Garaikoetxea: "Lo l¨®gico es un 'lendakari' nacionalista"
"S¨®lo entraremos en una coalici¨®n si es imprescindible para la gobernabilidad" - "Si HB va al Parlamento a afirmar el derecho de autodeterminaci¨®n, bien venida sea la iniciativa"
Carlos Garaikoetxea, l¨ªder de la nueva formaci¨®n pol¨ªtica Eusko Alkartasuna (EA), escindida del Partido Nacionalista Vasco, que con 14 diputados se ha convertido tras la consulta del domingo en el tercer grupo del Parlamento vasco, cree que el resultado de las urnas es, para su partido, un milagro, y bate un r¨¦cord de rapidez en la organizaci¨®n de una alternativa electoral. "Si hubi¨¦ramos dispuesto de tres semanas m¨¢s, pod¨ªamos haber ganado", dice en su casa de Pamplona, donde ha concedido la primera entrevista tras la jornada de la votaci¨®n. El ex lendakari afirma que no entrar¨¢ en un Gobierno de coalici¨®n, salvo si es imprescindible para evitar unas nuevas elecciones anticipadas; propone un programa de amplios acuerdos, y subraya que, si este programa se cumple en la pr¨®xima legislatura, puede dejarse el ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n para el quinto a?o.
Pregunta. ?Tiene intenci¨®n de formar parte de un Gobierno de coalici¨®n con lendakari socialista?Respuesta. No es una posibilidad a considerar. Ser¨ªa un Gobierno contra natura cuando hay un 70% de esca?os nacionalista de un signo u otro. Adem¨¢s nuestro papel en este momento no es el de formar parte de un Gobierno. Somos un partido que acababa de surgir. S¨®lo si se demostrara que la gobernabilidad de este pa¨ªs lo exige inexorablemente pensar¨ªamos en participar en un Gobierno.
P. ?Aunque la oferta sea un Gabinete de progreso, con los socialistas, Eusko Alkartasuna y Euskadiko Ezkerra?
R. Tampoco lo veo viable. He sido partidario de f¨®rmulas m¨¢s amplias, si es que hay que intentar una coalici¨®n.
P. Y si no se alcanza ese acuerdo de concentraci¨®n, ?habr¨ªa que ir a nuevas elecciones anticipadas?
R. No. Ante esa posibilidad sit¨²o yo la hip¨®tesis que mencionaba antes. Ah¨ª es donde inexorablemente tendr¨ªamos todos que dejarnos muchos pelos en la gatera para evitar la barbaridad de unas nuevas elecciones. Bastante barbaridad ha sido convocar ¨¦stas, a mi entender innecesariamente y con un efecto de bumer¨¢n notabil¨ªsimo para quienes lo han hecho. Se han ganado la entrada en los anales de la sagacidad pol¨ªtica.
Impronta nacionalista
P. ?Qui¨¦n deber¨ªa ser el lendakari en un Gobierno de concentraci¨®n?
R. Con un 70% de esca?os nacionalistas, lo l¨®gico es que haya un lendakari y un Gobierno con una impronta fundamentalmente nacionalista, y un programa para el m¨¢s profundo desarrollo del autogobierno que quepa imaginar, sin vulnerar el estatuto, pero que sea asumible por todos.
P. ?Usted cree que una f¨®rmula de gobierno as¨ª durar¨ªa cuatro a?os?
R. En la campa?a electoral, cuando algunos se dedicaban a hacer chistes para zaherir al contrario, tuve la humorada de proponer un programa que permitiera ese amplio acuerdo, y que abarcaba fundamentalmente tres campos: en primer lugar, el desarrollo del autogobierno, con materias que bien valdr¨ªan el esfuerzo de una legislatura, como la concepci¨®n de la Seguridad Social, el dise?o final de la polic¨ªa auton¨®mica, la actualizaci¨®n del concierto econ¨®mico, la interpretaci¨®n de las competencias educativas, el cr¨¦dito oficial; el segundo cap¨ªtulo deber¨ªa fijar las prioridades para combatir el paro y la crisis; el tercer gran cap¨ªtulo ser¨ªa unas bases para intentar la pacificaci¨®n de Euskadi, que yo hac¨ªa pasar por las siguientes coordenadas: tregua-conversaciones de paz y generoso e imaginativo plan de reconciliaci¨®n-reinserci¨®n. Estas son las bases de un amplio acuerdo aceptable para todos, incluidos los no nacionalistas, y sin desbordar los l¨ªmites potenciales del actual marco jur¨ªdico-pol¨ªtico.
P. ?Cree repetible una iniciativa de di¨¢logo pol¨ªtico y pacificaci¨®n como la Mesa por la Paz?
R. S¨ª, pero exigir¨ªa cautelas y verificaciones previas, m¨¢s necesarias cuando fracasan los intentos anteriores. Por eso he hablado de tregua-conversaciones de paz, deliberadamente unidos ambos t¨¦rminos con un gui¨®n. El comienzo del di¨¢logo exigir¨ªa una muestra de buena voluntad, una tregua.
P. ?Puede interpretarse que est¨¢ ETA en esa situaci¨®n de tregua desde que comenz¨® la campa?a electoral?
R. Desgraciadamente no puedo contestar afirmativamente de una manera tajante, pero s¨ª ha habido en el tramo final de la campa?a un silencio de ETA que contrasta con otros momentos similares. Quisiera interpretar que ha querido ser un signo de mejor disposici¨®n.
P. ?Debe aceptarse a ETA como interlocutor en una negociaci¨®n pol¨ªtica?
R. No pueden hacerse planteamientos maniqueos. Todo es pol¨ªtico, incluido un plan de reinserci¨®n. Tampoco puede aceptarse, y eso es de caj¨®n, la pretensi¨®n de que ETA hable en nombre del pueblo vasco. Representa lo que representa, que no es nada desde?able, pero no es la voluntad mayoritaria de este pueblo. En las argumentaciones de Herri Batasuna y del mundo de ETA hay algunos aspectos que pueden ser objeto de an¨¢lisis en una mesa de di¨¢logo. Haciendo de abogado del diablo, dir¨¦ que hay una discusi¨®n pol¨ªtica evidente detr¨¢s de eso que simplistamente se considera s¨®lo bandolerismo o actitudes puramente antidemoer¨¢ticas. Estoy haciendo de abogado del diablo, desde posiciones bien distantes de Herri Batasuna, pero hay que hablar claro. Pretender deslindar artificiosamente un campo de negociaci¨®n pol¨ªtica y otro de negociaci¨®n t¨¦cnica me parece artificioso. Acortar los caminos hacia la paz bien merece un esfuerzo, que debe pasar necesariamente por el respeto a la mayor¨ªa de nuestro pueblo y quiz¨¢ por una exploraci¨®n de las posibilidades, a veces inimaginables para las gentes del mundo de ETA, que ofrece un desarrollo de las potencialidades del estatuto y de algunos aditamentos constitucionales.
Sin encaje legal
P. ?Hay posibilidades legales de llegar al reconocimiento del derecho de autodeterminaci¨®n o a la incorporaci¨®n de Navarra en un marco pol¨ªtico com¨²n?
R. El derecho de autodeterminaci¨®n evidentemente no tiene encaje legal, aunque puede hacerse un desarrollo imaginativo de la disposici¨®n adicional del estatuto, que habla de los derechos hist¨®ricos. Podr¨ªa encontrarse quiz¨¢ un status muy especial de la comunidad vasca en el actual modelo de Estado. La cuesti¨®n navarra tiene su v¨ªa establecida; el problema es un acuerdo sobre actitudes de partidos. Voy a ser m¨¢s concreto, el partido socialista hace muy pocos a?os apoyaba la participaci¨®n de Navarra en instituciones pol¨ªticas comunes de los vascos. Una negociaci¨®n pol¨ªtica tendr¨ªa que ir en la direcci¨®n de exigirle que fuera m¨¢s consecuente con sus posiciones de hace unos a?os.
La 'cuesti¨®n navarra'
P. El derecho de autodeterminaci¨®n y lo que llama la cuesti¨®n navarra, ?deben entrar en un pacto para gobernar en la pr¨®xima legislatura?
R. El problema de Navarra es muy delicado, y me repugna un poco abordarlo como tema a tratar en una mesa, porque conozco las rnanipulaciones que luego se hacen de estas cuestiones. El principio del respeto a la voluntad de los navarros hay que ponerlo bien por delante, pero eso es compatible con una invocaci¨®n al sentido de responsabilidad del PSOE para que vuelva atr¨¢s en ese giro de 180 grados que ha dado. El derecho de autodeterminaci¨®n, desde luego Eusko Alkartasuna lo va a defender claramente; lo anuncio desde ahora. Pero la historia de un pueblo no se hace en cuatro a?os. Si en esta legislatura resolvi¨¦ramos problemas muy importantes para el autogobierno, que he citado antes, habr¨ªamos puesto una pica en Flandes, y el ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n lo podr¨ªamos dejar para el quinto a?o, si fuera necesario.
P. ?Por qu¨¦ la mayona nacionalista no puede articular un acuerdo pol¨ªtico y de gobierno?
R. Vamos a ver qu¨¦ sucede estos pr¨®ximos d¨ªas. Todav¨ªa nadie ha ense?ado una carta. Herri Batasuna empieza por negar el propio marco en el que nos movemos. El PNV ha manifestado casi su compromiso de irse a la oposici¨®n. Nosotros no estamos cerrados a ese tipo de contactos.
P. ?Y si Herri Batasuna va al Parlamento vasco y propone un acuerdo entre nacionalistas para cuestionar el marco jur¨ªdico-pol¨ªtico?
R. Depende a qu¨¦ llamemos cuestionar. Si se trata de iniciativas que coincidan con nuestros presupuestos ideol¨®gicos, que por cierto deber¨¢n confirmarse pr¨®ximamente en un congreso, como la afirmaci¨®n en el Parlamento vasco del derecho de autodetermin aci¨®n, bien venidas sean. Si lo que Herni Batasuna propone es una pol¨ªtica econ¨®mica de tierra quemada, como alguno de sus l¨ªderes, no nos van a tener, evidentemente, a su lado.
"No habr¨¢ reunificaci¨®n con el PNV, somos un partido diferente"
Pregunta. ?Su aspiraci¨®n es absorber todo el espacio del nacionalismo democr¨¢tico?Respuesta. Los partidos nacionalistas deben representar toda la gama de ofertas ideol¨®gicas. Nosotros somos muy claros en las formulaciones nacionalistas, queremos un partido moderno y democr¨¢tico, en su funcionamiento interno y en su relaci¨®n con las instituciones. Seremos un partido que haga honor a su vocaci¨®n progresista, que significa un esfuerzo permanente de reforma de la sociedad.
P. ?No hay por su parte una estrategia de reunificaci¨®n con el Partido Nacionalista Vasco?
R. No. Somos un partido diferente. En su d¨ªa intentamos abrir una gran debate con presencia de todos, pero no fue posible. Hoy la sociedad vasca tiene otra oferta nacionalista que se ajusta m¨¢s a un modelo moderno y progresista. Tampoco aspiramos a que desaparezca un PNV con esa configuraci¨®n un tanto conservadora a que le est¨¢ llevando su direcci¨®n ¨²ltimamente.
P. ?Est¨¢ dispuesto a hacer campa?a pol¨ªtica en Navarra y el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s?
R. Por supuesto.
P. ?Ha recibido facilidades financieras del PSOE para debilitar al PNV?
R. No. Lo ¨²nico que se ha recibido del PSOE son declaraciones de que consideraban interlocutores m¨¢s apetecibles a Ardanza y Arzalluz que a Garaikoetxea y EA. Hemos gastado la cuarta parte que dos partidos rivales. Nuestro dinero procede de las aporta.ciones de 15.000 militantes y de cr¨¦ditos de cajas de ahorro vascas y dos bancos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.