El viaje mediterr¨¢neo
EL VIAJE que el presidente del Gobierno inicia hoy a T¨²nez y Egipto enfrenta algunas cuestiones econ¨®micas graves, como la que plantea la deuda egipcia, pero tambi¨¦n otras relacionadas con la pol¨ªtica exterior en general. En cierto modo pone fin a la etapa de desasosiego provocado en el mundo ¨¢rabe por nuestro reconocimiento de Israel. Etapa, por lo dem¨¢s, corta y sin apreciables traumas.Felipe Gonz¨¢lez se dirige a T¨²nez cuando, junto al mayor acercamiento a Marruecos, el reciente viaje de Alfonso Guerra a Argel -con un acuerdo sobre formas de cooperaci¨®n en cuestiones de preparaci¨®n militar- ha dado una dimensi¨®n m¨¢s global y equilibrada a nuestras relaciones con el Magreb. Con T¨²nez no ha tenido Espa?a ning¨²n motivo de fricci¨®n, pero ello no disminuye la conveniencia de estrechar relaciones. T¨²nez es un pa¨ªs de cuya estabilidad puede beneficiarse toda la zona y que alberga en su territorio la sede de la Liga ?rabe.
En una declaraci¨®n hecha antes de la llegada de Felipe Gonz¨¢lez, y refiri¨¦ndose al problema palestino, el primer ministro tunecino, Rachid Sfar, ha dicho que Madrid "tendr¨¢ que desempe?ar un papel cada vez m¨¢s importante con vistas a la b¨²squeda de una soluci¨®n equitativa al conflicto". Es cierto que Espa?a se encuentra ahora en mejores condiciones de potenciar su pol¨ªtica mediterr¨¢nea para contribuir a rebajar las tensiones y a buscar soluciones negociadas a los graves problemas existentes en esta parte del mundo. Al activar esa dimensi¨®n de su pol¨ªtica exterior dar¨¢ adem¨¢s mayor consistencia a las otras esferas de su presencia en el escenario europeo e internacional.
Una autonom¨ªa europea dentro de la Alianza Atl¨¢ntica es una necesidad general, pero que se hace sentir m¨¢s a¨²n en relaci¨®n con el Mediterr¨¢neo. Considerar ¨¦ste simplemente como "el flanco sur de la OTAN" es una concepci¨®n estrat¨¦gica estrecha y deformada que ha llevado a EE UU a graves errores y fracasos. Europa necesita una pol¨ªtica pensada a partir de otros presupuestos, m¨¢s centrada en las realidades nacionales y que se deslinde del encorsetamiento en la bipolaridad militar URSS-EE UU. Pero los pa¨ªses europeos meridionales, que tienen un inter¨¦s com¨²n indiscutible en este terreno, realizan cada uno su pol¨ªtica propia y con tendencia a prestar cada vez un inter¨¦s menor a los problemas de esta regi¨®n. Salvo cuando surgen hechos como el bombardeo de Libia, o en las cuestiones del terrorismo y los rehenes, sin duda importantes, pero que no bastan para construir una pol¨ªtica a largo plazo. Sin embargo, la gravedad del conflicto palestino -por no hablar de otros- no disminuye. La necesidad de una pol¨ªtica de buenos oficios entre las partes y de impulso a las posibilidades de negociaci¨®n, aunque sean escasas, es hoy indiscutible. Estados Unidos, que en el momento de Camp David tuvo un protagonismo tan visible, est¨¢ hoy condenado a un papel m¨¢s modesto. Ello acrece la necesidad de una mayor capacidad de iniciativa por parte de Europa.
El actual viaje de Felipe Gonz¨¢lez, lo mismo que las discusiones en noviembre y diciembre pasados en Par¨ªs entre Craxi y Mitterrand, y entre Gonz¨¢lez y Mitterrand, indican un deseo com¨²n de otorgar a los problemas del Mediterr¨¢neo una jerarqu¨ªa m¨¢s alta en la pol¨ªtica europea y a enfocarlas con cierta perspectiva. Otro paso importante ser¨¢ la cumbre ¨ªtalo-espa?ola, fijada para finales de este mes en Mallorca. Reviste particular inter¨¦s la propuesta adelantada por el primer ministro italiano de crear un grupo de contacto del que formar¨ªan parte algunos pa¨ªses europeos y ¨¢rabes; por ejemplo, Francia, Italia, Espa?a, Marruecos, Argelia. El presidente franc¨¦s ha sugerido su ampliaci¨®n a Yugoslavia y a dos o tres pa¨ªses ¨¢rabes m¨¢s, evitando los directamente involucrados en los conflictos. El tema est¨¢ en estudio en las canciller¨ªas. El objetivo de ese grupo ser¨ªa crear una convergencia de buenas voluntades para buscar soluciones pac¨ªficas y negociadas a los conflictos. Es un proyecto m¨¢s modesto que otros anteriores de conferencias mediterr¨¢neas con grandes objetivos, que nunca se han plasmado en algo concreto. Quiz¨¢ por ello mismo, m¨¢s viable.
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