El 'invierno nuclear'
El art¨ªculo de R. M. de Rituerto (EL PA?S, 27 de diciembre de 1986) parece sugerir que la plausibilidad de la hip¨®tesis del invierno nuclear depende ¨²nicamente del experimento a que all¨ª se alude, que habr¨ªa de proporcionar a dicha hip¨®tesis "su confirmaci¨®n o su puntilla". Sin embargo, la realidad es algo m¨¢s compleja.Una verificaci¨®n o refutaci¨®n decisiva de la hip¨®tesis del invierno nuclear s¨®lo cabr¨ªa, claro es, despu¨¦s de que hubiera tenido lugar un conflicto nuclear a gran escala. No obstante, desde las primeras formulaciones de la hip¨®tesis, en 1982, se han sucedido los intentos de contrastarla mediante elaboradas t¨¦cnicas de evaluaci¨®n y simulaci¨®n, sin que los c¨¢lculos cient¨ªficos realizados hayan conseguido a¨²n poner en tela de juicio sus postulados b¨¢sicos. Algunos hitos de este proceso son la conferencia de Washington de los d¨ªas 31 de octubre y 1 de noviembre de 1983 (cuyo material m¨¢s significativo figura en el libro El fr¨ªo y las tinieblas. El mundo despu¨¦s de una guerra nuclear, Alianza Editorial, Madrid, 1986) y los trabajos realizados por el Consejo Nacional de Investigaci¨®n norteamericano para el Ministerio de Defensa de dicho pa¨ªs, as¨ª como los llevados a cabo por la Royal Society canadiense o el propio Pent¨¢gono.
Con todo, el empe?o m¨¢s ambicioso lo constituye un estudio internacional realizado por el Comit¨¦ Cient¨ªfico para Problemas del Medio Ambiente (SCOPE, en sus siglas inglesas), que durante tres a?os aun¨® los esfuerzos de 300 expertos de todo el mundo. En una discusi¨®n cient¨ªfica de los resultados de dicho estudio celebrada recientemente en Londres (The Guardian, 3 de diciembre de 1986) se subrayaba la recomendaci¨®n de sus autores de evitar en lo posible el t¨¦rmino invierno nuclear porque, aunque conclu¨ªan que en caso de un conflicto at¨®mico las alteraciones clim¨¢ticas y medio ambientales ser¨ªan de gran envergadura, tal denominaci¨®n pone un excesivo ¨¦nfasis en los aspectos puramente clim¨¢ticos, siendo as¨ª que las epidemias, las hambrunas, la ruptura de los sistemas biol¨®gicos y el caos social tendr¨ªan una gravedad comparable.
En s¨ªntesis, que el estudio de SCOPE se?ala la necesidad de investigaciones adicionales antes de poder precisar el conjunto de efectos de una guerra nuclear, pero actualmente parece haber un consenso en la comunidad cient¨ªfica mundial en que "muchos de los efectos globales y de car¨¢cter clim¨¢tico que se han venido considerando desde los estudios iniciales sobre el particular son lo suficientemente probables como para que deban constituir una cuesti¨®n de la m¨¢xima preocupaci¨®n".- Javier D¨ªaz Malledo.
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