Desorientaci¨®n
Desde mi entrada en el mundo de los adultos (y de esto, por desgracia, casi ya no me acuerdo, de tan lejano) renunci¨¦ a la posesi¨®n de las claves que pod¨ªan ayudarme a entender la realidad. Como el hombre moderno de Nietzche "estoy completamente desorientado, soy todo lo que est¨¢ completamente desorientado"). Muy a pesar de ello trato ilusamente de adentrarme en las razones de algunos sucesos, y es el caso que hoy, tras la lectura en su diario de la carta del profesor S¨¢nchez Mazas, mi irredenta vocaci¨®n anal¨ªtica se afana en comprender lo que parece un dislate retorcido y huero, pero fracaso otra vez.?Es posible condenar a S¨¢nchez-Mazas? Pregunta simple, lo s¨¦. Y sobre todo, ?es posible condenarlo -como ¨¦l mismo apunta- antes de que su d¨¦bil voz sea o¨ªda? Se me preguntar¨¢: ?qu¨¦ sabe usted de la administraci¨®n de la justicia? Nada, contesto, salvo lo que el sentido com¨²n me dice. Y ?ha le¨ªdo usted el art¨ªculo por el que se le condena? No recuerdo -digo-, pero intuyo (y no peco de arrogancia) el mensaje de sus palabras. Sin embargo, -nada de ello me desautoriza para pronunciarme a favor de S¨¢nchez-Mazas porque:
- S¨¦ que la justicia de este pa¨ªs, y casi todos nosotros con ella, ha apostado muy fuertemente por la democracia.
- Conozco la trayectoria del se?or S¨¢nchez-Mazas como ciudadano y como ptofesional y s¨¦ de su buen hacer.
- La lectura, como es bien sabido, puede hacerse entre l¨ªneas, y he le¨ªdo mucha historia y muchos cuentos.
- La raz¨®n es posible, todav¨ªa.
Y porque, como dice Unamuno, "mal puede el hombre invocar sus derechos sin una previa conciencia de su hombr¨ªa". Miguel S¨¢nchez-Mazas y muchos de nosotros sabemos bien de la suya.
Defensor del Pueblo, Rey generoso, Tribunal Constitucional, la profesion¨¢lidad de Bandr¨¦s. No es una acumulaci¨®n artificial ni artificiosa. Si no es suficiente, ?qu¨¦ nos queda? ?C¨®mo manejar sin dificultades la esperanza? -Elena Escudero.
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