El Gobierno alban¨¦s es ahora m¨¢s tolerante con la religi¨®n
La espa?ola de abrigo de vis¨®n que hab¨ªa venido a Tirana con su marido, relacionado con el mundo del deporte, se sobrecogi¨® al descubrir que su gu¨ªa le hab¨ªa invitado a tomar un caf¨¦ en lo que antes hab¨ªa sido el altar de la iglesia de san Procopio, hoy restaurante del Lago. Le explicaron que las iglesias cristianas (ortodoxas o cat¨®licas) y las mezquitas fueron clausuradas como fumaderos del opio del pueblo en 1967. Fueron convertidas en centros de producci¨®n o monumentos nacionales, en algunos casos.
"La religi¨®n de los albaneses es Albania", declar¨® entonces Enver Hoxha a las masas, repitiendo el conocido verso de un poeta revolucionario alban¨¦s del siglo pasado.El Gobierno de Albania parece haberse dado cuenta de que la lucha contra la religi¨®n le da mala imagen. El museo del Ate¨ªsmo, de Shkodra, en el norte del pa¨ªs, est¨¢ siempre cerrado cuando el visitante extranjero quiere visitarlo. Ramiz Alia, sucesor de Enver Hoxha, cruzado del ate¨ªsmo, acaba de reiterar la vigencia de "la lucha contra la superstici¨®n religiosa", pero ya se admite que los viejos sigan practicando a escondidas religiones judeomoriscas. Las pr¨¢cticas de la circuncisi¨®n o del bautismo est¨¢n prohibidas.
Los albaneses ven en el catolicismo una reencarnaci¨®n de Mussolini, y en los ortodoxos, la avanzadilla cultural asimilacionista de Grecia y Yugoslavia. Con el islam se hacen excepciones. Cuando las delegaciones del antiimperialismo iran¨ª visitan Albania, a sus miembros se les asegura que el cordero que coman ha sido sacrificado por un cocinero que sabe d¨®nde est¨¢ La Meca y c¨®mo degollar al animal ritualmente.
No hay coches particulares. Los albaneses pueden recibir el regalo de una moto de un familiar que trabaje, por ejemplo, en ese centro visceral del capitalismo que, para Tirana, es Estados Unidos, pero no un coche, porque causar¨ªa un esc¨¢ndalo y en las cooperativas no le dar¨ªan gasolina. El autom¨®vil no es un tab¨² ideol¨®gico, y un d¨ªa llegar¨¢, "cuando tengamos m¨¢s infraestructuras, mejores pensiones y casas", explica el gu¨ªa. Muy querido debe ser el Partido del Trabajo, porque a su 45? aniversario le dedican tartas de varios pisos las mejores pasteler¨ªas de la capital. La verdad es que se las merece, porque bate todos los r¨¦cords de la eficiencia leninista: fundado el a?o 1941 en la trastienda del estanco de Enver Hoxha, lleg¨® al poder en 1945.
Un buen sueldo
Las tiendas est¨¢n modestamente abastecidas, pero no falta lo elemental y un poquito m¨¢s. Un buen sueldo son 13.000 pesetas, pero por el alquiler de un piso se paga un d¨ªa de salario. La electricidad es muy barata y se exporta en abundancia.
La cena en el mejor restaurante de Tirana, el Dajti, a base de lubina, ensalada, buen vino, tarta, caf¨¦ y co?¨¢ Skenderbeu, sale por 800 pesetas.
Una bicicleta cuesta el sueldo de un mes, y un traje, el de 20 d¨ªas. No hay colas y parece que Tirana est¨¢ mejor abastecida alimentariamente que Bucarest, a pesar de que Ruman¨ªa casi triplica la supuesta renta per c¨¢pita de Albania, considerada como secreto de Estado, cifrado en unos 1.000 d¨®lares anuales.
Se le dedican tartas al partido, pero se especula de forma venial contra sus mandamientos colectivizadores. En la c¨¦ntrica calle de Bajram Curri hay un descampado donde la gente vende, sin excesivo miedo, perlas de pl¨¢stico, cremas faciales de mala calidad venidas de Occidente y hasta pavos que sacan sus gaznates de los sacos de tela como periscopios en busca de polic¨ªas. En siete d¨ªas de frecuentes paseos por Tirana s¨®lo vimos un mendigo.
El divorcio por mutuo consentimiento no existe. "Eso ser¨ªa emprender la ruta del libertinaje", aseguran fuentes oficiales. En 1985 los tribunales concedieron un promedio de 92 divorcios por cada 1.000 matrimonios.
Una espa?ola, Conchita, ha ayudado a nacer a miles de tiran¨ªes, y, ya jubilada, tiene fama de ser una de las mejores ginec¨®logas del pa¨ªs. Las calles rezuman castidad. Y la natalidad es elevada.
Hace dos a?os, una actriz declar¨® que no pod¨ªa salir en una pel¨ªcula bes¨¢ndose, no por el qu¨¦ dir¨¢n del partido, sino por su novio, sus padres y sus vecinos.
Otra gran actriz albanesa, la bella Raymonda Bulku, admiti¨® a este peri¨®dico que un beso discreto exigido por el gui¨®n no le costar¨ªa el divorcio. "El trabajo es el trabajo", afirmaba, alzando sus ojos de colegiala. Acaba de terminar uno de los ¨¦xitos de la temporada sobre el amor de un pillastre por la hija de un hombre influyente. Ella descubre que ¨¦l es un caradura, y le deja.
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