Historia de un hechizo
Es dif¨ªcil encontrar un pol¨ªtico sin enemigos. ?l hac¨ªa gala de ello y de haber hecho docenas de amigos en el Pa¨ªs Vasco y en toda Espa?a estando en pol¨ªtica. Y era cierto. Todos quer¨ªan a Jes¨²s Mar¨ªa Viana. Chus era hombre de lenguaje espont¨¢neo y sincero. Alegre siempre, campechano, tremendamente humano, dotado de un humor contagioso, que exteriorizaba con risotadas estent¨®reas. Viana estaba en pol¨ªtica por pura afici¨®n. Jam¨¢s vivi¨® de ella, pero goz¨® con ella.Licenciado en derecho y titulado mercantil, estuvo al frente de diversas empresas (en la actualidad era gerente de dos firmas de carb¨®nico), algunas de las cuales tuvo que dejar por culpa de la pol¨ªtica. Nadie dir¨ªa que en esa anatom¨ªa de un centenar de kilos, de prototipo de tripero vasco, se escond¨ªa un hombre vital, capaz de trabajar sin descanso por un proyecto pol¨ªtico creado por Adolfo Su¨¢rez y del que se colg¨® en 1977.
Contaba con orgullo c¨®mo aquel a?o -cuando mont¨® una candidatura independiente, foral y alavesa en Vitoria- fue captado por Mart¨ªn Villa para UCD y conoci¨® a Su¨¢rez. Y se produjo el hechizo.
Su carrera pol¨ªtica y su vida estuvo desde entonces ¨ªntimamente ligada a Su¨¢rez. Fue el amigo fiel y el colaborador leal irrepetible, como el propio ex presidente reconoc¨ªa ayer. Chus acompa?¨® a Adolfo en el poder y ocup¨® todo tipo de cargos pol¨ªticos. Estuvo a su. lado en la desintegraci¨®n de UCD y le sigui¨® en la larga traves¨ªa del desierto hasta que el CDS se convirti¨® en junio pasado en la tercera fuerza parlamentaria.
Su¨¢rez convenci¨® a Viana para que asumiera la secretar¨ªa general del partido. A rega?adientes acept¨® trasladarse a vivir a Madrid y dejar su querida Vitoria, donde era una instituci¨®n con m¨¢s solera que el Parlamento vasco. El edificio no exist¨ªa hace ocho a?os cuando Viana, un vasquista convencido, pero con Espa?a en la cabeza, fue uno de los principales impulsores del estatuto de autonom¨ªa vasco. Siendo Su¨¢rez presidente del Gobierno Viana jug¨® un importante papel en el desarrollo auton¨®mico y en la adopci¨®n de dos decisiones claves: la restauraci¨®n de los conciertos econ¨®micos y la creaci¨®n de la polic¨ªa aut¨®noma.
En las interminables negociaciones en Moncloa, su talante constructivo jug¨® un papel fundamental para desbloquear la negociaci¨®n en puntos dif¨ªciles. Su papel de ¨¢rbitro no era nuevo. Su primera gran pasi¨®n, antes del suarismo, fue el arbitraje de futbol. Fue trencilla de categoria regional y corri¨® la banda como linier con quien lleg¨® a ser ¨¢rbitro internacional Jos¨¦ Emilio Guruceta. Coincidencia tr¨¢gica la muerte de los dos el mismo d¨ªa.
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