Irlanda, todos contra Charles Haughey
Acoso al l¨ªder del Fianna Fail en v¨ªsperas de las elecciones del martes
Si Charles Haughey, el carism¨¢tico y conflictivo l¨ªder del Fianna Fail (en ga¨¦lico, Soldados del Destino), no consigue la mayor¨ªa absoluta en las elecciones generales irlandesas del pr¨®ximo martes ser¨¢ porque, como en Fuenteovejuna, todos han ido a por ¨¦l. Porque desde hace una semana sus adversarios pol¨ªticos han cambiado de t¨¢ctica y han introducido lo que en la complicada pol¨ªtica irlandesa se conoce como factor Charlie en un intento de frenar lo que hasta hace poco parec¨ªa la imparable vuelta al poder de Haughey.
El factor Charlie consiste en recordar al electorado, de una forma m¨¢s o menos velada, el pol¨¦mico r¨¦cord de Haughey en el Gobierno, as¨ª como su agitado historial pol¨ªtico, en el que hay que incluir un juicio en 1970, siendo ministro de Hacienda, por importaci¨®n ilegal de armas destinadas al Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA), la organizaci¨®n que combate desde la clandestinidad la presencia brit¨¢nica en el Ulster.Aunque Haughey fue declarado inocente con todos los pronunciamientos favorables, el incidente le impidi¨® volver a la pol¨ªtica activa durante varios a?os.
El Fianna Fail, la fundaci¨®n pol¨ªtica creada por el legendario h¨¦roe de la independencia Eamon de Valera en 1926, descrito muchas veces como un microcosmos de la sociedad irlandesa por la variada composici¨®n social de sus votantes, empez¨® la campa?a hace cuatro semanas con una aceptaci¨®n popular del 52%, lo que supon¨ªa exactamente 14 puntos m¨¢s que todos los dem¨¢s partidos juntos.
Pero los ataques del resto de los pol¨ªticos contra Haughey -el famoso factor Charlie- han conseguido reducir el porcentaje al 48%, seg¨²n la ¨²ltima encuesta, publicada ayer por el Irish Times. Ese 48% permitir¨ªa a Haughey formar por los pelos un Gobierno mayoritario, aunque, dado el sistema electoral vigente en Irlanda, con un complicad¨ªsimo reparto de resto que obliga a veces a cinco y seis recuentos de votos, nadie garantiza ese resultado.
No hay m¨¢s que seguir a los candidatos en campa?a para darse cuenta de qui¨¦n tiene m¨¢s gancho y m¨¢s poder de convocatoria. Haughey, un abogado y profesor mercantil de 61 a?os, que ha sido dos veces taoiseach (primer ministro, en ga¨¦lico), es la encarnaci¨®n viva del pol¨ªtico populista, que se encuentra como pez en el agua haciendo campa?a por las calles, estrechando manos, saludando a partidarios y amigos y abrazando y besando a su gran clientela, las mujeres, que se acercan a ¨¦l como fascinadas por un extra?o hechizo del l¨ªder popular.
En Wicklow, capital del condado del mismo nombre, al sur de Dubl¨ªn, unas 300 personas -una gran multitud para los niveles irlandeses- esperan en la calle la llegada de Haughey a las tres de la tarde, con una temperatura de cero grados, como corresponde a un febrero irland¨¦s.
O'FIannagan
Entre ellos se encontraba un anciano con boina que luc¨ªa tres medallas en su abrigo. Seamus O'Flannagan tiene 86 a?os, y las medallas corresponden a la guerra de independencia contra los brit¨¢nicos de 1916 a 1921, a la sangrienta guerra civil de 1922 y a sus largos a?os de servicio en el Ej¨¦rcito de Irlanda. "Charlie es la encarnaci¨®n de nuestro viejo republicanismo", comenta O'Flannagan, "y por eso le he votado siempre y le votar¨¦ hasta que me muera".En el pub local, La Vieja Fragua, el periodista pregunta a Edward Leonard, un obrero que saborea una espesa guinness, si Garret FitzGerald, el actual jefe de Gobierno, ha visitado la localidad. "?Qui¨¦n es FitzGerald?", pregunta ir¨®nicamente. "Si viene aqu¨ª habr¨¢ que echarle al r¨ªo por ser el causante del paro que padecemos", a?ade.
De nada sirve argumentar que la medicina aplicada por FitzGerald parece la ¨²nica posible en un pa¨ªs con una deuda externa que sobrepasa los 23.000 millones de libras esterlinas (m¨¢s de 4,5 billones de pesetas), un gasto p¨²blico disparado y una tasa de desempleo del 20%. "FitzGerald nos ha hundido" es la sentencia final de Edward Leonard.
La conclusi¨®n es totalmente injusta porque Garret FitzGerald, cuya ¨²nica coincidencia pol¨ªtica y personal con Haughey es que tambi¨¦n tiene 61 a?os, se ha visto obligado a aplicar desde el Gobierno una pol¨ªtica de tremenda austeridad como consecuencia del d¨¦ficit de la balanza de pagos y el exorbitante endeudamiento p¨²blico dejado por el Gobierno de Haughey en 1982.
Pero es evidente que el honesto doctor en Historia y profesor de Econom¨ªa Pol¨ªtica, antiguo corresponsal del Financial Times en Dubl¨ªn, no es precisamente un comunicador.
FitzGerald, que muy bien hubiera podido sustituir a John Wayne en el cl¨¢sico dedicado por John Ford a Irlanda con el t¨ªtulo de El hombre tranquilo, tiene entre otros el m¨¦rito de haber intentado una liberaci¨®n de las costumbres en un pa¨ªs anclado en la tradici¨®n cat¨®lica m¨¢s integrista.
El tercer hombre
Pero o no calcul¨® bien sus posibilidades o subestim¨® el poder de convicci¨®n de la jerarqu¨ªa. Su refer¨¦ndum del pasado junio sobre la introducci¨®n de un divorcio limitad¨ªsimo fue abrumadoramente derrotado por cerca de dos tercios de la poblaci¨®n.El hombre que, si se produce una situaci¨®n en la que Haughey no consigue la mayor¨ªa absoluta, puede convertirse en ¨¢rbitro de la balanza pol¨ªtica es Desmond O'Malley, un antiguo ministro de Haughey que se separ¨® del partido despu¨¦s de acusar a su l¨ªder de dictador y fund¨® el Grupoo Progresista Democr¨¢tico. Este pretende ser un suced¨¢neo irland¨¦s de los partidos liberales alem¨¢n o brit¨¢nico, aunque, como casi todo en Irlanda, mucho m¨¢s a la derecha en lo econ¨®mico que los alemanes o brit¨¢nicos.
O'Malley manifiesta a un grupo de periodistas que viajan con ¨¦l camino de la hist¨®rica ciudad de Dregheda, arrasada por las tropas inglesas de Cronwell en 1654, que es preciso que "Irlanda supere la divisi¨®n de la guerra civil", encarnada por los dos partidos nacionalistas, el Fine Gael (Clan de Irlanda), de FitzGerald, y el Fianna Fail, de Haughey. "Hace falta mirar al futuro y no al pasado", concluye O'Malley.
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