Fernando Bellver
El pintor que ha revalorizado el grabado en Espa?a
Fernando Bellver, uno de los mejores grabadores del momento, ha conseguido en los ocho a?os que lleva en el mercado del arte revalorizar el grabado y crear escuela; ganar dinero -que r¨¢pidamente gasta en viajes- e ironizar con los intocables de la pintura: no ha dudado en colocar a los pies de la reina Mar¨ªa Luisa, en una recreaci¨®n de La familia de Carlos IV, de Goya, un mono mandril. Es un desaf¨ªo l¨®gico en una persona poco respetuosa con las may¨²sculas -"El Arte, el Estado, el Padre... Vaya tonter¨ªa"- y con los mitos: "?Se puede querer a alguien que est¨¢ permanentemente en un podio?".
Este madrile?o de 33 a?os es un tipo bastante ca¨®tico, incapaz de contar de manera ordenada cuatro datos de su curr¨ªcuio personal, y tiene que hacer grandes esfuerzos de memoria para recordar que ha realizado medio centenar de exposiciones en Espa?a y 15 en el extranjero, al tiempo que comenta, como de pasada, que el Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo ha adquirido toda su obra gr¨¢fica y que la galer¨ªa Juana Mord¨® le ha contratado hasta 1988, en que realizar¨¢ su primera muestra de ¨®leos.Bellver vende sus grabados con asombrosa facilidad desde hace s¨®lo dos a?os, a ra¨ªz de la, exposici¨®n de Arco 84. El pnimer d¨ªa se agotaron las obras que llevaban su firma. A partir de entonces subi¨® su cotizaci¨®n y empez¨® a ser buscado por los galeristas, pero antes pas¨® lo suyo. Estudi¨® escultura en la escuela de Artes y Oficios de Madrid, y grabado con Dimitri Papageorgio. En 1980 estudi¨®, becado, en el Atelier Nord de Oslo, uno de los talleres de grabado m¨¢s famosos de Europa. All¨ª aprendi¨®, adem¨¢s de t¨¦cnicas de estampaci¨®n, la diferencia de ritmo de trabajo que hay entre un joven artista que tiene todas sus necesidades cubiertas y un joven artista que lo ¨²nico que tiene cubierto es el cap¨ªtulo de deudas: mientras los noruegos no terminaron un aguafuerte en tres meses, Bellver grab¨® dos series de seis obras. Despu¨¦s acudi¨®, tambi¨¦n con, una beca, a la universidad de Austin (Tejas), y es a partir de 1982 cuando sus cuadros cruzan la frontera: Burdeos, Kyoto, Taiwan, Badem-Badem, Bradford, Oslo, Lausana, Budapest...
A este pintor no le gusta 'nada ir al Museo del Prado y ver a los turistas contemplando D¨¢nae y la lluvia dorada, por ejemplo, que Tiziano realiz¨® por encargo y que ning¨²n cr¨ªtico clasificar¨ªa entre lo mejor de su obra, con la misma expresi¨®n que pondr¨ªan si se les apareciera la Virgen. "Creo que hay bastante tonter¨ªa en estas cosas. La gente siente demasiado respeto ante las may¨²sculas: el Arte, el Estado, el Padre. Hay que re¨ªrse m¨¢s de las cosas y bajar la cultura de su pedestal". Consecuente, Bellver realiz¨® una serie de grabados titulada La familia de Carlos IV con el mono y otra que llam¨® Ya no quedan h¨¦roes, gracias a Dios. Sin embargo, sabe que mucha gente n¨® comparte su sentido del humor, como Carlos Ruiz Soto, portavoz de Alianza Popular, que calific¨® su cartel de las fiestas de Chamber¨ª, en julio pasado, de "felon¨ªa", por interpretar que la mujer que ascend¨ªa a los cielos, con gafas y sujetador, era la Virgen del Carmen. En cualquier caso, le encanta desmitificar e ironizar sobre s¨ª mismo y todo lo que existe a su alrededor. "Yo soy acultural", dice, orgulloso, y reconoce que la m¨²sica cl¨¢sica le aburre, el teatro y la danza le resultan "bastante co?azos" y la moda le importa poco. Entusiasta de la novela negra y el cine de aventuras, tiene en su vida, al menos, una firme convicci¨®n: por nada del mundo se perder¨ªa un partido del Real Madrid.
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