Aquino cree que el alto el fuego con la guerrilla comunista abre el camino a una paz definitiva
El Club Filipino de Manila, un local de actividades sociales y pol¨ªticas de la clase alta de la ciudad, ha sido en menos de un a?o escenario de dos acontecimientos hist¨®ricos. El primero, el pasado mes de febrero, la proclamaci¨®n como presidenta de Coraz¨®n Aquino, mientras una ola de poder popular sacud¨ªa al pa¨ªs y derrocaba al dictador Ferdinand Marcos; el segundo, ayer, la firma de un alto el fuego con la poderosa guerrilla comunista. Aquino dijo que este acuerdo abre el camino a "una paz definitiva y honorable, para que una naci¨®n unida y libre pueda trabajar por su progreso".
A las 15.22 (8.22, hora peninsular espa?ola) representantes del Gobierno y de la guerrilla pon¨ªan su firma en dos documentos que pretenden un cese de hostilidades durante 60 d¨ªas, a partir de la medianoche del pr¨®ximo d¨ªa 10, y se abrazaban sonrientes en presencia de m¨¢s de 200 periodistas del mundo entero.Los principales negociadores del acuerdo, el ministro Ram¨®n Mitra y el dirigente del Frente Democr¨¢tico Nacional, Satur Ocampo, coincidieron en sus declaraciones en que lo conseguido hasta ahora es "s¨®lo un cese de hostilidades" y aseguraron que lo m¨¢s dif?cil, la definitiva paz, hay que negociarlo a partir de ahora. El acuerdo menciona que el principal objetivo del alto el fuego es "crear la atm¨®sfera necesaria para pr¨®ximas negociaciones" que comenzar¨¢n dentro de un mes.
Ambos negociadores dieron garant¨ªas de firmar en nombre de las fuerzas que representan y estimaron que no existe riesgo de que la tregua sea violada por ninguna de las dos partes. Mitra dijo que "el Gobierno habla en nombre de las Fuerzas Armadas y tiene un completo control de esa organizaci¨®n". Ocampo, por su parte, asegur¨® que su firma estaba "respaldada por todo el Nuevo Ej¨¦rcito del Pueblo (NPA, guerrilla comunista)".
Reconciliaci¨®n cumplida
Ram¨®n Mitra record¨® que, con este alto el fuego, la presidenta Aquino cumple con todas las promesas de reconciliaci¨®n que hizo al llegar al poder, y a?adi¨® que esto se ha conseguido "con un coste pol¨ªtico no peque?o".El ministro a?adi¨® que "la sucesiva fase de negociaciones ser¨¢ incluso m¨¢s dif¨ªcil, aunque dijo que ya se ha conseguido, al menos, "el reconocimiento de que la desigualdad y la injusticia causada por la superconcentraci¨®n de los poderes econ¨®micos, pol¨ªticos y sociales no tiene lugar en una sociedad nacional".
Los negociadores firmaron -sin la presencia de la presidenta, que no hab¨ªa sido anunciada oficialmente, pero s¨ª se esperaba- dos documentos: el Memor¨¢ndum de acuerdo de un alto el fuego preliminar, y el Memor¨¢ndum de acuerdo sobre garant¨ªas de seguridad e inmunidad y facilidades de movimiento. En el primero se establecen las acciones que se considerar¨¢n "actos hostiles" al acuerdo, entre las cuales no se encuentra el cobro del impuesto revolucionario, que ha sido una de las principales reclamaciones de la guerrilla. El Gobierno se reserva, sin embargo, el derecho de actuar legalmente contra esta actividad, as¨ª como contra "la obtenci¨®n ilegal de armas", tampoco prohibida expresamente en el compromiso alcanzado.
Otro de los puntos delicados de] acuerdo ha sido la concesi¨®n, finalmente inclu¨ªda en el segundo documento, de salvoconductos para los futuros "negociadores del NDF [que representa a la guerrilla en el di¨¢logo con el Gobierno], personas de su equipo, asesores, personas de seguridad y todas las otras personas recomendadas por el NDF".
El pacto afirma que estas medidas s¨®lo se aplicar¨¢n a "no m¨¢s de 50" miembros del NDF, aunque a?ade que "el Gobierno puede conceder pases adicionales para per¨ªodos limitados de tiempo". Los portadores de salvoconductos podr¨¢n moverse por cualquier parte del pa¨ªs y tendr¨¢n derecho a portar armas "de acuerdo a las leyes vigentes".
Est¨¢ prevista, adem¨¢s, la creaci¨®n en Manila de una oficina para que desarrollen su actividad los negociadores, con lo que, por primera vez, podr¨¢n actuar de forma p¨²blica dirigentes relacionados con el proscrito Partido Comunista de Filipinas (PCP). La seguridad de esta oficina ser¨¢ responsabilidad del Gobierno.
Contra los anticomunistas
El acuerdo exige al Gobierno "arrestar, desarmar y perseguir" a los distintos grupos armados anticomun¨ªstas, as¨ª como a los "comandos perdidos y escuadrones de la muerte", que la guerrilla cree que est¨¢n conectados con el Ej¨¦rcito. El Nuevo Ej¨¦rcito del Pueblo deber¨¢, por su parte, controlar a las "unidades disidentes".Para controlar la aplicaci¨®n del alto el fuego ser¨¢ creado un "comit¨¦ nacional de alto el fuego" y varios regionales. El primero estar¨¢ constituido por cinco personas, de ellas tres independientes, aceptadas por las dos partes, y el resto un representante de cada lado.
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