'La ¨²ltima trashumancia', un reportaje que se qued¨® cojo
Los reba?os de ovejas que c¨ªclicamente vemos recorrer las calles principales de nuestras ciudades en busca de las ca?adas dio origen a un amplio reportaje, titulado La ¨²ltima trashumancia firmado por Arsenio Escolar y publicado en EL PMS el d¨ªa 7 de diciembre del pasado a?o. A pesar de que esta informaci¨®n ocup¨® casi dos p¨¢ginas, el texto original era m¨¢s amplio. El trabajo quedaba en lo puramente anecd¨®tico y, seg¨²n denuncia Javier R.-Avial, secretario de la Asociaci¨®n Nacional de Criadores de Ganado Merino: "No se llega al fondo de lo que se pretend¨ªa reflejar sobre esta actividad ganadera, desconocida pr¨¢cticamente y que fue la base fundamental del desarrollo econ¨®mico de nuestro pa¨ªs hasta el siglo XIX, como factor esencial en la producci¨®n de la lana merina, cuyo monopolio mantuvo Espa?a durante largos siglos, y nos vali¨® un gran prestigio mundial".Entre los problemas sin resolver que tiene esta actividad y no se reflejaron en el reportaje, nos se?ala R.-Avial: "Ocupaci¨®n ilegal y construcci¨®n en las v¨ªas pecuarias, que son patrimonio de todos los ganaderos, y estado de abandono. Mala conservaci¨®n de los medios de transporte e instalaciones fijas que no se renuevan. Tramitaciones inc¨®modas de las gu¨ªas interprovinciales para el movimiento del ganado. Acotamiento de las zonas de repoblaci¨®n, que impiden el acceso a otras zonas de pastos tradicionales, y las consideraciones de tipo social que supone para los pastores la separaci¨®n de las familias durante largos per¨ªodos de tiempo, y el aislamiento a que se ven sometidos en los pastos de lassierras. Asimismo deseamos aclarar que muchos de los datos que aparecen en el recuadro Herederos de la Mesta fueron facilitados por la Asociaci¨®n Nacional de Criadores de Ganado Merino, y no por la entidad que se cita en el art¨ªculo [Instituto Nacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (ICONA)]".
Arsenio Escolar reconoce las razones del comunicante: "El reportaje", nos dice, "no se parece mucho al que yo entregu¨¦. Los responsables de Domingo hubieron de dar, inopinadamente, un gran despliegue a la dimisi¨®n de Fraga, ocurrida unos d¨ªas antes, circunstancia que hizo que los 14 folios de mi texto fueran reducidos a unos ocho. En lo que se qued¨® sin publicar hab¨ªa muchos datos concretos de ocupaci¨®n ilegal y construcci¨®n en v¨ªas pecuarias, hab¨ªa unas declaraciones del subdirector general del Icona, Antonio Novas; del jefe de V¨ªas Pecuarias de ese organismo, Mariano Tobes, sobre la pr¨®xima elaboraci¨®n de una ley sobre estas v¨ªas; se hac¨ªan referencias a las dificultades de transporte de ganado, se se?alaba varias veces el poco respeto de los automovilistas al paso del ganado, se relataban los trastornos familiares que causa a los pastores la trashumancia... Comprendo las quejas del comunicante, pero ¨¦l ignora la mec¨¢nica de edici¨®n que hace que todo esto se quede en el cesto de los papeles".
Sin duda, los responsables de la publicaci¨®n mutilada de este art¨ªculo vulneraron la llamada estructura de la informaci¨®n. No se consult¨® con el autor del art¨ªculo para el significativo corte de ocho folios, y se pudo buscar una f¨¢cil soluci¨®n, como era la de publicar el reportaje serializado.
El ¨¢baco o la calculadora
Un lector, jubilado, buen aficionado a los n¨²meros, se queja de los continuos errores que aparecen en el peri¨®dico respecto a los cambios de monedas extranjeras, que, dice, "generalmente se dan mal"; como ejemplo, nos remite a un art¨ªculo de Ram¨®n Vilar¨® del pasado 30 de octubre, La larga marcha china hacia el consumismo, escrito desde Pek¨ªn, donde se encontraba como enviado especial. En su art¨ªculo, Vilar¨® presenta los siguientes cambios: "...al precio de unos 5.000 yuanes [moneda china] (unas 370.000 pesetas) (...) que gana entre 140 y 180 yuanes, seg¨²n categor¨ªas (entre unas 5.000 y unas 7.000 pesetas)". Si hacemos cuentas, obtenemos las siguientes cantidades: si 5.000 yuanes son 370.000 pesetas, el cambio es a 74 pesetas yuan. Si 140 yuanes son 5.000 pesetas, el cambio resulta a 35,71 pesetas yuan, y si 180 yuanes son 7.000 pesetas, el cambio se hace a 38,88 pesetas.
Ram¨®n Vilar¨® nos explica c¨®mo calcul¨® los cambios, y reconoce el error: "Al no cotizar el yuan con la peseta, el cambio se hizo a partir de la paridad yu¨¢n/ d¨®lar, dando una cantidad aproximada de un yuan, 37,50 pesetas, por lo cual, en las cantidades de 140 y 180 yuanes se cit¨® que eran cifras aproximadas, debido a la variaci¨®n del d¨®lar. Y en el caso de las 370.000 pesetas se realiz¨® el cambio a 74 pesetas por equivocaci¨®n en el c¨¢lculo de los 5.000 yuanes". Parece claro que el corresponsal en Tokio no se llev¨® a Pek¨ªn la calculadora japonesa e hizo los cambios con el ¨¢baco, en cuyo uso no parece muy diestro; y, por otra parte, los editores no cumplieron una norma elemental: "Las reconversiones monetarias y todo tipo de operaciones matem¨¢ticas no realizadas en la Redacci¨®n deben comprobarse siempre". En esta ocasi¨®n no se hizo.
Una cuesti¨®n sem¨¢ntica
El redactor de la secci¨®n de Cultura, J. R. P¨¦rez Ornia, informaba en las p¨¢ginas de radio y televisi¨®n, el pasado d¨ªa 6, de los nombramientos y nuevos programas de TVE. Al mencionar el inicio del serial El olivar de Atocha se?alaba: "Los protagonistas ser¨¢n Nacho Mart¨ªnez y Enriqueta Carballeira, que dar¨¢n vida a los personajes de Antonio y Manolita, cabezas de la saga familiar que se desarrolla en Madrid". Un lector, Pedro Morales Moya, desde Vitoria, nos plantea sus dudas: "En sus p¨¢ginas, con frecuencia, deslizan saga con el significado de estirpe. ?Acaso es as¨ª en castellano? ?Es una leyenda n¨®rdica? ?Acaso un clan?. En la SER, emparentada por lazos econ¨®micos con EL PA?S, oigo a diario La saga de los Porreta. Con un poco de suerte, se?or defensor de los lectores, ponemos esto en orden".
La consulta del lector es actual y resulta habitual escuchar en seriales televisivos el anuncio de la saga de Los Colby o la de Dinast¨ªa, por poner dos ejemplos pr¨®ximos. El Diccionario de la Lengua Espa?ola se?ala dos acepciones: "Saga: mujer que se finge adivina y hace encantos o maleficios. Saga: cada una de las leyendas po¨¦ticas contenidas en su mayor parte en las dos colecciones de primitivas tradiciones heroicas y mitol¨®gicas de la antigua Escandinavia, llamadas los Eddas".
En este caso, el redactor utiliz¨® correctamente la palabra saga, seg¨²n el Libro de Estilo de EL PA?S, que dice: "Saga: se utiliza como sin¨®nimo de 'familia', cuando lo m¨¢s que puede significar, en su sentido m¨¢s amplio es 'historia de familia'; en sentido m¨¢s estricto, 'historia-leyenda po¨¦tica escandinava', o 'mujer que finge ser adivina y realiza encantos y maleficios'".
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