P¨¢nico en la autopista
Los ataques con piedras contra veh¨ªculos han causado ya una muerte en la A-7
Josep Rovira Vilar¨®, de 14 a?os, viajaba con su padre el pasado 14 de febrero por la autopista A-7. Volv¨ªan a casa despu¨¦s de asistir a una feria en Valencia. Eran alrededor de las 21.30 horas cuando el impacto de una piedra de dos kilos, lanzada desde un puente, rompi¨® el parabrisas del coche y aplast¨® el pecho del muchacho, hundi¨¦ndole la tr¨¢quea y produci¨¦ndole la muerte casi instant¨¢nea. Esta tragedia reabri¨® el problema de la seguridad vial en Catalu?a, donde exist¨ªan precedentes de apedreamientos de veh¨ªculos desde pasos elevados. Los controles policiales no han dado resultado alguno y los ataques del loco de la autopista, como se le conoce ya, se han reproducido. Ahora, despu¨¦s de al menos otros cinco atentados, la polic¨ªa no cree que el autor de los ataques sea una sola persona.
Durante el viaje, padre e hijo comentaban la recepci¨®n que tres d¨ªas despu¨¦s se celebrar¨ªa en la Generalitat. El joven Josep Rovira se mostraba ilusionado por ver c¨®mo el presidente Jordi Pujol entregaba a su padre un premio por los avances tecnol¨®gicos realizados en la empresa familiar dedicada a la transformaci¨®n de pl¨¢sticos. La conversaci¨®n qued¨® brutalmente interrumpida en el kil¨®metro 190 de la A-7, tras pasar un fat¨ªdico puente situado entre las poblaciones de Vilafranca del Pened¨¦s y Sant Sadurni d'Anoia. Sebasti¨¤ Rovira detuvo su Renault-18 en el arc¨¦n. "Comprob¨¦ con rabia y con dolor que hab¨ªan matado a mi hijo", explica ahora, un mes despu¨¦s de la tragedia. ?l result¨® ileso.Josep Rovira fue trasladado inmediatamente al hospital comarcal de Vilafranca, pero ingres¨® cad¨¢ver. Ten¨ªa la tr¨¢quea rota. El impacto de la piedra le hab¨ªa producido asfixia y un paro cardiaco. Josep era el menor de cuatro hermanos y el ¨²nico que viv¨ªa en el domicilio familiar. Desde hac¨ªa un a?o, tras la muerte de su madre, viv¨ªa con su padre en Manlleu, cerca de Vic. Para la familia, la acci¨®n fue "brutal y absurda". Para el padre de Josep Rovira, el agresor no puede ser calificado de loco. "Es hacerle un bien; si lo atrapan y lo dejan ir por deficiente mental, volver¨¢ a las andadas".
Pistas sin resultados
Desde aquel 14 de febrero, la polic¨ªa puso en marcha un plan para detener al presunto homicida de Josep Rovira. "Se siguen algunas pistas, pero a¨²n no hay resultados", coment¨® esta misma semana un portavoz oficial. Las pesquisas policiales se han dirigido en dos direcciones: los colegios de la zona y los centros psiqui¨¢tricos. Parece haber coincidencia en que la muerte del joven Rovira es obra de un demente, pero no se descarta ninguna hip¨®tesis. La hora de este primer ataque, as¨ª como la de los posteriores, induce a descartar que el agresor -o agresores- sea un ni?o; sin embargo, existen antecedentes de colegiales que, provistos de tirachinas, han lanzado piedras desde algunos puentes de las autopistas catalanas.Tanto la Guardia Civil como los responsables de autopistas se muestran reacios a facilitar informaci¨®n sobre estas agresiones. Argumentan que se les debe dar el menor eco posible, para evitar un efecto mim¨¦tico y para que los controles de seguridad permitan "sorprender al autor o a los autores con las manos en la masa".
Tras el ataque mortal a Josep Rovira, se han producido al menos otros cinco atentados. El fin de semana posterior a la muerte del joven, un hombre de 40 a?os, que viajaba con su mujer en una furgoneta, pudo esquivar parcialmente la piedra lanzada desde un puente, con un golpe de volante que le hizo perder el control del veh¨ªculo. La piedra alcanz¨® una rueda, machacando la llanta. Esta agresi¨®n se produjo el 28 de febrero, tambi¨¦n en la A-7 y tambi¨¦n cerca de Vilafranca del Pened¨¦s. Seg¨²n las informaciones facilitadas por este conductor, la Guardia Civil le indic¨® que en el lugar se hab¨ªan producido otros dos ataques, de los que no existe confirmaci¨®n oficial.
El viernes 6 de marzo, a las 21.30 horas, hubo un nuevo atentado, esta vez en el punto kilom¨¦trico 168,5 de la A-7, en el t¨¦rmino municipal de Castellv¨ª de Ro?ana, algo distanciado de los anteriores, pero en la misma zona. Un autocar recibi¨® el impacto de un gran pedrusco que rompi¨® un cristal e hiri¨® levemente a uno de sus ocupantes. En esta ocasi¨®n, la piedra fue lanzada desde uno de los mont¨ªculos situado al lado de la autopista, probablemente para eludir el control policial de los pasos elevados.
Al d¨ªa siguiente, el s¨¢bado 7 de marzo, a las 4.30 horas, y al parecer desde el puente ubicado en el kil¨®metro 172 de la A-7, se lanz¨® otra piedra contra el coche del matrimonio formado por Ram¨®n Rubi¨® y Mar¨ªa Rosa Gustems. La piedra no logr¨® traspasar el parabrisas.
A requerimiento del alcalde de Vilafranca del Pened¨¦s, la Guardia Civil ha reforzado sus efectivos en esa zona, donde emplea agentes de paisano. Sin embargo, el loco de la autopista y sus hipot¨¦ticos imitadores han burlado por ahora los controles policiales, en los que colaboran miembros del personal de seguridad de Autopistas, Concesionaria Espa?ola, SA.
El ¨²ltimo atentado que se conoce ocurri¨® el pasado 10 de marzo, a las 17.30 horas, en el kil¨®metro 6 de la autopista A-18 (Barcelona-Terrassa), contra un turismo. La pedrada s¨®lo afect¨® al lateral del coche. La polic¨ªa considera esta agresi¨®n consecuencia del efecto mim¨¦tico y teme que pueda producirse un p¨¢nico generalizado entre los conductores ante lo que sigue considerando "hechos aislados, aunque preocupantes".
Un precedente mortal
A finales de 1986 se supo que el 6 de abril de 1984 un hombre hab¨ªa muerto en la A-7 en accidente de circulaci¨®n, cerca de Roda de Ber¨¤, a pocas decenas de kil¨®metros de Vilafranca del Pened¨¦s, tras recibir en el pecho un impacto de piedra. As¨ª lo afirm¨® p¨²blicamente Francesc Tell Muntan¨¦, hijo del accidentado. Dijo que su padre hab¨ªa muerto instant¨¢neamente de la pedrada, por lo que el veh¨ªculo dio varias vueltas de campana hasta estrellarse contra los ra¨ªles de protecci¨®n. Las versiones oficiales de los responsables de Autopistas puntualizan que la causa de aquel accidente nunca qued¨® clara".Francesc Tell no ha sabido desde entonces qui¨¦n o qui¨¦nes acabaron con la vida de su padre. Hasta ahora, este tipo de ataques suele quedar impune, como lo demuestra el hecho de que s¨®lo exista una ¨²nica sentencia contra agresores de automovilistas en autopistas. Esta condena fue dictada el pasado 23 de febrero por la juez de Arenys de Mar Nicolasa Garc¨ªa Rancero contra tres j¨®venes, de 16 y 17 a?os, que debieron pagar una multa conjunta de 90.000 pesetas.
Jos¨¦ Oriol Monrraba, Jorge Cardona y Jaime Tarrida fueron condenados por tirar piedras a la calzada de la A-17 en la noche del 21 de agosto de 1984, en el t¨¦rmino municipal de Sant Celoni. No se pudo demostrar que los tres j¨®venes, cogidos in franganti, fuesen los causantes de los da?os a dos veh¨ªculos que resultaron apedreados unos kil¨®metros m¨¢s all¨¢ del lugar de su detenci¨®n. Seg¨²n sus declaraciones, los j¨®venes lamentaban los ataques perpetrados contra los camiones espa?oles en Francia y decidieron atacar a los veh¨ªculos franceses.
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