El avi¨®n 'Voyager' consigue dar la vuelta al mundo sin escalas y sin repostar
Un hombre y una mujer norteamericanos rompieron ayer uno de los ¨²ltimos r¨¦cords todav¨ªa en pie de la historia de la aviaci¨®n, al dar la vuelta al mundo sin escalas y sin repostar combustible. En un fr¨¢gil avi¨®n con aspecto de extra?o insecto, de s¨®lo 1.000 kilos de peso, recorrieron 26.000 millas en nueve d¨ªas antes de aterrizar en el desierto de Mojave, en California. Dick Rutan, de 48 a?os, y su compa?era, Yeana Yeager, de 34, abandonaron el Voyager por su propio pie tras permanecer algo m¨¢s de 216 horas comprimidos en un espacio algo m¨¢s peque?o que una cabina telef¨®nica y aguantar tifones, tormentas, fuertes vientos, aver¨ªas mec¨¢nicas, un ruido ensordecedor, calambres y una fatiga prolongada que estuvieron a punto de hacer fracasar su hist¨®rico vuelo.
El pa¨ªs, necesitado de una inyecci¨®n de optimismo despu¨¦s de un a?o que se abri¨® con la tragedia de la explosi¨®n del transbordador espacial Challenger y se cierra con el esc¨¢ndalo que amenaza la presidencia de Ronald Reagan, vio en directo por las principales cadenas de televisi¨®n el aterrizaje del Voyager en la base a¨¦rea de Edwards, a las afueras de Los ?ngeles. La llegada fue seguida tambi¨¦n por los ni?os en las escuelas. "Es absolutamente magn¨ªfico, un ejemplo de lo mejor de los pioneros americanos", afirm¨® el presidente al tocar tierra el avi¨®n experimental, a las 8.05, hora de California (17.05 hora peninsular), construido con fibra de vidrio, kevIar y grafito (como las raquetas de tenis) y concebido para volar mucho tiempo con muy poco combustible.En un arranque de esp¨ªritu patri¨®tico, Dan Rather, el presentador m¨¢s famoso de la telev¨ªsi¨®n americana, afirm¨® en la CBS que lo ocurrido es "un tributo al individualismo", ya que el Voyager es un producto de la iniciativa privada ¨²nicamente, y a?adi¨®: "Demuestra lo que los americanos somos capaces de hacer. Aqu¨ª llegan dos verdaderos h¨¦roes". Rutan, que fue piloto de caza en Vietnam, y Yeager, experta paracaidista y piloto, han pulverizado el r¨¦cord establecido en 1962 por un bombardero B-52 de la fuerza a¨¦rea norteamericana, que vol¨® 12.532 millas sin parar y sin repostar tambi¨¦n, desde Okinawa hasta la base de Torrej¨®n.
Los dos pilotos, que se han turnado al mando del avi¨®n tratando de descansar -nunca m¨¢s de tres o cuatro horas seguidas de sue?o- en un estrecho nicho movi¨¦ndose como contorsionistas, estuvieron a punto de fracasar en su intento 12 horas antes de alcanzar su base de partida. Un problema en el suministro de combustible al motor trasero (el avi¨®n ten¨ªa dos motores, y el delantero s¨®lo se utiliz¨® pr¨¢cticamente en el despegue y en los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la misi¨®n) hizo que se quedaran durante unos minutos sin energ¨ªa propulsora, perdiendo altura peligrosamente. Algo de gasolina entr¨® tambi¨¦n en la cabina. Pero finalmente consiguieron arrancar de nuevo el motor.
Miles de personas acudieron al amanecer a la base de Edwards para recibir al Voyager, un avi¨®n de apariencia endeble, que consigui¨® escapar del tif¨®n Marge al volar sobre el Pac¨ªfico. Rutan, que ha realizado el 80% del pilotaje durante la misi¨®n, consigui¨® aprovechar los vientos de cola generados por la tormenta para ganar velocidad (el avi¨®n, sin presurizaci¨®n en la cabina, ha volado a una media de unos 250 kil¨®metros por hora y a unos 3.000 metros de altura).
Hubo un momento en que el Voyager tuvo que dar la vuelta para evitar los fuertes vientos. Las dudas sobre si llegar¨ªa el combustible para acabar el vuelo, realizado fundamentalmente sobre los oc¨¦anos -los instrumentos de a bordo midieron err¨®neamente-, amenazaron el r¨¦cord. El martes, sobre el Caribe, fuertes vientos dieron la vuelta al avi¨®n zarandeando a sus ocupantes. Rutan perdi¨® durante unos minutos el control del avi¨®n y se temi¨® que Yeager hubiera resultado herida por los golpes sufridos contra la cabina. En algunos momentos el cansancio hac¨ªa que los pilotos no respondieran a las ¨®rdenes m¨¢s simples radiadas desde tierra. Cuando volaban sobre ?frica se olvidaron de realizar un cambio de aceite en el motor trasero, que se recalent¨® peligrosamente.
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