La tormenta monetaria
TRAS UNA semana de especulaci¨®n y dos d¨ªas de tensas negociaciones entre funcionarios, primero, y responsables pol¨ªticos, despu¨¦s, el Comit¨¦ Monetario de la Comunidad Europea (CE) ha decidido un nuevo ajuste de paridades en el seno del Sistema Monetario Europeo (SME). Esta nueva crisis del SME refleja, en ¨²ltimo t¨¦rmino, los fuertes desequilibrios que existen actualmente entre las balanzas corrientes de los principales pa¨ªses industrializados del mundo, en particular entre Estados Unidos, Rep¨²blica Federal de Alemania y Jap¨®n.Las ¨²ltimas cifras relativas al excedente comercial alem¨¢n occidental arrojan un saldo positivo del orden de los 58.000 millones de d¨®lares -unos 4.000 millones m¨¢s de lo que hace apenas un mes preve¨ªa la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE)-, lo. cual llevar¨¢ al excedente en cuenta corriente a unos 36.000 millones de d¨®lares. Parad¨®jicamente, este excedente se obtendr¨¢ a pesar del estancamiento de las exportaciones y de un crecimiento de las importaciones de mercanc¨ªas del orden del 8% en t¨¦rminos reales. Dicho de otra manera, una buena parte de la explicaci¨®n del excedente hay que buscarla, en ¨²ltimo t¨¦rmino, en la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo y de las materias primas.
Pero la fortaleza del marco alem¨¢n tiene, adem¨¢s, otras causas fundamentales: la primera, y m¨¢s evidente, reside en la estabilidad de la econom¨ªa alemana occidental, que ha conseguido una reducci¨®n en el nivel absoluto de los precios a lo largo del pasado a?o. El segundo factor es la debilidad del d¨®lar; cuando se produce una quiebra de la confianza inversora en la moneda norteamericana, la opci¨®n alternativa es el marco y, s¨®lo desde hace poco y de forma limitada, el yen.
En cuanto a la econom¨ªa francesa, la evoluci¨®n registrada en los ¨²ltimos meses ha sido en general positiva. Para el conjunto de 1986, tanto el nivel de precios como el crecimiento econ¨®mico se situar¨¢n en los alrededores del 2%, y la balanza de pagos por cuenta corriente cerrar¨¢ con un ligero excedente. No hay, ,pues, razones objetivas que aconsejaran la devaluaci¨®n del franco, m¨¢xime si se tiene en cuenta que el ¨²ltimo reajuste entre esta moneda y el marco tuvo lugar en el pasado mes de abril y se sald¨® con una devaluaci¨®n del franco del 3% y una igual revaluaci¨®n del marco que procur¨® un margen de competitividad a los exportadores franceses a¨²n vigente.
La cercan¨ªa del pasado reajuste y la ausencia de circunstancias de fondo que justifiquen la depreciaci¨®n de su moneda explican las reticencias francesas a admitir una nueva devaluaci¨®n. En cuanto a los alemanes occidentales, la resistencia a la revaluaci¨®n del marco encuentra su justificaci¨®n en la proximidad de las elecciones generales, ya que esta medida perjudica tanto a los exportadores como a los agricultores, dos colectivos electoralmente importantes. La v¨ªa alternativa para frenar la apreciaci¨®n del marco habr¨ªa consistido en reducir los tipos de inter¨¦s, algo que han reclamado con insistencia Estados Unidos y algunos pa¨ªses europeos. Pero las autoridades monetarias se han resistido a hacerlo, en parte porque el nivel actual del tipo de descuento -un 3,5%- es relativamente bajo y en parte porque el crecimiento de la masa monetaria, alrededor del 8%, est¨¢ muy por encima de los objetivos fijados oficialmente (entre el 3% y el 5%).
Estas razones explican a su vez la falta de entusiasmo de las autoridades monetarias francesas a la hora de sostener el franco frente a los movimientos especulativos de la pasada semana. Al cabo de unos d¨ªas de hacerlo, el Banco de Francia decidi¨® dejar de intervenir, lo que provoc¨® el descenso de la moneda francesa bajo el l¨ªmite permitido en el SME.
El rasgo diferencial de la presente crisis es el papel primordial que han desempe?ado factores pol¨ªticos (elecciones en Alemania Occidental y huelgas en el sector p¨²blico franc¨¦s) o ajenos a la CE (depreciaci¨®n del d¨®lar). Pero ello indica que el grado de convergencia de las pol¨ªticas econ¨®micas de los pa¨ªses de la CE, aun siendo elevado en algunos casos, no es lo suficientemente alto como para proteger a las monedas del SME de los embates de la especulaci¨®n.
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