Ecuador, democracia bajo amenaza

EL SECUESTRO del presidente del Ecuador, Le¨®n Febres Cordero, durante medio d¨ªa en una base a¨¦rea de Guayaquil tiene todas las caracter¨ªsticas de un intento de golpe militar muy semejante al que tuvo lugar en marzo del a?o pasado, capitaneado por el general Frank Vargas. El hecho de que la liberaci¨®n del presidente se haya condicionado a la del general Vargas confirma la vinculaci¨®n de los actuales rebeldes con el golpe protagonizado por Vargas hace unos 10 meses, aunque no est¨¦ clara la participaci¨®n de ¨¦ste en la ¨²ltima aventura. Ha habido choques en la capital, y la situaci¨®n era ayer confusa, incluso tras la resoluci¨®n formal del conflicto. La debilidad de Febres Cordero le ha llevado a garantizar r¨¢pidamente que no habr¨¢ represalias contra los protagonistas del secuestro, aunque se ha amparado en la necesidad de evitar derramamientos de sangre.Nada indica, por otra parte, que estos acontecimientos de Quito tengan ramificaciones internacionales importantes. Parecen causados m¨¢s bien por rivalidades dentro de las fuerzas armadas ecuatorianas y por las ambiciones aventureras de algunos jefes militares que se resisten a aceptar la legalidad democr¨¢tica. En realidad, el presiderte Febres ha realizado una pol¨ªtica acorde con los deseos de Washington. Tuvo una actitud negativa con respecto a las gestiones de paz de Contadora y se neg¨® a formar parte, al lado de las principales democracias latinoamericanas, del grupo pacificador. Su pol¨ªtica interior es conservadora, y las medidas econ¨®micas dictadas por ¨¦l han causado malestar entre amplios sectores de la poblaci¨®n. Ello ha creado zonas de descontento de las que intent¨® aprovecharse el a?o pasado, con una plataforma populista, el general Frank Vargas. Algo semejante ha podido intentarse ahora.

Si bien la pol¨ªtica del presidente Febres puede ser criticada en diversos aspectos, lo decisivo es que ¨¦ste ha sido elegido en unos comicios en los que el pueblo pudo escoger entre diversas opciones. La fuente de su poder est¨¢ en las urnas, y los que han luchado por derribarle, como hizo el general Vargas en 1986, aunque derrochasen populismo en sus palabras, s¨®lo se basan en el poder de las armas.

Lo que ocurra en Quito en las pr¨®ximas horas es muy importante para Latinoam¨¦rica. Sobre todo en las actuales circunstancias en que numerosos reg¨ªmenes democr¨¢ticos se consolidan atravesando dificultades muy serias. Despu¨¦s de a?os oscuros de dictadura militar, la democracia ha sido restablecida en Argentina, Brasil, Uruguay, aunque en todos estos pa¨ªses la sangr¨ªa econ¨®mica. impuesta por las dictaduras y la propia conducta antidemocr¨¢tica de sus gobernantes impopulares han dejado maltrecho el mismo ejercicio de la convivencia. Per¨² conoci¨® asimismo una experiencia de Gobiernos militares, pero ahora tiene un Gobierno civil elegido por el voto de los ciudadanos. Chile y Paraguay son los dos ¨²nicos residuos de esa nefasta tradici¨®n de dictaduras militares que tanto da?o ha causado al progreso moral y cultural de Am¨¦rica Latina y al bienestar de sus pueblos. La resoluci¨®n del incidente ecuatoriano permite esperar que se salve en ¨²ltima instancia la democracia y evitar que un tercer pa¨ªs se a?ada a esa ominosa lista que existe para oprobio de quienes tienen la responsabilidad de mantenerla.