Cine obeso
Es curioso. El monstruo al que se combate acaba venciendo al enemigo por KO t¨¦cnico y en su propio terreno. Ya lo vimos el pasado s¨¢bado con El ?lamo y lo volveremos a ver hoy con ?xodo. Tanto una como otra pertenecen al lote de grandes superproducciones de los sesenta, empecinados dinosaurios que deb¨ªan recuperar al espectador cuyos ojos, empeque?ecidos, se estaban drogando en exceso por la coca¨ªna televisiva. De funcionar, entonces, funcionaron.Hoy, como se ve, esas criaturas ya no tienen otro sentido que la gruta dom¨¦stica, el v¨ªdeo o la tele: su sinsentido. La de Otto Preminger, ?xodo, puede tambi¨¦n entenderse desde -el punto de vista de un cineasta que, sin perder la compostura, pasaba de excelentes t¨ªtulos tocados de intimismo, como. Laura o Ambiciosa, a pel¨ªculas m¨¢s ambiciosas, grandes teffi as servidos en muchos kil¨®metros de celuloide, trascenencia absoluta y reparto de domingo. A esa rama de su filmograf¨ªa pertenecen obras como Tempestad sobre Washington, Primera victoria, El cardenal, o este Exodo lujoso y bien ponderado.
Cine obeso, pues, de ra¨ªz ¨¦pica y carne literaria sonada (un ¨¦xito de ventas de Le¨®n Uris que estimula la concienciaci¨®n ideo l¨®gica, servido por un guionista Dalton Trumbo, de negro pasado en las listas negras), Exodo se beneficia de la astuta mano narrativa del maestro Preminger, quien, sin prescindir del gran despliegue de gr¨²as y de la aparatosidad que le proporciona un confortable presupuesto, y sin prescindir tampoco de un cierto y facil¨®n esquematismo que ti?e a sus personajes de simplicidad, sabe hallar ese momento relajado y sereno de lirismo cinematogr¨¢fico.
Tres horas
Un discurrir de agua fresca que hace que sus tres horas de duraci¨®n se soporten con grato confort. Claro que Paul Newman, Ralpli Richardson, Lee J. Cobb y un nutrido reparto de primeras y segundas figuras se encargan de mantener en todo momento la mirada fascinada del espectador. El o¨ªdo, eso ya es cosa de Ernest Gold, que para la ocasi¨®n inmortaliz¨® una partitura de las que pegan, un leitmotiv perpetuo.Antes, por la tarde, m¨¢s cine colosal, Las cuatro plumas. Una de las varias versiones'que de esta historia de imperio colonial brit¨¢nico y honor se han llevado a las pantallas, y sin duda la mejor. Los hermanos Korda, Alexander produciendo y Zoltan asumiendo la puesta en escena, se lanzaron al aut¨¦ntico Sud¨¢n, donde se desarrolla la acci¨®n, y all¨ª se enzarzaron, con esa ingen¨²idad propia del buen cine de aventuras, en un frenes¨ª ex¨®tico y visualmente agradecido. Con un exceso de sentimentalismo y.con mucho propagandismo, Las cuatro plumas se sigue disfrutando enormemente porque esos factores del coraz¨®n y la mente jam¨¢s empa?an valor emocional alguno. Quede constancia -de un reparto donde varios destacan y donde destaca, hoy por partida doble, ese Ralpli Richardson castigado por la ceguera- de C. Aubrey Smith, el actor que mejor encarn¨® la gallard¨ªa inglesa en suelo t¨®rrido, aqu¨ª inolvidable contando batallitas con la ayuda de frutos tropicales.Las cuatro plumas se emite hoy, por TVE- 1, a las 16.05. Exodo se emite hoy, por TVE-1, a las2l.35.
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