La desaparici¨®n de un 'etarra'
Izzo asegura que Concutelli le habl¨® de dos atentados contra etarras. El primero fue el ametrallamiento con metralletas Ingram de un estudio fotogr¨¢fico que al parecer serv¨ªa de base a ETA. El segundo fue el secuestro de un supuesto etarra, cuyo nombre se desconoce, al que narcotizaron y trasladaron a Espa?a para interrogarle. Fue torturado y posteriormente se le hizo desaparecer.Concutelli le dijo a Calore que el etarra no fue entregado a la polic¨ªa espa?ola directamente, sino a un comando que actuaba contra ETA, uno de cuyos integrantes dijo que hab¨ªa trabajado para la CIA.
Sergio Calore declar¨® el 2 de marzo de 1984, en Florencia, que el grupo de Concutelli hab¨ªa realizado tales atentados porque contaba para esas acciones con la colaboraci¨®n de los servicios secretos franceses, y que si se hubieran revelado esas conexiones hubiera habido una fuerte respuesta terrorista por parte de la organizaci¨®n terrorista ETA en Francia.
Marco Affatigato, detenido desde 1980 en Italia, declar¨® que Delle Chiae hab¨ªa sido condenado por sectores de Ordine Nuovo porque hab¨ªa vendido a Marco Pozzan, entreg¨¢ndolo a la polic¨ªa espa?ola a cambio de 50 millones y de la cobertura de Avanguardia Nazzionale en Espa?a.
En Francia y en Espa?a
Pozzan fue extradido a Espa?a y es uno de los hombres que tambi¨¦n han revelado las acciones de los terroristas negros italianos contra ETA. Affatigato declar¨® en Bolonia que Avanguardia Nazionale, el grupo encabezado por Delle Chiae, hab¨ªa realizado atentados contra ETA, tanto en Francia como en Espa?a, al menos hasta 1980, por su propio conocimiento. Affatigato estuvo trabajando para los servicios secretos franceses hasta su detenci¨®n en Niza en 1980. Posteriormente fue extradido a Italia.
Aldo Tisei tambi¨¦n ratifica a la justicia italiana estas acciones terroristas, que asegura estaban organizadas y pagadas por los servicios secretos espa?oles.
Marco Pozzan, que lleg¨® a Espa?a en 1973 y fue extradido a Italia en mayo de 1977, recuerda que exist¨ªa un grupo formado por italianos, media docena de espa?oles, algunos franceses y ex miembros de la OAS y un portugu¨¦s. Asegura que Mario Rice? y Carlo Cicuttini eran dos de los responsables de este grupo.
Cicuttini vive actualmente en Espa?a y se encuentra casado con la hija de un militar espa?ol. Ha sido reclamado por la justicia italiana en dos ocasiones, pero la Audiencia Nacional no accedi¨® a conceder su extradici¨®n.
Pozzan ratifica que el grupo cobraba dinero de los servicios secretos espa?oles as¨ª como de la polic¨ªa por los atentados contra ETA.
Entre la exhaustiva investigaci¨®n realizada en Italia, el juez de Roma Vitaliano Calabria tiene abierto un proceso contra varios terroristas negros por los atentados contra Tom¨¢s P¨¦rez Revilla y su esposa, el 22 de mayo de 1976, y contra Argala el 21 de diciembre de 1978, ambos realizados en el sur de Francia.
P¨¦rez Revilla, que result¨® gravemente herido en ese atentado, pudo salvar la vida, pero fue asesinado posteriormente en un atentado de los GAL. Argala corri¨® peor suerte y result¨® muerto en el acto al estallar la bomba que se hab¨ªa colocado en su veh¨ªculo. Argala estaba considerado como uno de los dirigentes etarras m¨¢s proclives a la negociaci¨®n.
Por otra parte, Sergio Calore afirma que Concutelli y Massagrande le hicieron saber que deb¨ªan sacar de Espa?a tres Ingram utilizadas en la operaci¨®n de la matanza de Atocha, de la que recientemente se ha cumplido el d¨¦cimo aniversario.
Italianos en Atocha
En algunos medios bien informados circula la sospecha de que ultraderechistas italianos participaron en la cobertura del asesinato de los abogados laboralistas y al parecer se utiliz¨® una Ingram en la ejecuci¨®n material del atentado.
Tres de los seis implicados en la matanza han muerto ya, entre ellos Leocadio Jim¨¦nez Caravaca, al parecer el hombre que facilit¨® las armas al comando ejecutor. Otro de los implicados, Lerdo de Tejada, huy¨® de Espa?a tras concederle el juez Rafael G¨®mez Chaparro una libertad temporal. La cobertura y organizaci¨®n de la matanza todav¨ªa es un misterio p¨²blico.
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