Periodistas
El periodismo est¨¢ definido como la profesi¨®n m¨¢s arriesgada del mundo, despu¨¦s del paracaidismo. O antes. Porque el periodista tiene que arrojarse, a diario y sin paraca¨ªdas, desde las alturas de la profesi¨®n a las bajuras de la noticia. Y siempre se pega el tortazo. Antes era la censura y ahora son los tribunales. Conc¨¦ntrico a este periodismo nacional, cruento (y da ya como un poco de asco citar la frase de Larra al respecto), est¨¢ el periodismo madrile?o, que, por vivir y beber en fuentes m¨¢s cercanas al Poder, corre siempre mayores riesgos. Hace unas semanas, la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid conmemor¨® la inauguraci¨®n del Palacio de la Prensa por don Alfonso XIII, en el 90 aniversario, con asistencia de los Reyes. En ese peque?o rascacielos de Callao tuvo el estudio, en las azoteas, el gran Pancho Coss¨ªo, que es el Turner espa?ol y santanderino. Frente por frente lo ten¨ªa mi amigo Manolo Zatara¨ªn, que hoy podr¨ªa pasar por hiperrealista magno, si quisiera. El tiempo velazque?o le ha dado la raz¨®n. En los bajos de ese modesto rascacielos estuvo J/J, la discoteca yey¨¦ de los sesenta. Y, entre medias de Coss¨ªo y los yey¨¦s, la Redacci¨®n de La Codorniz, adonde alguna vez le llev¨¦ art¨ªculos a ?lvaro de Laiglesia, que me los devolvi¨®. Y la Asociaci¨®n de la Prensa. Hoy la preside Luis Apostua, al que yo saco mucho en mis art¨ªculos, porque lo tuve de maestro durante un tiempo, porque forma parte de mi mundo vecinal (que Aranguren defini¨® una vez como "safflete exhibicionista"), porque le qu¨ªero/admiro mucho y porque pasea por el barrio dos galgos afganos que son como dos cocottes de Toulouse-Lautrec cruzadas de dos arc¨¢ngeles de Herrera Oria.As¨ª las cosas, hubo un tiempo en que Gim¨¦nez Caballero (el Groucho Marx del fascismo espa?ol) era el primer columnista nacional. Hubo un tiempo en que a La Venus del espejo, de Vel¨¢zquez, se le tapaba el culo en la Prensa con un recuadro/ pie de foto que ca¨ªa casualmente sobre los gl¨²teos. Todo esto, o cosas parecidas, puede verse en la muestra de los 90 a?os de "canallesca" (como el propio Apostua me dice) exhibidos en Callao. Cuando Juan Aparicio fue a entregarle el carn¨¦ a Josep Pl¨¢, mediante tr¨¢mite del gran editor Verg¨¦s, Pl¨¢ respondi¨® sencillamente al discurso mussoliniano de Aparicio: "?Qu¨¦ se debe?".
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