La ¨²ltima pincelada
Nueve pintores ante el momento de terminar un cuadro
Eduardo Arroyo (Madrid, 1937), que juega en sus obras con una visi¨®n ir¨®nica de los signos que identifican nuestro mundo, considera que "hay cuadros que se atraviesan y tardo mucho en terminarlos, pero nunca menos de una semana ni m¨¢s de un mes. El resultado modifica a medida que el cuadro se va haciendo". El proceso var¨ªa en funci¨®n de cada cuadro.
Arroyo cree que un cuadro est¨¢ terminado cuando est¨¢ firmado y con un t¨ªtulo detr¨¢s de la tela. "A partir de ese momento lo vuelvo contra la pared y no me pertenece. No tengo cuadros m¨ªos en mi estudio y tampoco en mi casa. Los encuentro, de cuando en cuando, en museos y publicaciones. En el estudio est¨¢n vueltos contra la pared". Arroyo asegura que no vive a gusto con sus cuadros. "¨²nicamente convivo con los cuadros no resueltos. En Par¨ªs tengo un cuadro que me est¨¢ esperando. Un cuadro est¨¢ terminado cuando est¨¢ resuelto". Recuerda Arroyo la obsesi¨®n de Bonnard, que iba a escondidas a los museos para retocar y terminar sus obras.
Ant¨®n Pati?o, nacido en Monforte de Lemos (Lugo) en 1957, cree que "el cuadro tiene que ser r¨¢pido. La pintura moderna no puede durar, tiene que ser r¨¢pida. El cuadro tiene que estar hecho en una sesi¨®n. La preparaci¨®n, la idea, puede llevar meses o a?os, pero admite soluciones posibles. Pintar un cuadro es ejercer un instante de tu vida. Parto de una idea muy racional, pero la resoluci¨®n es m¨¢s instintiva, tiene que haber un ingrediente irracional. La rapidez irracionaliza el trabajo, no da tiempo a pensarlo". Pati?o considera que "un cuadro est¨¢ terminado cuando el cuadro me habla a m¨ª. Frente a la ¨²ltima pincelada, Pati?o se?ala que "el momento del final es el m¨¢s dif¨ªcil de todos. En la pintura aut¨¦ntica no puede haber una idea de final, porque eso ser¨ªa un presupuesto de una escuela acad¨¦mica. Si conociera el final de antemano conocer¨ªa un modelo ideal a imitar".
Cuadros enfermos
"Cuando el cuadro habla por s¨ª solo, est¨¢ terminado. Llega un momento en que tienes la sensaci¨®n de que ya est¨¢, y no se puede describir con palabras esa sensaci¨®n". Quien as¨ª de explicar su sensaci¨®n ante el final de un cuadro es Menchu Lamas, una pintora expresionista nacida en Vigo en 1954. Cuando empieza un cuadro no lo deja hasta que est¨¢ resuelto. Pero hay cuadros que es preciso abandonar porque no hay forma de resolverlos. "Entonces lo que hago es borrarlo, porque es un cuadro enfermo. Lo que me gusta es que el lienzo contenga el momento que est¨¢s sintiendo. A veces nos llevamos muy bien y lo hacemos muy r¨¢pido. Es imposible de saber. No se puede hablar de cosas en general, cada uno tiene su biograf¨ªa y habla por s¨ª mismo".Para el pintor sevillano Juan Lacomba, nacido en 1954, "hay cuadros que salen al instante, que van directos, al final, y otros que se atrancan meses y meses, y hasta a?os. Hay cuadros que se proyectan y est¨¢n ya terminados casi de antemano. A veces los pones de cara a la pared, y despu¨¦s los coges, al cabo del tiempo, y pueden llegar a convertirse en los mejores. Nunca tiro un cuadro. Hasta que no lo veo no lo dejo". Lacomba estima que lo m¨¢s complicado de un cuadro es cuando lo empiezas, no cuando lo terminas.
Lacomba rememora el privilegio que Vel¨¢zquez tuvo de retocar sus obras porque conviv¨ªa en la corte con sus lienzos. "El acabado de un cuadro est¨¢ en funci¨®n del debate pict¨®rico. Influye en la dicci¨®n, en c¨®mo se dicen las cosas: no es lo mismo decir una cosa de una manera ruda que dulce, y lo mismo ocurre con la pintura", previene el pintor, que ha pasado largas temporadas en Par¨ªs. "Cuando consigo que el cuadro funcione, se aproxime al m¨¢ximo a la emoci¨®n primera, es cuando est¨¢ terminado. En cierto modo, es una reconstrucci¨®n de la emoci¨®n".
De reconstruir la emoci¨®n tambi¨¦n habla Mar¨ªa Moreno (Madrid, 1933). Casada con Antonio L¨®pez Garc¨ªa, llega al estudio de su marido con granadas reci¨¦n compradas en un mercado ,del centro de Madrid. Tiene las manos suaves y sucias de pintura. Mar¨ªa Moreno cree que un cuadro est¨¢ terminado "cuando has puesto en ¨¦l toda la intenci¨®n que llevabas". Depende mucho de esa primera intenci¨®n: "Si la has perdido, el cuadro se queda abierto, frustrado. Se ha perdido, volatilizado la intenci¨®n". Un cuadro "es una situaci¨®n tan conflictiva que a veces es dif¨ªcil saber si est¨¢ acabado, cu¨¢ndo has volcado todo el contenido de la emoci¨®n en el cuadro y lo das por acabado. A lo mejor el fin del cuadro est¨¢ en tu propio interior".
M¨¢s con menos
Marta C¨¢rdenas, nacida en San Sebasti¨¢n en 1944, es una reconocida paisajista. "Pinto paisajes y voy al campo. Tengo que pintar muy de prisa, porque el tiempo y el paisaje cambian. Me he propuesto un cuadro en una sesi¨®n. Cuando la luz ha cambiado, el cuadro ha terminado. Me he hecho un planteamiento est¨¦tico que va a favor de eso. A base de trabajar en la naturaleza, junto a mi pasi¨®n por lo oriental, he llegado a la conclusi¨®n de que un cuadro est¨¢ resuelto cuando est¨¢ lo m¨ªnimo imprescindible para que se entienda de qu¨¦ va el asunto, y entonces hay que dejarlo. Quiero hacer un retrato del momento del paisaje. Cuando veo que es reconocible, aunque sea m¨ªnimamente, pienso que cualquier pincelada m¨¢s va a estropearlo". Recurre al poeta Ezra Pound para defender que "lo mejor es lo que quiere decir m¨¢s con inenos"."Es un poco dif¨ªcil de racionalizar, porque intervienen procesos sensitivos. Es m¨¢s una sensaci¨®n que una certeza. Juegas con un abanico de motivaciones, y la ejecuci¨®n es un di¨¢logo entre la idea previa y lo que el cuadro te va dando", dice Pablo Sarabia, nacido en Madrid en 1960. "Hay un momento en que el di¨¢logo se agota, y si sigues, el cuadro se convierte en algo distinto. Es dificil de expresar con palabras algo que es muy intuitivo y que tiene m¨¢s relaci¨®n con lo visual que con lo verbal".
Guillermo P¨¦rez Villalta, que evoca figuras cl¨¢sicas en un entomo de obsesiones personales, cree que "un cuadro se acaba por cansancio. Siempre ves cosas que es necesario hacer, hasta que decides que ya no queda nada por hacer en ¨¦l. No creo que un cuadro tenga un momento claro de finalizaci¨®n". P¨¦rez Villalta, nacido en Tarifa, C¨¢diz, en 1948, hace hincapi¨¦ en el diferente sentido de final en funci¨®n del estilo al que se adscriba el artista. "Un constructivista puede tenerlo perfectamente claro. En mis cuadros no tengo una percepci¨®n clara del final. Voy cumpliendo etapas seg¨²n un orden muy matem¨¢tico, muy racional. Pero al cumplir ese ciclo, por mucho que te lo hayas imaginado, hay cosas que no funcionan. Yo no creo en los cuadros intuitivos. El arte es la prolongaci¨®n del pensamiento, y eso es la obra de arte".
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