Las oscuras 'golondrinas'

Volvi¨® Las golondrinas al escenario de la Zarzuela (ahora titulado teatro l¨ªrico nacional) en forma de concierto y como primer homenaje a Jos¨¦ Mar¨ªa Usandizaga en el centenario de su nacimiento.Ya representada en 1965 y en el festival de 1975, antes de que el a?o siguiente se montase Mendi-Mendiyan, no deja de ser chocante y con mucho de frustraci¨®n que ahora la ¨®pera de Usandizaga haya venido oscura de escena, desvirtuada en sus, constitutivos valores teatrales, de la mano del director musical asociado del teatro l¨ªrico Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez.

S¨®lo una versi¨®n maestra, verdaderamente mod¨¦lica, har¨ªa perdonar el arbitrario capricho, pero lo cierto es que lo escuchado no super¨® musicalmente las versiones anteriores.

S¨®lo una prota onista, la brasile?a Mar¨ªa ?ngeles Peters, demostr¨® temperatura dram¨¢tica, impulso teatral, aun cuando vocalmente dejara que desear por sus agudos feos y mal afinados; la refinada Alicia Naf¨¦ -una de las protagonistas de 1975- puso belleza en la parte de Cecilia, pero le falt¨® el amargo desgarro del personaje; el siempre admirado Blancas Laplaza sufr¨ªa alguna indisposici¨®n, pues sus notas altas fueron apretadas y su l¨ªnea se quebr¨® a veces; el tenor Gregorio Poblador defendi¨® bien su breve parte.

G¨®mez Mart¨ªnez -esta vez con partitura- impuso su criterio de continuidad basado en el solfeo y el metr¨®nomo, lo que no tiene por qu¨¦ dar como resultado verdadera m¨²sica. A veces cubri¨® a los cantantes y en otras difumin¨® la parte orquestal, aunque brillara potente y efectista a la hora de la pantomima.

Los mayores aplausos los recibi¨® la partitura de Usandizaga, cuando el director la alz¨® en gesto de homenaje a aquella gran ocasi¨®n perdida para nuestro teatro l¨ªrico que fue el m¨²sico guipuzcoano.

Talentos dram¨¢ticos como el suyo se dan pocas veces, y menos entre nosotros, como para no lamentar continuamente la muerte temprana de Jos¨¦ Mar¨ªa Usandizaga, al borde de los 30 a?os. El programa de mano -m¨¢s modesto que los habituales- inclu¨ªa un bello trabajo de Luis Sagi Vela.