Contradicciones mexicanas
ACABA DE concluir la XIII Asamblea Nacional del Partido de la Revoluci¨®n Mexicana (PRI), con un discurso de su presidente, Jorge de la Vega, centrado en criticar a la corriente democr¨¢tica que se ha formado en su seno, y que ha obtenido adhesiones de figuras prestigiosas y la simpat¨ªa de amplios sectores del partido. La respuesta oficial ha sido un rechazo tajante a las demandas de democratizaci¨®n del partido: De la Vega invit¨® incluso a los miembros de la corriente democr¨¢tica, si no cesaban en sus cr¨ªticas, a marcharse a otras formaciones pol¨ªticas. En el congreso del PRI abund¨® la satisfacci¨®n de fachada y los aplausos a los dirigentes hist¨®ricos, y en particular al presidente De la Madrid, que asisti¨® a la clausura. Pero el rasgo m¨¢s notable de la asamblea ha sido la aparici¨®n de esa corriente cr¨ªtica con voluntad de flexibilizar un partido anquilosado por 58 a?os de ejercicio del poder, y que ha ido perdiendo por ello su capacidad de mediaci¨®n entre la sociedad y el Estado.En efecto, el optimismo de rigor en el congreso del PRI contrasta con la gravedad de los problemas que el pa¨ªs tiene que afrontar. Cuando en el pasado mes de enero se inici¨® la huelga estudiantil que paraliz¨® la Universidad Aut¨®noma de M¨¦xico y que dio lugar a manifestaciones masivas, el Gobierno se esforz¨® por circunscribir la protesta al ¨¢mbito universitario. Con un paralelismo significativo, en puntos importantes, con lo ocurrido en Francia y en Espa?a, hizo concesiones serias, retir¨® un proyecto de reforma elaborado de forma burocr¨¢tica sin consultar ni a estudiantes ni a profesores y acept¨® incluso que un congreso representativo prepare la nueva reforma. Con estas decisiones, la situaci¨®n en la Universidad se ha sosegado, pero no as¨ª el clima general de descontento que crece en el pa¨ªs.
El deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica est¨¢ afectando hasta l¨ªmites angustiosos a capas muy extensas de la poblaci¨®n, lo cual ha dado lugar, al poco tiempo de concluir la lucha estudiantil, al estallido de huelgas obreras y de extensos movimientos de protesta. El sindicato de electricistas, que escapa al control que el PRI ejerce sobre una parte del movimiento sindical, ha declarado una huelga que afecta gravemente a los habitantes de la capital azteca y que estimula las reivindicaciones de otros sectores. La manifestaci¨®n de obreros y de estudiantes que recorri¨® el centro de la capital el 3 de marzo alcanz¨® una amplitud sin precedentes en M¨¦xico desde hace muchos a?os. Las reivindicaciones obreras plantean al Gobierno un problema mucho m¨¢s dificil que el de la Universidad. Rasgo b¨¢sico de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno es la austeridad, la contenci¨®n salarial, la disminuci¨®n de los subsidios con fines sociales, orientaci¨®n que dimana en gran parte de factores internacionales. Cuando M¨¦xico decidi¨® gestionar nuevos pr¨¦stamos para pagar los intereses de su deuda externa, los banqueros extranjeros le han exigido como punto esencial una pol¨ªtica de austeridad. Satisfacer las demandas salariales significar¨ªa poner en entredicho esa pol¨ªtica. Por otra parte, el descenso del nivel de vida es una realidad que no podr¨¢ dejar de tener efectos en el plano social.
A pesar de una situaci¨®n tan cargada de problemas graves, econ¨®micos y sociales, el mecanismo Pol¨ªtico del PRI para asegurar la elecci¨®n del futuro presidente seguir¨¢ funcionando como viene ocurriendo desde hace muchos a?os. Antes de finales de 1987 -a?o preelectoral-, el presidente De la Madrid descubrir¨¢ en el momento que juzgue m¨¢s oportuno al tapado, y el candidato ser¨¢ elegido en 1988 con garant¨ªa absoluta de vencer. Pero este sistema, que durante mucho tiempo ha reflejado el prestigio real del PRI en la sociedad, su papel como campe¨®n de un M¨¦xico independiente y progresista, descansa ahora en una utilizaci¨®n abusiva de los instrumentos del poder, incluso de formas represivas, para asegurar los resultados electorales. Se ensancha as¨ª el foso entre un pasado progresista y una actualidad de anquilosamiento burocr¨¢tico, entre la esfera oficial y la vida de las gentes. Proceso preocupante precisamente por el gran papel que desempe?a M¨¦xico en las relaciones internacionales, y que la democracia espa?ola valora de modo singular. Cabe esperar que, a pesar de su escaso ¨¦xito en la ¨²ltima asamblea del PRI, los vientos democratizadores que en ella han soplado ayuden a una futura adaptaci¨®n de ese partido a las necesidades contempor¨¢neas y a las exigencias de la democracia.
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