El futuro del triple, a debate
Son varias las distancias y muchas las formas de usar el pol¨¦mico tiro
Los universitarios norteamericanos lo usan con cuentagotas porque es algo demasiado nuevo y porque sus defensas son f¨¦rreas; los profesionales lo emplean a¨²n menos, porque su distancia impone respeto; en Europa se utiliza con liberalidad en la parte occidental y con desenfreno en la oriental. El tiro de tres puntos es, pues, muchas cosas. Para empezar, se logra desde distancias muy variables. Pero la pol¨¦mica lo acompa?a siempre.
Un "tiro para se?oritas, una recompensa injusta para algo tan sencillo", proclama el veterano periodista italiano Aldo Giordani, uno de los cr¨ªticos m¨¢s constantes de la nueva norma adoptada tras los Juegos Ol¨ªmpicos de Los Angeles. Critica, sobre todo, la escasa distancia de 6,25 metros. Pero el mejor entrenador universitario, Dean Smith, aplaude el triple -y eso que ¨¦ste, en su competici¨®n, se logra a s¨®lo 6,02 metros del aro- por su propio principio: porque "es el complemento l¨®gico de la limitaci¨®n del tiempo de posesi¨®n del bal¨®n".Aparte del tiro triple internacional y del universitario estadounidense, que se logran tras un semic¨ªrculo, est¨¢ el de los profesionales, el originario, ya que fue una invenci¨®n de la hoy difunta Asociaci¨®n Americana de Baloncesto (ABA) hace casi 20 a?os. Se obtiene en tiros encestados desde fuera de 1 una superficie irregular: un semic¨ªrculo de 7,25 metros y dos l¨ªneas paralelas a las bandas. En el punto en que cortan la perpendicular de la canasta est¨¢n a 6,70 metros de ¨¦sta. As¨ª, seg¨²n la posici¨®n en la cancha, un tirador de la Asociaci¨®n Norteamericana de Baloncesto (NBA) estar¨¢ a una distancia variable, en alg¨²n punto entre 6,70 y 7,25 metros del aro.
Pocos intentos
En Estados Unidos se usa mucho menos frecuentemente esta nueva arma que en Europa. La semana pasada, el equipo m¨¢s triplista de los cerca de 300 que componen la Primera Divisi¨®n universitaria, el Providence, llevaba un promedio de 8,5 intentos triples por partido. El base Billy Donovan y el escolta Delray Brooks -¨¦ste, la figura de una selecci¨®n j¨²nior que hace tres veranos disput¨® una brillante serie de tres partidos en tierras valencianas contra unos juniores espa?oles cuyas estrellas eran Jos¨¦ Antonio Montero y Antonio Mart¨ªn- son los tiradores del Providence.Los l¨ªderes en triples de las ligas europeas doblan en estos momentos a los chicos del Providence: el Barcelona, en Espa?a (17 intentos por partido), el Tours franc¨¦s y el Mobilgirg¨ª Caserta italiano (16 cada uno), y no digamos el Cibona yugoslavo (28 lanzamientos de 6,25 metros en cada encuentro ... ).
En cuanto a la NBA, la distancia reduce mucho el n¨²mero de intentos: el actual l¨ªder, Los ?ngeles, lleva 5,5 por partido los mismos que realiz¨® el de la anterior temporada, el Dallas.
El baj¨®n universitario se explica por la novedad de la regla -adoptada all¨ª esta misma temporada-, por la disciplina de esos equipos y por su seriedad defensiva, que dificulta los tiros lejanos (justamente porque no lo son mucho y las defensas no tienen que abrirse demasiado para controlar a los ca?oneros). Pero en cuanto vayan resurgiendo en el baloncesto universitario los tiradores puros -especie que estuvo en declive durante los ¨²ltimos a?os, los de juego lento, en los que los entrenadores no quer¨ªan m¨¢s que bandejas- crecer¨¢ el n¨²mero de intentos. En el ¨²ltimo mes, el Providence ya ha subido a 12 por partido.
Adem¨¢s, da que pensar que 300 equipos americanos tengan un acierto global del 38,5% en triples, mientras que los 16 conjuntos de la Primera espa?ola s¨®lo llegan al 36,9%. (El m¨¢s preciso de aqu¨ª, el Barcelona, llega al 45,8%; all¨ª, 12 equipos le sobrepasan, encabezados por Indiana, con un 54,4%.)
En Europa, en cambio, ya se ha alcanzado la velocidad de crucero, con tres temporadas de experiencia a espaldas de los tiradores y de sus t¨¦cnicos. En los pa¨ªses orientales, verdaderos promotores de esta regla, se utiliza de forma sistem¨¢tica el triple. No se conocen las estad¨ªsticas sovi¨¦ticas, pero quien haya visto recientemente al Zalgiris o al TSSKA estar¨¢ de acuerdo en que no andar¨¢n lejos de ese promedio de 28 del Cibona.
Es precisamente el juego de los equipos de los pa¨ªses socialistas el que alimenta las cr¨ªticas sobre el abuso del triple.
"Sus jugadores tienen deficiencias en t¨¦cnica individual que no lograban subsanar, porque eso no se arregla en los laboratorios, sino -mamando este juego en la calle desde la infancla", afirma Glordani. "Por eso les resulta m¨¢s rentable perfeccionar una sola cosa, el tiro de lejos, y repetirlo machaconamente hasta olvidar las dem¨¢s facetas del juego. Y ego¨ªstamente tienen raz¨®n: las reglas est¨¢n para explotarlas hasta las ¨²ltimas consecuencias. Pero la esencia del baloncesto queda desnaturalizada".
Viendo la brillantez de un Cibona parece exagerada esa aseveraci¨®n. Pero un solo equi po con superclases no hace todo un deporte. Y la puerta atr¨¢s, el pase y va, los movimientos de dos contra dos -ese ballet de un base y su pivot contra sus dos defensores- se pierden en el olvido. ?Para qu¨¦, si un tirito te va a dar un 50% m¨¢s en el tablero de anotaci¨®n?
De ah¨ª ha nacido un coro creciente que aprecia el valor agon¨ªstico, en los finales de partido o cuando se le rompe el espinazo a un rival, de un tiro de tres puntos. Sencillamente, piden que haya que sudarlo un poco m¨¢s. Y tanto en las universidades americanas como en Europa se va haciendo un consenso en torno a una distancia m¨¢s id¨®nea que la actual: 22 pies, o 6,70 metros.
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