Los pa¨ªses ¨¢rabes moderados, inquietos ante la anunciada ofensiva final de las tropas de Teheran
Hombres y mujeres estaban fascinados. Saltaban cuando se escuchaba una explosi¨®n y sonre¨ªan cuando los suyos hac¨ªan prisioneros a los enemigos. Durante m¨¢s de una hora fueron transportados imaginariamente al universo de sangre y barro de la batalla de Fao y, al concluir, se expresaron de modo bastante un¨¢nime. "S¨®lo la victoria del islam puede detener la guerra", afirm¨® un viejo conductor ele autobuses. Entre tanto, los pa¨ªses ¨¢rabes moderados no ocultan su inquietud ante la anunciada ofensiva final de la tropas del ayatollah Ruhollah Jorneini.
Durante dos semanas del pasado mes de octubre, m¨¢s de 100.000 ,vecinos de Teher¨¢n contemplaron en el escenario del Eram Park una espectacular represen taci¨®n dram¨¢tica de c¨®mo el puerto de Fao cay¨® en manos iran¨ªes a comienzos de este a?o. La revista The Middle East publica en su edici¨®n de este mes el reportaje del acontecimiento. Su corresponsal en la capital iran¨ª asegura que, tuvieran o no familiares en el frente, la mayor¨ªa de los espectadores se pronunci¨® a favor de la continuaci¨®n de la guerra con Irak."Ha nacido un nuevo nacionalismo iran¨ª", escribe Chris Kutschera. "Hasta los opositores al r¨¦gimen no quieren que Ir¨¢n pierda la contienda". Los hombres del bazar, los intelectuales, los izquierdistas, los negociantes, coinciden como m¨ªnimo con los revolucionarios en que, a cambio de la paz, Ir¨¢n debe obtener "compensaciones importantes".Este oto?o, una grave preocupaci¨®n recorre los pa¨ªses ¨¢rabes moderados de Oriente Pr¨®ximo. La expres¨® el rey Hussein de Jordanla en su discurso de la corona del pasado d¨ªa 1. No es que Hussein lo dijera expresamente, pero todos los que le escucharon intuyeron que estaba pensando en la posibilidad de que Irak perdiera un conflicto b¨¦lico que ha entrado en su s¨¦ptimo a?o. O que al menos sufriera reveses importantes.
Ausencia de alternativa
Desde hace algunos meses, los dirigentes de Teher¨¢n amenazan con una "pr¨®xima ofensiva final", en la que Ir¨¢n pondr¨ªa toda la carne en el asador. No se ha producido hasta el presente. Unos creen que por falta de armas y municiones. Otros opinan que los enfrentamientos entre distintos sectores del poder revolucionario retrasan la gran acometida.
En cualquier caso, los l¨ªderes iran¨ªes no tienen otra alternativa que la continuaci¨®n del conflicto y su victoria. En particular, desde que los ¨²ltimos ataques a¨¦reos iraqu¨ªes han producido graves da?os en la econom¨ªa. Su respuesta a estas acciones ha sido el lanzamiento de misiles contra Bagdad, que han provocado numerosas v¨ªctimas entre la poblaci¨®n civil.
Un portavoz del Departamento de Estado norteamericano citado por la revista Time, en su edici¨®n del pasado 28 de julio, declaraba: "Sol¨ªamos creer que nadie pod¨ªa perder esta guerra. Ahora pensamos que si los iraqu¨ªes no juegan bien sus bazas, pueden perderla". No es irrelevante que, desde que, al poco de iniciada la guerra, descubri¨® que el Ir¨¢n revolucionario no se derrumbaba como un castillo de arena, Sadam Husein comenzara a ofrecer la paz. El l¨ªder iraqu¨ª, de 49 a?os, sabe que su pa¨ªs soporta peor que el enemigo las consecuencias del conflicto.
Gracias a su inmensa riqueza en petr¨®leo, Ir¨¢n estaba llamado a ser el pa¨ªs m¨¢s pr¨®spero de la zona. En cambio, desde el pasado abril, sufre la carest¨ªa de productos de consumo a los que ya se hab¨ªa acostumbrada la mayor¨ªa de sus ciudadanos. Art¨ªculos electr¨®nicos, autom¨®viles y ropas de importaci¨®n son dif¨ªciles de conseguir ahora.
Jomeini no quiere ni o¨ªr hablar de cese de las hostilidades. En primer lugar, no ha perdonado a Sadam Husein que en 1978, a petici¨®n del sha, le expulsara de Irak, donde hab¨ªa vivido largo tiempo como exiliado. Parad¨®jicamente, su traslado a Neauplile le Ch¨¢teau, cerca de Par¨ªs, dio al anciano ayatollah una fama internacional de la que carec¨ªa y le abri¨® las puertas del triunfa? regreso a Teher¨¢n al a?o siguiente.
Pero, adem¨¢s, la mayor¨ªa de los iran¨ªes aguanta bien los sufrimientos. La religi¨®n shi¨ª ensalza el martirio. Sus 12 imames lo sufrieron, y en el mes de Maharra los fieles recuerdan el de Hussein con procesiones de flagelantes. Como dicen los hezbolah libaneses, "es dif¨ªcil vencer a un pueblo que ve en la muerte la entrada en el para¨ªso".
Se dice que los combatientes isl¨¢micos que se lanzan de modo casi suicida sobre las trincheras iraqu¨ªes llevan al cuello llaves de pl¨¢stico que les "abrir¨¢n las puertas del cielo".
Los expertos calculan que las rentas iran¨ªes procedentes del petr¨®leo descender¨¢n este a?o a unos 10.000 millones de d¨®lares, menos de la mitad que en 1977. La tasa de desempleo es del 37%, y hay racionamiento de productos como az¨²car, carnes y huevos. Ir¨¢n ha vuelto en cierto modo a su estado tradicional de caos econ¨®mico, pero, para las capas pobres de su poblaci¨®n, los desheredados que dieron su triunfo a Jomeini, la situaci¨®n no es mucho peor que bajo la dinast¨ªa Pahlevi.
?ngeles contra diablos
Los dibujos y caricaturas iran¨ªes prueban que el mundo es, para muchos habitantes del pa¨ªs, una lucha de ¨¢ngeles y diablos, un entramado de fantasmas y fuerzas ocultas. La guerra con Irak es, as¨ª, "la de la luz contra la oscuridad". Jomeini ha declarado que ese conflicto le sobrevivir¨¢, y hay razones para creerlo.
Los dirigentes y el pueblo iran¨ª no desconocen que, con 45 millones de habitantes frente a 15 millones, tienen la superioridad demogr¨¢fica. Sus Fuerzas Armadas han dado prueba de una consistencia frente al enemigo exterior que no tuvieron para defender a un sha que hab¨ªa previsto que en 1982 dispusieran de tanta potencia de fuego como la OTAN. Hoy, los militares profesionales tienen una voz muy superior a la que se cree en Occidente en la adopci¨®n de decisiones concernientes a la guerra.
No se olvida en la rep¨²blica ?sl¨¢mica que fue Irak el que empez¨® el conflicto. Como tantos otros, Sadam Husein h !rzo una apuesta err¨®nea sobre Iran. Crey¨® que podr¨ªa imponerse en breve como due?o del golfo P¨¦rsico. No cont¨® con los abismos del alma persa.
Hoy son las monarqu¨ªas ¨¢rabes vecinas las que se inquietan por la capacidad de resistencia iraqu¨ª. No es que duden de su bien pertrechado arsenal, sino que piensan m¨¢s bien en una eventual quiebra de su moral de combate. El corresponsal en El Cairo del semanario Middle East Times informa en la ¨²ltima edici¨®n de la publicaci¨®n que "los Estados ¨¢rabes del Golfo, preocupados por la posibilidad de un giro a favor de Ir¨¢n en la guerra irano-iraqu¨ª, realizan indirectas aperturas hacia Egipto, para devolverle su amistad a cambio de la seguridad de apoyo militar directo". Se tratar¨ªa de ofrecer ox¨ªgeno a la asfixiada econom¨ªa egipcia como garant¨ªa de que el pa¨ªs del Nilo intervendr¨ªa con t¨¦cnicos e incluso tropas en caso de un colapso iraqu¨ª y un riesgo de invasi¨®n iran¨ª de los Estados ¨¢rabes del Golfo.
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