Reagan asume "toda la responsabilidad" del 'Irangate'
Ronald Reagan, arrepentido, pero sin llegar a pedir abiertamente perd¨®n, acept¨® "toda la responsabilidad" por el esc¨¢ndalo del Irangate y anunci¨®, en un discurso televisado al pa¨ªs, en la madrugada del jueves (hora peninsular), que no es a¨²n un presidente vencido. La esperada intervenci¨®n ha tenido un efecto psicol¨®gico positivo y ha sido bien acogida por el Congreso y la Prensa, que coinciden en que marcar¨¢ probablemente el comienzo de la recuperaci¨®n de su presidencia.
Con un estilo directo y sobrio, Reagan afirm¨® que hay razones que pueden explicar lo ocurrido, "pero no hay excusas". "Como dicen en la Marina, ocurri¨® en mi guardia", dijo. El presidente explic¨® que ha aprendido una lecci¨®n", y pro meti¨® cambios en la direcci¨®n de la pol¨ªtica exterior que impidan la repetici¨®n de desastres semejantes. "Hay que seguir adelante a pesar de que contin¨²en las por que esto es lo que est¨¢n esperando nuestros aliados, si leo las se?ales bien, tambi¨¦n los sovi¨¦ticos, y el pueblo norteamericano", asegur¨®.Un acuerdo con la URSS de eliminaci¨®n de euromisiles y una cumbre este a?o, en Washington, con Mijail Gorbachov, conforman ahora la mejor esperanza de distraer la atenci¨®n del Irangate y lograr un triunfo de pol¨ªtica exterior para un presidente que s¨®lo horas antes parec¨ªa deshauciado. Los nombramientos de Howard Baker, como jefe del gabinete presidencial, y de William Webster, como director de la CIA, que traen "nueva sangre, nueva energ¨ªa, credibilidad y experiencia", han servido, junto con el discurso, para crear, en pocos d¨ªas, un nuevo ambiente.
Reagan admiti¨®, por primera vez, que aunque ¨¦l no lo quiso as¨ª en un primer momento, autoriz¨® el intercambio de armas por rehenes norteamericanos. Reconoci¨® tambi¨¦n que actu¨® contra su pol¨ªtica de no negociar con terroristas, pero no lleg¨® al punto de condenar la pol¨ªtica en s¨ª misma -que, insisti¨®, estaba dirigida a abrirse a los moderados en Ir¨¢n por razones estrat¨¦gicas- sino s¨®lo su ejecuci¨®n. Tampoco pidi¨® perd¨®n por sus acciones, pero su tono fue de arrepentimiento, desconocido en un discurso presidencial al pa¨ªs, desde que John F. Kennedy acept¨® la total responsabilidad del desastre de la invasi¨®n de Cuba.
MiIes de llamadas inundaron la centralita de la Casa Blanca despu¨¦s del discurso, y el 90% fue de apoyo al presidente, inform¨® ayer el portavoz de ¨¦ste. La popularidad de Reagan ha ca¨ªdo m¨¢s de 20 punto en tres meses, y est¨¢ en un 40% el nivel m¨¢s bajo de su presidencia, con un 51% de los ciudadanos que cree que miente.
Campo minado
"El presidente ha comenzado a hacer frente a los problemas que han conmocionado los ci mientos de su pol¨ªtica exterior afirm¨® Gary Hart, el principal candidato dem¨®crata a la presi dencia. Pero tiene que demos trar que controla la situaci¨®n se?al¨® el l¨ªder dem¨®crata en el Senado, Robert Byrd. Le espera un campo minado con una triple investigaci¨®n: del fiscal especial y de dos comit¨¦s del Congreso, que piensan ir m¨¢s lejos que el informe Tower, y durante meses producir¨¢n nuevas revelaciones que a¨²n pueden da?ar m¨¢s al presidente.
Los principales interrogantes del Irangate no han sido a¨²n respondidos. Reagan, aun aceptando una responsabilidad global, no admiti¨® que sus ase sores montaron una red priva da de ayuda a la contra nicarag¨¹ense, cuando el Congreso lo hab¨ªa prohibido. Tampoco re conoci¨® que miembros de la Casa Blanca trataron de encubrir lo sucedido. El presidente, que afirm¨® que ha pagado un precio por su silencio en t¨¦rminos de confianza, omiti¨® que minti¨® con sus primeras decla raciones al pa¨ªs. Tras aceptar "todas las cr¨ªticas" del informe Tower, a las que consider¨® "ho nestas y convincentes", el presidente reiter¨® que no conoc¨ªa el desv¨ªo de fondos a la contra. "Pero, como presidente, tampoco puedo escapar a la responsabilidad", concluy¨®.
El presidente se present¨® como un pol¨ªtico bien intencionado, que no prest¨® atenci¨®n a lo que hac¨ªan sus subordinados, con los que fue muy cr¨ªtico. "Acepto la responsabilidad por mis propias acciones y las de la Administraci¨®n", afirm¨® en la declaraci¨®n m¨¢s importante de su breve intervenci¨®n. "Por irritado que pueda estar por actividades emprendidas sin mi conocimiento, a¨²n soy responsable por las mismas. Por disgustado que pueda estar con algunos de los que me sirvieron, todav¨ªa soy el que debe responder ante el pueblo norteamericano por este comportamiento. Ocurri¨® mientras yo estaba de guardia".
Reagan prometi¨® que se ha acabado la pol¨ªtica exterior "por libre" a cargo de los "fontaneros del Consejo de Seguridad Nacional", que ¨¦ste no realizar¨¢ acciones encubiertas y que las leyes que obligan a informar al Congreso de las operaciones secretas, ser¨¢n observadas "no s¨®lo en la letra, sino tambi¨¦n en su esp¨ªritu".
Reagan s¨®lo abandon¨® su rostro grave al final del discurso, para esbozar una sonrisa y afirmar: "Cuando se llega a mi edad, uno ha cometido muchos errores si ha vivido como debe ser. Aprendes. Pones las cosas en perspectiva. Re¨²nes energ¨ªas y cambias. Vas hacia adelante". "Mi estilo de gobernar", explic¨®, "ha sido identificar los problemas, buscar a los individuos adecuados para hacer el trabajo y dejar que lo realicen. Y hasta ahora no hab¨ªa funcionado mal".
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