La cuadratura de Redondo
El l¨ªder de UGT reivindica el socialismo enfrent¨¢ndose al Gobierno del PSOE
El actual enfrentamiento entre UGT y el Gobierno, representado fundamentalmente en las personas del secretario general del sindicato, Nicol¨¢s Redondo, y el ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, responde en el fondo, seg¨²n sectores socialistas, al viejo temor del l¨ªder sindical de que el socialismo se diluya en las aguas del poder. Redondo trata de "salvar" el concepto a trav¨¦s del sindicato, en una de las batallas m¨¢s cruentas mantenidas hasta ahora en la familia del pu?o y la rosa.
Carlos Solchaga, ministro de Econom¨ªa y Hacienda, puso su cargo a disposici¨®n de Felipe Gonz¨¢lez, cuando en el pasado mes de enero, Nicol¨¢s Redondo, secretario general de UGT, cuestionara p¨²blicamente que la pol¨ªtica econ¨®mica "estuviera en las mejores manos" y asegurara que "ni ¨¦ste ni anteriores ministros han dado una en sus previsiones de inflaci¨®n". Carlos Solchaga pidi¨® una condici¨®n para retirar su dimisi¨®n: el respaldo p¨²blico a su gesti¨®n por parte del Gobierno. Al d¨ªa siguiente, Javier Solana declaraba que el ministro de Econom¨ªa contaba con el apoyo del presidente del Ejecutivo. Era un 28 de enero y hac¨ªa varios meses que las relaciones entre UGT y el Gobierno estaban a la m¨¢xima tensi¨®n.Aunque las discrepancias entre Nicol¨¢s Redondo y el Gobierno hab¨ªan comenzado pr¨¢cticamente desde que el partido socialista lleg¨® al poder, nunca, seg¨²n fuentes de UGT y del PSOE, "han estado tan mal las cosas como ahora". Manuel Chaves, ministro de Trabajo, es hoy por hoy el ¨²nico v¨ªnculo de uni¨®n que mantiene Redondo con el Ejecutivo.
La falta de acuerdo social y la diferencia de criterios sobre subida salarial -en torno al 5%, seg¨²n Econom¨ªa; el 7%, seg¨²n UGT- ha sido el bistur¨ª que ha profundizado una herida abierta desde hace meses entre el secretario general de UGT y el ministro de Econom¨ªa. Nadie se molesta ya en negar en los distintos ¨¢mbitos de la familia socialista esta batalla, que trasciende lo meramente personal.
La influencia de Redondo ha crecido en el seno de la UGT. La escasa contestaci¨®n al secretario general ha desaparecido casi totalmente a partir del debate que el pasado 19 de febrero mantuvo ante las c¨¢maras de TVE con el ministro de Econom¨ªa. S¨®lo en las federaciones del metal y qu¨ªmicas, pilotadas por Antonio Puerta y Matilde Fern¨¢ndez, respectivamente, se oyen cr¨ªticas a la gesti¨®n de Redondo.
El pulso
La negativa de Nicol¨¢s Redondo a que Puerta firmara el convenio general del metal en condiciones que no recog¨ªan el mandato del comit¨¦ confederal, ha sido interpretado como una respuesta y una advertencia del secretario general sobre qui¨¦n manda todav¨ªa en el sindicato. El convenio del metal estaba siendo considerado en c¨ªrculos empresariales y en algunos sectores del partido como un "pulso" entre la federaci¨®n m¨¢s fuerte de UGT y la ejecutiva del sindicato. Los responsables del metal terminaron doblando el brazo ante la direcci¨®n de la central socialista.Pero, en su conjunto la organizaci¨®n ha ocupado la misma trinchera que su l¨ªder en la batalla. Aunque Redondo dijera con cierta sorna que "no pido la dimisi¨®n de nadie porque es la mejor manera de confirmarlo en su cargo", lo cierto es que la uni¨®n de Madrid pidi¨® hace unos d¨ªas la dimisi¨®n de Solchaga, igual que ha insinuado recientemente la federaci¨®n de banca, que a trav¨¦s de su secretario general ha llegado a proponer que se analice si merece la pena continuar tan unidos al partido socialista.
Son eslabones de una misma cadena. Medios muy vinculados al PSOE hicieron correr la interpretaci¨®n de que "en el fondo s¨®lo se trata de un vasco que se enfrenta a un navarro", en alusi¨®n a los or¨ªgenes de sindicalista y ministro.
En UGT no se cree que sea cuesti¨®n personal. Redondo, siempre de acuerdo con estas versiones, no quiere que el socia lismo termine siendo s¨®lo un concepto y trata de salvarlo a trav¨¦s del sindicato, recogiendo la filosoria que el PSOE ha ido dejando en su ascenso al poder.
En el sindicato no se perdona a Solchaga que en un semanario recordara la colaboraci¨®n de UGT con la dictadura de Primo de Rivera. "Hizo lo que no ha hecho ni la derecha. Y, adem¨¢s, ocult¨® parte de la verdad, porque no dijo que en aquel momento Largo Caballero era a la vez el m¨¢ximo dirigente del sindicato y el partido", recuerda un miembro de la ejecutiva. Pero tampoco en el partido se olvida que Manuel Garnacho, hist¨®rico en la UGT y en el PSOE, declaraba hace unos d¨ªas con ¨¢cido humor que "el gran problema del pr¨®ximo congreso del PSOE ser¨¢ encontrar sitio para aparcar tantos coches oficiales".
Viejo problema
El enconamiento de lo que todos coinciden en aceptar como un viejo problema arranca en su aspecto formal del pasado verano, aunque antes las cosas tampoco discurrieran por caminos de rosas. Redondo hab¨ªa mostrado sus discrepancias con la previsi¨®n de inflaci¨®n y hab¨ªa conseguido que se elevara desde el 4% inicial al 5%. En enero, cuando se reinician con car¨¢cter formal las conversaciones, Redondo exige que la banda salarial arranque del 5% y suba como m¨ªnimo al 7%, argumentando que los trabajadores tambi¨¦n ten¨ªan que beneficiarse de la recuperaci¨®n econ¨®mica.Redondo, a partir de ese momento, comienza a marcar distancias respecto al Gobierno y lanza un mensaje muy sencillo: los trabajadores quieren vivir mejor, quieren un reparto m¨¢s justo de las cosas, y los sindicatos est¨¢n obligados a asumir y representar esas demandas. En ese nuevo esp¨ªritu la alianza con Comisiones Obreras, que tanto irrita al PSOE, se plantea como no se hab¨ªa hecho nunca.
Ahora, el temor entre los sectores m¨¢s reposados de partido y sindicato es que esta din¨¢mica de enfrentamientos haya llegado hasta una situaci¨®n irreversible. En ambas formaciones se comenta c¨®n preocupaci¨®n que "Nicol¨¢s ya no tiene por Felipe Gonz¨¢lez ese respeto que le hac¨ªa intocable". Hace unas semanas Redondo lo hab¨ªa advertido: "Soy fiel en primer lugar a la clase obrera, en segundo lugar a mi sindicato y mi partido, en tercer lugar a Felipe Gonz¨¢lez, pero como lo que es, secretario general del partido socialista".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.