Y la nave va
LA DECISI?N del fiscal general del Estado de no recurrir el auto de exculpaci¨®n de Jordi Pujol dictaminado por la Audiencia de Barcelona es de nuevo un hecho m¨¢s que discutible en todo este proceloso asunto, y algo muy dificil de aislar del entorno pol¨ªtico en que se produce. Pues han sido razones pol¨ªticas, seg¨²n parece, las que han inclinado la balanza a favor de dejar las cosas como estaban.El fiscal general, por lo que se sabe p¨²blicamente, se ampara en las opiniones mayoritarias de la Junta de Fiscales en el sentido de que el recurso, aparte de ser inoperante en la pr¨¢ctica, dar¨ªa ocasi¨®n al tribunal de defender con m¨¢s fuerza sus posiciones e, incluso, subsanar algunos de los defectos jur¨ªdicos de su resoluci¨®n, en la que decidi¨® no procesar al presidente de la Generalitat. Esto ¨²ltimo, con vistas a la necesidad de proseguir la investigaci¨®n respecto del resto de inculpados y eventualmente del propio Pujol por hechos nuevos que pudieran descubrirse, ya que la causa no ha sido formalmente sobrese¨ªda. Todo suena m¨¢s bien a un pretexto. El ministerio fiscal debe utilizar todos los medios legales a su alcance en defensa de la legalidad. Y es incomprensible -aunque sea ahora diferente persona la que ocupa el cargo- que la Fiscal¨ªa General del Estado d¨¦ un paso tan trascendente como la querella contra Pujol y luego decida retirarse por el foro sin agotar los tr¨¢mites jur¨ªdicos que la ley pone en su mano.
El fiscal del Estado ha perdido en su querella, y el recurso es la pr¨¢ctica habitual de cualquiera de las partes que se considere perdedora en un procedimiento judicial. La no presentaci¨®n del recurso es m¨¢s preocupante a¨²n cuando en el sumario se ha producido una larga y concienzuda investigaci¨®n que ha llevado a ocho magistrados a considerar la existencia de indicios racionales de criminalidad.
Las razones extrajur¨ªdicas que pueden haber pesado en la decisi¨®n de la Junta de Fiscales concuerdan perfectamente con el pensamiento actual del Gobierno, m¨¢s preocupado, al parecer, por evitar por todos los medios un grave problema en las relaciones con Catalu?a que porque resplandezca la justicia. El relevo en la fiscal¨ªa general tras la dimisi¨®n de Luis Antonio Bur¨®n por discrepancias con el Gobierno en el caso Banca Catalana y el nombramiento del ex ministro Moscoso para el cargo permiten pensar que ¨¦sta ha sido tambi¨¦n una manera de influir en el proceso. Pese a las acusaciones de Pujol, al administrar la victoria, de que el Gobierno tuvo una participaci¨®n decisiva en la interposici¨®n de la querella, muchos pueden dudar de que hubiera motivaciones pol¨ªticas en el inicio de esta causa; sin embargo, lo que parece meridiano es que las ha habido en la decisi¨®n de no recurrir. Eso no quiere decir que Pujol se beneficie de ello. Antes bien, la situaci¨®n le perjudica en el sentido de que, entre unas y otras cosas, el caso Catalana no ha sido cerrado y a¨²n dar¨¢ que hablar en el pr¨®ximo futuro.
Una vez decidido no presentar recurso de s¨²plica ante el pleno de la Audiencia, la ¨²nica v¨ªa que le quedar¨ªa al ministerio fiscal si quisiera retomar la causa ser¨ªa que un juzgado de instrucci¨®n dictara alg¨²n procesamiento de los restantes implicados y devolviera el asunto al pleno si apareciran en la investigaci¨®n nuevos datos sobre Pujol. La discusi¨®n te¨®rica, y no dilucidada, sobre si el Tribunal Supremo ser¨ªa competente o no para entender de un recurso de casaci¨®n o de queja al respecto ha sido saldada por la decisi¨®n de la fiscal¨ªa: porque el paso previo a cualquiera de esos recursos hubiera sido el de s¨²plica ante el tribunal juzgador, que es el que se ha optado no presentar.
Pero, con su toma de postura, la Fiscal¨ªa del Estado no s¨®lo abandona su querella contra Jordi Pujol, sino que de manera indirecta asiente a los t¨¦rminos en que se ha establecido la exculpaci¨®n de ¨¦ste. Esos t¨¦rminos incluyen las pintorescas opiniones de los magistrados de Barcelona sobre la operatividad y eficacia de la doble contabilidad en las empresas. No nos cabe ya la menor duda de que no s¨®lo se trata de la Audiencia de Barcelona: la fiscal¨ªa en pleno parece estar de acuerdo con semejante pronunciamiento, cuyo enunciado ha decidido no recurrir. Entre tanto enredo jur¨ªdico y pol¨ªtico, el caso Catalana prosigue mientras tanto su curso indeterminado. Antes o despu¨¦s chocar¨¢, inevitablemente, contra el uso de la raz¨®n.
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