El proyecto de 'punto final' divide a los argentinos
El proyecto de ley de Reconciliaci¨®n Nacional -mal llamado de punto final-, presentado por el Gobierno de Ra¨²l Alfons¨ªn ante las dos c¨¢maras, y la nueva y tercera absoluci¨®n del teniente de nav¨ªo Alfredo Astiz, por prescripci¨®n de la agresi¨®n, tortura y muerte de la joven argentino-sueca Dagmar Haguelin, han vuelto a dividir a los argentinos.
El intento del Gobierno radical de establecer una fecha final para los interminables procesos contra los militares y polic¨ªas involucrados en la guerra sucia frente a la subversi¨®n izquierdista ha sido mal explicado al pa¨ªs y no demasiado correctamente presentado a la opini¨®n p¨²blica por el presidente Alfons¨ªn, quien en su discurso radiotelevisado del jueves pasado se encontr¨® al borde de equiparar la violencia ileg¨ªtima del Estado con la ilegal violencia del terrorismo revolucionario.Pero el mayor da?o lo ha causado la coincidencia en el tiempo del anuncio del proyecto de ley mal llamado de punto final y la tercera absoluci¨®n de Astiz. El teniente de nav¨ªo no es en absoluto ni el m¨¢s criminal ni el m¨¢s abyecto de los militares argentinos que perdieron su honor en la represi¨®n de la guerrilla, pero ha devenido en un arquetipo de lo peor de todos ellos: doblez, enga?o, traici¨®n, fanatismo, cinismo, crueldad, prepotencia.
Pero su absoluci¨®n por la C¨¢mara Federal de Apelaciones -civil- tras dos absoluciones del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas debe escribirse en cursiva por implicar, al mismo tiempo, una condena moral. La C¨¢mara Federal ha reconocido a Astiz como autor del descerebramiento y ulterior desaparici¨®n de la adolescente Dagmar Haguelin, pero se ha visto incapaz de condenarle ante la prescripci¨®n de su delito, cometido hace m¨¢s de 10 a?os.
La queja de lo m¨¢s sensibilizado de la poblaci¨®n tiene fundamentos: los delitos de lesa humanidad no deben ser prescriptibles y, en todo caso, en ese pa¨ªs las prescripciones penales debieran contarse a partir de 1983, cuando, ya bajo un r¨¦gimen democr¨¢tico, las denuncias podr¨ªan presentarse sin correr peligro de muerte.
La absoluci¨®n del teniente de nav¨ªo, quien, no obstante, se encuentra involucrado en el sumario de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada que se ver¨¢ pr¨®ximamente, ha influido negativamente en la presentaci¨®n del proyecto de ley de Reconciliaci¨®n Nacional.
Aqu¨¦l no prev¨¦ para nada un borr¨®n y cuenta nueva, sino la fijaci¨®n de un plazo para presentar nuevas denuncias. Los procesos en marcha o en apelaci¨®n continuar¨¢n su curso, as¨ª como las indagatorias sobre los militares o polic¨ªas pr¨®fugos y los casos relativos a la desaparici¨®n de ni?os.
A¨²n aprob¨¢ndose en los tres primeros meses de 1987 esta ley de reconciliaci¨®n, los procesos por la guerra sucia continuar¨ªan en Argentina al menos durante dos a?os m¨¢s. El proyecto de ley, adem¨¢s, ni perdona, ni indulta, ni amnist¨ªa a los ya condenados en primera instancia o a los que le fueren en firme en el futuro.
El debate que se abre se enreda en los gaseosos conceptos de la obediencia debida y en los l¨ªmites contingentes entre la brutalidad criminal y la lesa humanidad. Buena parte de los argentinos, cierto que tard¨ªamente, descubre ahora que hay atrocidades que en su d¨ªa fueron patrocinadas por el Estado y que ni pueden ni deben ser perdonadas, reconciliadas o finalizadas con la sola ofrenda de las cabezas de turco de los principales o m¨¢s visibles responsables. Al menos el presidente Alfons¨ªn ha logrado la m¨¢s firme declaraci¨®n de constitucionalidad de las Fuezas Armadas en la entrega de despachos, el s¨¢bado, de las nuevas promociones de oficiales y suboficiales de las tres armas.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier general del Aire Teodoro Waldner, afirm¨® que "...nunca habr¨¢ mejor revoluci¨®n que la de las urnas, ni mejor golpe que el que vuestro respeto a las leyes y subordinaci¨®n al orden constituido aplique a los que quieran incitarlos a su quebrantamiento".
"Cuidado", continu¨® Waldner, "con sus cantos de sirena y con sus propuestas de convertirlos en salvadores; casi siempre, al final de los Gobiernos de facto, quedaron muchos m¨¢s militares desprestigiados que instigadores al golpe que hayan asumido su responsabilidad".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Dictadura argentina
- Ra¨²l Alfons¨ªn
- Alfredo Astiz
- Prescripci¨®n delitos
- Dictadura militar
- Personas desaparecidas
- Argentina
- Sudam¨¦rica
- Casos sin resolver
- Latinoam¨¦rica
- Dictadura
- Am¨¦rica
- Casos judiciales
- Gobierno
- Historia contempor¨¢nea
- Administraci¨®n Estado
- Delitos
- Historia
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Justicia