Una ciudad dominada por los rumores
Casi todo resulta cre¨ªble en la plaza norteafricana, a pesar de un relativo apaciguamiento
La llegada a Melilla del abogado Dar¨ªo Fern¨¢ndez, 47 a?os, que se hizo famoso por su combativa actuaci¨®n -en el terreno del derecho- durante el caso Almer¨ªa, ha obrado un efecto bals¨¢mico en la tensi¨®n vivida a principios de la semana, originada por los enfrentamientos del s¨¢bado y el domingo anteriores. En estos sucesos resultaron heridas de gravedad cuatro personas.
?LEX GRIJELMO, ENVIADO ESPECIAL, Paralelamente el movimiento musulm¨¢n ha sido descabezado, con Aoinar Dud¨² en su exilio de Nador y con los nueve dirigentes presos en Almer¨ªa. Por primera vez se evidencian las fisuras en el colectivo: los reclusos reniegan de Dud¨²; Dud¨² critica al dirigente religioso Sid Driss -metido a pol¨ªtico ante la ausencia de los dem¨¢s- y los radicales de Abderraman encuentran mayores apoyos entre los musulmanes j¨®venes.El juez de instrucci¨®n de Melilla, Jos¨¦ Mar¨ªa Trevi?o, de 65 a?os, proces¨® el lunes a 24 musulmanes. Orden¨® el ingreso en prisi¨®n de 10 de ellos -entre los que figura Aomar Dud¨², exiliado la semana anterior en Nador (Marruecos)- y dej¨® en libertad provisional al resto.
Uno de los detenidos tras los incidentes, Sid Driss, de 58 a?os, autoridad religiosa equivalente a un obispo cat¨®lico, fue llevado a comisar¨ªa, sin orden judicial, por tres inspectores que se presentaron en su domicilio a las dos de la madrugada del domingo. Qued¨® en libertad, a disposici¨®n del juez, -en atenci¨®n a su edad y a su delicado estado de salud, seg¨²n las autoridades- despu¨¦s de pasar 12 horas de pie y sin dormir en toda la noche.
El procesamiento por un delito de sedici¨®n (que puede acarrear penas de hasta 20 y 30 a?os, seg¨²n el grado) y el traslado de los nueve presos a la c¨¢rcel de Almer¨ªa (falta Dud¨², que contin¨²a en Nador) exasperaron los ¨¢nimos del colectivo musulm¨¢n, formado por unas 24.000 personas, casi una tercera parte de los habitantes de la ciudad. As¨ª, esemismo lunes una asamblea de un millar de musulmanes, encabezada por Sid Driss, acord¨® dar un plazo de tres d¨ªas para la liberaci¨®n de los nueve presos.
En la asamblea se dejaron oir las voces de los radicales, y algunas de sus protestas fueron coreadas por el resto de los asistentes, hecho que en otras ocasiones no se hab¨ªa producido. Asimismo, se decid¨ªa mantener indefinidamente el cierre de los 800 comercios musulmanes (sobre un total de 4.000 establecimientos melillenses) iniciado el s¨¢bado.
La tensi¨®n y los rumores falsos fueron aumentando hasta que Dar¨ªo Fern¨¢ndez se hizo cargo de la defensa de los nueve presos, para los que ha establecido una minuta de un millon de pesetas por cada uno. El abogado almeriense ya hab¨ªa defendido en una ocasi¨®n a Aoinar Dud¨², en un proceso por coacciones, pero interrumpi¨® su labor al estimar que el trabajo profesional que desarrollaba era utilizado para otros fines.
El abogado
En este caso, Dar¨ªo Fern¨¢ndez puso como condiciones para asumir la defensa que ¨¦l pudiese dirigir la estrategia y que no se reprodujeran las tensiones, para lograr as¨ª m¨¢s f¨¢cilmente la liberaci¨®n de los detenidos. Los familiares de los presos aceptaron.
Con ello, los radicales del sector musulm¨¢n vieron reducida su fuerza, y la tregua de tres d¨ªas concluy¨® sin que se cumplieran las amenazas latentes, incluso a pesar de que ese mismo d¨ªa fallec¨ªa Mohamed Hammu, de 41a?os, herido de bala por una persona de origen cristiano durante los incidentes del fin de semana.
El abogado ha tenido una gran influencia en la situaci¨®n e incluso ha mantenido posturas contradictorias respecto a las sostenidas en el colectivo musulm¨¢n: ha elogiado la actitud del delegado del Gobierno, Manuel C¨¦spedes, y defini¨® al juez, tachado de ultraderechista, como "extraordinariamente acogedor a la sensibilidad jur¨ªdica".
Melilla es una ciudad donde los enfrentamientos entre el sector de origen cristiano y el colectivo de origen musulm¨¢n -a raiz especialmente de la ley de extranjer¨ªa- han originado posturas intolerantes en ambas partes. A veces los comentarios que el visitante oye en la calle y en los taxis producen escalofr¨ªos; y los rumores falsos adquieren una credibilidad inusitada.
Ambiente
Estas informaciones infundadas han hablado ya de varios muertos en el sector musulm¨¢n, de m¨¦dicos que se negaban a atender a los heridos, de vicios ocultos de gentes de buena apariencia, incluso de secuestros masivos de ni?os cristianos a manos de musulmanes. Todo resulta extra?amente cre¨ªble en Melilla.
En este aspecto es grande la distancia psicol¨®gica respecto de la pen¨ªnsula. Quiz¨¢s por eso muchos melillenses, de origen musulm¨¢n o de ascendencia cristiana, aprovechan la menor oportunidad para explicar la situaci¨®n, exasperadamente, a cualquier visitante. Y lo hacen los camareros, el comerciante que vende un transistor, todos los taxistas, la mujer que se dirige a la mezquita y el joven concienciado que se toma unas copas. No resultan frecuentes las discusiones directas entre personas de los dos colectivos. Ambas partes parecenhaber tomado al visitante como intermediario en sus disputas.
Manuel C¨¦spedes, el delegado del Gobierno, es un comisario de polic¨ªa con una responsabilidad pol¨ªtica, obr¨® como un polic¨ªa, y no como un pol¨ªtico, al ponerse al, frente de las fuerzas antidisturbios que reprimieron las protestas de unos musulmanes que en gran parte han nacido en Melilla, hijos de melillenses, y que no han logrado la nacionalidad espa?ola.
El desconcierto es la nota dominante entre el movimiento que antes encauzaba Dud¨², han quedado sin jefes, y el ¨²nico que resta, Sid Driss, es criticado en los corrillos como "excesivamente negociador". Los radicales quieren salir a la calle. Pero ?a qu¨¦? A utilizar medios contundentes, pero ?contra qui¨¦n? A liberar al pueblo musulm¨¢n, pero ?c¨®mo? Y en la duda han permanecido quietos.
Dud¨²
Diud¨² tampoco parece tener salida. Su exilio de Nador le aleja de sus seguidores, y no todos han entendido su marcha, basada en que se sent¨ªa inseguro. Hay muchos m¨¢s que se sienten inseguros.
Aomar Dud¨², procesado como est¨¢, ten¨ªa la posibilidad de haber cruzado la frontera de nuevo para dar cumplimiento al auto de prisi¨®n dictado por el juez. Ingresar¨ªa en la c¨¢rcel con sus compa?eros, convertir¨ªa realmente el proceso en una causa pol¨ªtica, y recobrar¨ªa el liderazgo indiscutible. Pero no lo ha hecho. Por eso los nueve presos ya no conf¨ªan en ¨¦l y escribieron en una carta al delegado del Gobierno: "si hay responsabilidades que esclarecer deben buscarse en el representante del colectivo musulm¨¢n. Nuestro leg¨ªtimo representante y defensor es el se?or letrado Dar¨ªo Fern¨¢ndez".
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