Los socialistas y el PNV discrepan sobre el alcance del acuerdo de Gobierno en el Pa¨ªs Vasco
El nacionalista Jos¨¦ Antonio Ardanza, reelegido el jueves presidente del Gobierno aut¨®nomo, jur¨® ayer su cargo ante el roble de Gernika, que simboliza las libertades vascas, e inmediatamente tom¨® posesi¨®n como lendakari y representante ordinario del Estado. El acto de la jura coincidi¨® con los primeros s¨ªntomas de discrepancia entre el Partido Socialista de Euskadi (PSE PSOE) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) sobre el pacto de coalici¨®n. Los nacionalistas aseguran que el acuerdo compromete al Gobierno central, mientras los socialistas lo niegan.
Al acto de la jura de Ardanza asistieron en la villa foral autoridades y representaciones de la comunidad aut¨®noma, as¨ª como la totalidad de los grupos parlamentarios, a excepci¨®n de Herri Batasuna. El p¨²blico que se agolpaba en la entrada de la Casa de Juntas ovacion¨® a los dirigentes peneuvistas y dedic¨® un discreto aplauso al secretario general del PSE-PSOE, Txiki Benegas. El l¨ªder de Eusko Alkartasuna, Carlos Garaikoetxea, recibi¨® algunos aplausos, acallados por los abucheos. Al acabar la ceremonia Garaikoetxea fue de nuevo increpado.Tras escuchar la lectura de una certificaci¨®n del acta de la sesi¨®n parlamentaria del pasado jueves, en la que fue elegido, y del real decreto de nombra miento, refrendado por el presidente del Gobierno central, Felipe Gonz¨¢lez, el lendakari se traslad¨® a las 13.15 hasta el viejo roble para pronunciar el juramento. Ardanza emple¨® la f¨®rmula tradicional en euskera, usada ya por Jos¨¦ Antonio de Aguirre en 1936: "Ante Dios humillado, en pie sobre la tierra vasca en recuerdo de los antepasados, bajo el ¨¢rbol de Gernika, ante vosotros, representantes del pueblo, juro desempe?ar fielmente mi cargo".
La toma de posesi¨®n coincide con las primeras manifestaciones de discrepancia en la coalici¨®n acerca del grado de compromiso del Gobierno central con el acuerdo suscrito. En entrevistas publicadas ayer en medios informativos vascos, el lendakari asegura que la Administraci¨®n del Estado est¨¢ mojada en el pacto. Benegas niega que est¨¦ comprometido el Gobierno de Madrid.
Ardanza argumenta que existen acuerdos que el PSE-PSOE como tal no puede satisfacer, por lo que "quien se compromete no es el PSE, sino quien los puede atender". Benegas, por el contrario, afirma que el PNV "ha aceptado que con quien firma es con el PSE, y no con el Gobierno del Estado o contando con el visto bueno de la Administraci¨®n central", aunque luego explica: "Nos hemos preocupado por no firmar cuestiones de dif¨ªcil asunci¨®n por el Gobierno".
El lendakari reafirm¨® al t¨¦rmino del acto de ayer su voluntad de que el Gobierno agote la legislatura y manifest¨® su deseo de que el nuevo Gabinete quede constituido en un plazo m¨¢ximo de 10 d¨ªas. Ram¨®n J¨¢uregui, delegado del Gobierno central en la comunidad aut¨®noma y virtual vicepresidente del nuevo Ejecutivo, insisti¨® en la misma voluntad y destac¨® la buena fe de ambas partes.
La constituci¨®n del nuevo Gabinete, con 12 carteras distribuidas en partes iguales entre socialistas y nacionalistas, se retrasar¨¢ a¨²n unos d¨ªas, seg¨²n admiti¨® ayer el lendakari.
Por el PNV, se da por segura la repetici¨®n en el nuevo Gobierno de los titulares de Presidencia y Justicia, Juan Ram¨®n Guevara; Interior, Luis Mar¨ªa Retolaza; Hacienda, Fernando Spagnolo, y Agricultura, F¨¦lix Ormazabal. Jon Az¨²a pasar¨ªa a ocupar la Secretar¨ªa de Presidencia y ser¨ªa sustituido en Trabajo por Humberto Cirarda, hasta ahora presidente del Consejo de Relaciones Laborales. Joseba Arregui o Mari Carmen Garmendia podr¨ªan ocupar Cultura. Por parte socialista s¨®lo se consideran titulares seguros en el ¨¢rea econ¨®mica Ricargo Gonz¨¢lez Or¨²s y
Santiago Bernui.
Algo cambia en Euskadi
La sesi¨®n del jueves pasado en el Parlamento de Vitoria abre una nueva fase en la historia reciente del Pa¨ªs Vasco. Por primera vez, la C¨¢mara eligi¨® al presidente del Ejecutivo por mayor¨ªa absoluta, como consecuencia de un pacto de coalici¨®n entre nacionalistas y socialistas impensable desde la entrada en vigor del Estatuto de Gernika. El Parlamento parec¨ªa muy distinto. Nunca como en esta sesi¨®n sirvi¨® de espejo de la Euskadi real, con un candidato a lendakari llegado de la prisi¨®n que calificaba de sucios los esca?os donde acababan de sentarse sus 12 compa?eros de coalici¨®n.La ruptura de algunos tab¨²es, hasta ahora esenciales, sugiere que puede haber c¨®menzado en el Pa¨ªs Vasco el principio del fin de la transici¨®n, con un desenlace a¨²n imprevisible. El Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) ha sido en los ¨²ltimos a?os para el nacionalismo algo m¨¢s que un rival. La amplitud de las victorias del PSOE en las elecciones legislativas y la solidez de sus convicciones jacobinas le convirtieron en el enemigo por antonomasia.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) pidi¨® el voto en los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a de noviembre "por si acaso", con la intenci¨®n de estimular el temor a que la escisi¨®n de Eusko Alkartasuna (EA) sirviera la victoria en bandeja a los socialistas. El pacto de coalici¨®n con los mismos contra los que hab¨ªa que votar por si acaso es ahora un reconocimiento de la legitimidad del PSE-PSOE para representar a tantos vascos como le otorgen su voto.
La aparente solidez parlamentaria con que nace el segundo Gabinete del nacionalista Jos¨¦ Antonio Ardanza no puede hacer olvidar que s¨®lo la pr¨¢ctica del Gobierno disipar¨¢ las dudas generalizadas sobre la fragilidad del acuerdo que lo sustenta. El pacto parece resultado de un trueque. Los socialistas garantizan desde el Gobierno central un paquete de transferencias s¨®lo moderadamente abultado a cambio de que los peneuvistas se comprometan a descartar la negociaci¨®n con ETA.
El discurso de Ardanza ante el Parlamento no expuso una filosof¨ªa auton¨®mica distinta ni existen indicios de que el Gobierno central haya modificado su pol¨ªtica en ese campo. Ardanza se limit¨® a ofrecer algunas correcciones en un tono general de moderaci¨®n y con un esp¨ªritu m¨¢s integrador. Su propuesta est¨¢ lejos de satisfacer muchas aspiraciones de la sociedad vasca y tiene lagunas inexplicables si el acuerdo fuera m¨¢s all¨¢ de un compromiso de circunstancias entre los dos partidos.
La presencia de los 13 diputados de Herri Batasuna en sus esca?os es un hecho ins¨®lito, de consecuencias todav¨ªa no f¨¢ciles de calibrar.
HB ha roto uno de sus principios, de apariencia casi sagrada, y lo ha hecho con la convicci¨®n de que es posible ensanchar a¨²n su electorado. La intervenci¨®n de Yoldi en directo hubiera sido indigerible fuera de Euskadi, pero para los telespectadores del Pa¨ªs Vasco, que tuvieron ocasi¨®n de seguirla ¨ªntegra por televisi¨®n, fue tan moderada como para no repugnar a muchos votantes de Ardanza o de Carlos Garaikoetxea. El resultado no podr¨¢ conocerse hasta las pr¨®ximas elecciones, en junio.
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