No est¨¢n sordos

EN LA tarde de ayer, las organizaciones estudiantiles recibieron del Ministerio de Educaci¨®n un programa de medidas encaminadas a la reforma y mejora del sistema de ense?anzas medias y su articulaci¨®n con el acceso a la Universidad. En conjunto, el programa es una amplia respuesta a las reivindicaciones que han venido manteniendo los estudiantes desde hace meses y que se han precipitado desde mediados de dici.embre en las multitudinarias manifestaciones.Con las protestas de los alumnos de ense?anzas medias, de un lado, pero tambi¨¦n de los profesores y de los universitarios, la sociedad ha visto representado espectacularmente un malestar del que participaba privadamente la gran mayor¨ªa de las familias. Tratar de acallar esas protestas haciendo o¨ªdos sordos o con reacciones autoritarias como las que han conducido al cierre de Bellaterra o han enconado la situaci¨®n en la universidad de Alcal¨¢ de Henares es hacer crecer la impresi¨®n de que el Gobierno o no entiende o menosprecia a la sociedad civil.

La respuesta del Ministerio de Educaci¨®n ahora puede tenerse sin embargo como un cambio de actitud sectorial. Es en muchos aspectos lamentable que todo este prometedor dise?o en inversiones y pol¨ªtica educ¨¢tiva cpritenido en la oferta ministerial haya sido materialmente arrancado a los gestores con la movilizaci¨®n de la calle y el riesgo de v¨ªctimas fatales. Pero tambi¨¦n es prometedor: desde no pocos puntos de vista parecer¨ªa que el Gobierno necesita de estas sacudidas populares para recobrar su pulso pol¨ªtico, tomar iniciativas y lograr un contacto con la sociedad civil, que soslaya en las situaciones de bonanza.

El nuevo programa sobre ense?anzas medias que ayer hizo p¨²blico el ministerio contiene ofertas sustantivas. Una de ellas es la de establecer la absoluta gratuidad del bachillerato y la formaci¨®n profesional en centros p¨²blicos a partir del pr¨®ximo curso. Otra es la promesa de garantizar la plena escolarizaci¨®n de todos los j¨®venes menores de 16 a?os dentro de la legislatura que finaliza en 1990. En relaci¨®n con este proyecto se anuncia la construcci¨®n, con car¨¢cter inmediato, de 67.840 puestos escolares en formaci¨®n profesional, BUP y COU, dentro de las 28 provincias que gestiona directamente el ministerio.

En cuanto al pase a la ense?anza universitaria, las medidas para facilitar el acceso a la Universidad se refieren tanto a los costes, mediante congelaci¨®n del precio real de las tasas y un sensible aumento en el fondo para becas, como a las f¨®rmulas acad¨¦micas que se concretar¨¢n en una nueva ley tras consultar a estudiantes, padres, profesores y representantes de la instituci¨®n. Adem¨¢s de las becas para cursar los estudios universitarios -con incrementos del 25% en 1987 y del 40% en 1988-, el Estado extender¨¢ la matr¨ªcula gratuita a todos los alumnos de renta familiar inferior a 1.700.000 pesetas anuales (familias de 2 hijos), equivalente al 80% de las familias espa?olas.

Pr¨¢cticas remuneradas en las empresas, de las que podr¨¢n beneficiarse todos los que cursen segundo curso de formaci¨®n profesional, son una promesa m¨¢s para implantar en esta legislatura.

En cuanto al esfuerzo presupuestario, esta y otras medidas supondr¨¢n un gasto suplementario de 40.000 millones de pesetas en el pr¨®ximo curso. Vale destacar de este programa el inter¨¦s por desarrollar la autonom¨ªa de los centros en la direcci¨®n que prev¨¦ la LODE. Pero tambi¨¦n las previsiones para ampliar la presencia de estudiantes en la gesti¨®n de los centros y la creaci¨®n de nuevos organismos que promuevan su participaci¨®n hasta un grado probablemente sin igual en otros pa¨ªses europeos. Ante estas ofertas, los estudiantes pueden celebrar el ¨¦xito de sus presiones. No parece sin embargo que pueda hablarse de vencedores y vencidos. Por encima de las algaradas y los incontrolados episodios de vandalismo a cargo de oportunistas, los estudiantes han mostrado la legitimidad de sus peticiones y,los beneficios sociales que pueden derivarse de su lucha. La reacci¨®n del ministerio alcanza con las mejoras que promete a unos de los aspectos de modernizaci¨®n educativa y profesional que reclama el conjunto de la cultura y la econom¨ªa espa?ola y que aporta elementos de racionalidad y justicia indispensables. No es motivo de alborozo que los ministros necesiten escuchar las pedradas en sus fachadas para despertar a necesidades de la colectividad. Pero es halag¨¹e?o, tal como est¨¢n las cosas en otros departamentos, que un gobernante demuestre que, al menos, no est¨¢ sordo. No del todo.