del conjunto del Estado, en Euskadi la destrucci¨®n de empleo no ha tocado fondo todav¨ªa. Desde finales de 1977 se han perdido 137.000 empleos en la comunidad, de los que 44.000 lo fueron entre 1983 y junio de 1986. Por el contrario, en el conjunto estatal se ha apreciado un claro cambio de tendencia: Entre junio de 1985 y junio de 1986, se han creado 275.000 empleos netos, siempre, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa, (EPA) del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
Tambi¨¦n las colocaciones registran el crecimiento m¨¢s d¨¦bil en Euskadi. Entre 1979 y 1985, aumentaron un 65% en el conjunto estatal, 94% en Catalu?a, 36,9% en Madrid y el 11 % en la Comunidad Aut¨®noma Vasca, seg¨²n la Viceconsejer¨ªa de Empleo.
El consumo de cemento tambi¨¦n registra una p¨¦rdida continuada desde 1977, con un ef¨ªmero repunte en 1982 y 1983 para volver a caer hasta marzo de 1986. En 1985 el consumo vasco descendi¨® un 3% mientras que en el conjunto de Espa?a aument¨® un 2%. No obstante, las perspectivas mejoran. En 1985, las viviendas iniciadas aumentaron un 62% (10,9% en Espa?a) y la licitaci¨®n de obras p¨²blicas creci¨® un 27%, (41,5% en Espa?a).
La Bolsa de Bilbao ha registrado el crecimiento m¨¢s moderado de los cuatro mercados espa?oles. Entre 1980 y 1985, el volumen de contrataci¨®n de la Bol sa de Bilbao se multiplic¨® por 3,7. Mientras Madrid, Valencia y Barcelona, multiplicaron su vo lumen de negocio por 7,2; 5,5 y 4,7, respectivamente.
Esfuerzo aut¨®nomo
Por s¨¦ptimo a?o consecutivo, en 1985 volvi¨® a disminuir el consumo final de energ¨ªa, situ¨¢ndose un 2,4% por debajo de 1984, seg¨²n el Informe sobre la Econom¨ªa Vasca elaborado pr la Caja Laboral Popular. El director del estudio, Yosu Irigoyen, destaca, no obstante, como m¨¢s relevante, el crecimiento del 3,1% del consumo de la energ¨ªa el¨¦ctrica industrial.Javier Garc¨ªa Egocheaga, vicelendakari, subraya el crecimiento de la inversi¨®n industrial neta, de los 85.900 millones de pesetas en 1982 a los 12 1.000 millones en 1984, lo que supone un crecimiento real superior al 11% Tambi¨¦n destaca la recuperaci¨®n de las exportaciones totales que han pasado de representar el 12,9 % de todo el Estado en 1981 al 14,4% en 1985. Y afirma que desde 1981 el crecimiento del PIB vasco ha sido igual o superior al del Estado.
Pero, los datos m¨¢s recientes vuelven a ser pesimistas. El Plan de Desarrollo Regional (PDR) elaborado por la administraci¨®n aut¨®noma afirma textualmente que "el declive econ¨®mico del Pa¨ªs Vasco es un fen¨®meno de reciente aparici¨®n". Esta afirmaci¨®n del gobierno vasco parece determinante. Las previsiones de crecimiento de la econom¨ªa de Euskadi son del 1,8% para 1986; 1,7% (1987); 0,7% (1988); 2,1% (1989) y 3,4% (1990). Para el Estado el mismo estudio prev¨¦ un crecimiento en torno al 3,5% para todos los a?os citados.
Sin embargo, Juan Basurto, secretario general de la vicepresidencia del Gobierno Vasco, se?ala que "es cierto que se recoge un crecimiento menor para Euskadi. Pero. hay que distinguir" a?ade "que los datos de Espa?a corresponden a unos objetivos voluntaristas del Gobierno central, mientras que los del Pa¨ªs Vasco son fruto de una simulaci¨®n sobre previsiones reales. Este a?o, p¨®r ejemplo, creceremos realmente un 3% cuando el PDR s¨®lo preve¨ªa el 1,8%".
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