Una nueva manera de pensar
El foro internacional celebrado en Mosc¨² del 14 al 16 de febrero Por un mundo libre de armas nucleares, por la supervivencia de la especie humana, ha sido un acontecimiento realmente memorable, emocionante. Dec¨ªa el premio Nobel brit¨¢nico Wilkins: "Hay una nueva atm¨®sfera. Es maravilloso", poco despu¨¦s de que Sajarov interviniera en medio de la admiraci¨®n y respeto de toda la audiencia.Para la Asociaci¨®n de M¨¦dicos para la Prevenci¨®n de la Guerra Nuclear (IPPNW) ha sido un acontecimiento sin precedentes. Cuando Bernard Lown, el copresidente americano de IPPNW, termin¨® de leer el resumen que los m¨¦dicos hab¨ªamos elaborado en dos d¨ªas de trabajo, Gorbachov, en medio de una gran ovaci¨®n en una sala del Kremlin con 1.000 delegados de ocho grupos de trabajo (f¨ªsicos, m¨¦dicos, religiosos, escritores, militares retirados, productores de cine y hombres de negocios), tom¨® el discurso de Lown y le puso en ruso: "Suscribo uno por uno todos los puntos de su discurso", y lo firm¨®.
Y los puntos del discurso de Lown son los puntos que hemos repetido hasta la saciedad en los ¨²ltimos a?os: que hay un desfase entre el desarrollo cient¨ªfico y la ¨¦tica, que las armas nucleares no pueden convivir con la especie humana, que los enemigos de la humanidad no son el comunismo o el capitalismo, sino las armas nucleares. Que se gastan 7.000 millones de d¨®lares en la carrera de armamento mientras mueren 40.000 ni?os cada d¨ªa de enfermedades evitables o de hambre. Precisamente el 16 de febrero era el d¨¦cimo aniversario de la erradicaci¨®n de la viruela en el mundo, que cost¨® .120 millones de d¨®lares, o sea, tres horas de carrera de armamentos. Que hay que suprimir el estereotipo del adversario maligno. Que hay que introducir en la pol¨ªtica la nueva manera de pensar, que consiste en hacer a nivel global lo que piensa la gente corriente: suprimir la carrera de armamento e invertir este dinero en salud y alimentaci¨®n. Que s¨®lo los que ven lo invisible son capaces de hacer lo imposible. Que hay que protestar, que la guerra de las galaxias es una paranoia. Y as¨ª, a continuaci¨®n, todos los dem¨¢s oradores.
Graham Green, que lleg¨® lleno de escepticismo, se va con el "sue?o de la colaboraci¨®n libre entre el catolicismo y el comunismo. Y con un embajador ruso en el Vaticano".
Los religiosos
Los religiosos afirmaron en siete puntos que las armas nucleares son inmorales y que se deben eliminar por completo. Que el espacio y el oc¨¦ano deben estar libres de armas, que la ciencia hay que liberarla de la guerra, que el mundo debe ser globalizado y democr¨¢tico, sin fronteras. Y los militares defendieron un mundo de mutua comprensi¨®n, porque las armas nucleares no son armas, no tienen uso y no proporcionan seguridad, sino que aumentan los riesgos de la guerra en lugar de disminuirlos; que el nuevo modo de pensar militar es la convivencia pac¨ªfica.
Pero lo positivo de la reuni¨®n es que "la nueva manera de pensar" que preconizaban Albert Einstein y Bertrand Russell es plenamente asumida por una de las superpotencias con las consecuencias imprevisibles que pueda tener para el porvenir de la humanidad y su bienestar. En el discurso final, Gorbachov asumi¨® una a una todas las propuestas, y fundamentalmente que la nueva mentalidad est¨¢ basada en un sistema universal de seguridad internacional. Est¨¢ dispuesto a dejar de ser una potencia nuclear si el mundo sigue el camino racional y se humanizan las relaciones internacionales. Es un discurso sin ret¨®rica que abre la posibilidad de un mundo futuro mucho mejor, quiz¨¢ el comienzo de un segundo renacimiento, del que estamos tan necesitados.
Para IPPNW, este foro ha sido el principio de la culminaci¨®n de nuestro ideario. Una de las dos superpotencias ha hecho suyas nuestras aspiraciones. Nos ha costado, en cierto modo, un copresidente, porque Evgueni Chazov ha sido nombrado ministro de Sanidad de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y ha dimitido de IPPNW. ?Pero qu¨¦ ocurrir¨ªa si Bernard Lown, el otro copresidente, fuera nombrado ministro por la Administraci¨®n de Reagan? El mundo, entonces, habr¨ªa entrado definitivamente en una nueva era.
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