2 / No hay indefension
NO POR esperado el fallo, la sentencia a favor de la constitucionalidad de la ley de expropiaci¨®n de Rumasa deja de tener una importante trascendencia. La decisi¨®n se produce cuando la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica dej¨® de centrarse en el caso y en las posteriores peripecias de Ruiz-Mateos, pero la resoluci¨®n del TC viene a barrer cualquier sombra de duda sobre la constitucionalidad del procedimiento utilizado para la expropiaci¨®n. Aunque pareci¨® que la sentencia del mismo tribunal de 9 de diciembre de 1983, sobre la constitucionalidad del inicial decreto-ley expropiador hab¨ªa cerrado el litigio, la conversi¨®n de ese decreto en ley abri¨® una nueva posibilidad de recurso. La iniciativa de un juez de Madrid ha obligado al TC a entrar en el fondo de la medida expropiatoria, con ocasi¨®n de un interdicto para recobrar la posesi¨®n de sus bienes presentado por Ruiz-Mateos a finales de 1983. El juez, en una encomiable actuaci¨®n tendente a quitar cualquier duda sobre la indefensi¨®n de un ciudadano, plante¨® cuesti¨®n de inconstitucionalidad.El Tribunal Constitucional no ha hecho sino retomar en su sentencia de ahora la misma doctrina expuesta en la de diciembre de 1983, pero reforzada por una mayor¨ªa cualificada. Seg¨²n dicha doctrina, la expropiaci¨®n de Rumasa mediante un ley singular cumple los requisitos que la Constituci¨®n y la ley de Expropiaci¨®n Forzosa establecen para las expropiaciones administrativas por motivos de utilidad p¨²blica e inter¨¦s social. La tutela judicial que la Constituci¨®n otorga a los ciudadanos no se ve alterada ni limitada respecto de los expropiados en el caso Rumasa y no se les priva tampoco de la correspondiente indemnizaci¨®n. Igualmente, los expropiados tienen abiertas todas las v¨ªas legales para impugnar el monto de las indemnizaciones acordadas,
Con la sentencia ahora hecha p¨²blica se desvanece cualquier rastro de sospecha sobre la legalidad de todo el proceso. Pero es esta adem¨¢s buena ocasi¨®n para lamentar la atenci¨®n prestada por algunos medios pol¨ªticos y sociales a la figura de Ruiz-Mateos, al que se le concede una popularidad y un protagonismo social que resultar¨ªa chusco si no fuera alarmante, habida cuenta del da?o que el caso Rumasa ha deparado a los ciudadanos de este pa¨ªs.
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