Diego Quejada
Un sindicalista filipino que lucha por la descolonizaci¨®n del sistema educativo
Diego Quejada, de 36 a?os, es el secretario general de relaciones exteriores de la Alliance of Concerned Teachers of Phillippines, asociaci¨®n integrada en la World Confederation of Organizations of the Teaching Profession. Creada durante la dictadura de Marcos para combatir el sistema pol¨ªtico desde el frente de la educaci¨®n, Quejada manifiesta que la lucha de su asociaci¨®n contin¨²a en el marco de la inestable democracia de Cory Aquino: "Si no se cambia el sistema educativo no se cambia el pa¨ªs", sentencia.
La Alliance of Concerned Teachers of Phillippines nace en 1982 para dar respuesta a los intereses y los problemas de los profesores y garantizar los derechos democr¨¢ticos. Diego Quejada es el primer secretario general -cargo que abandona dos a?os despu¨¦s para ocupar la secretar¨ªa de relaciones exteriores- de la ¨²nica asociaci¨®n de este tipo existente en Filipinas. "Su creaci¨®n", dice, "es consecuencia inmediata de la detenci¨®n, en 1981, de 40 profesores". Un peaje no excesivamente elevado si se tiene en cuenta que, a?os despu¨¦s, otros cinco profesores -uno en Visayas (1983), dos en Bicol (1983) y otros dos en Mindanao (1984)- pagaban con su vida la defensa de los ideales de este sindicato que agrupa a 70.000 profesores y que se pronuncia sin ambages contra las bases estadounidenses."Ahora no se nos persigue", dice Diego Quejada, "pero la situaci¨®n del sistema educativo sigue siendo la misma, aunque se haya aprobado la escolarizaci¨®n obligatoria de los 12 a los a?os. Un derecho que figura en la nueva Constituci¨®n", a?ade, "pero que no se cumple". La Alliance pretende que se destine a educaci¨®n la mayor partida de los 3.200 millones de d¨®lares del presupuesto (actualmente es el 16%, y en este porcentaje se incluye tambi¨¦n los servicios sociales y los sanitarios), escolarizaci¨®n gratuita para todos los ciudadanos filipinos y en todos los niveles y que se descolonice el sistema educativo.
Quejada asegura que el sistema educativo de su pa¨ªs "no est¨¢ pensado para el pueblo filipino, sino que est¨¢ regido ahora por los intereses coloniales de Estados Unidos, como antes lo estuvo por los de Espa?a". "Cuando se ense?a el alfabeto", se?ala, "los maestros dicen a los ni?os: la a, de apple (manzana), cuando en nuestro pa¨ªs no hay manzanas". Indica tambi¨¦n que est¨¢ orientado para las clases dirigentes, las ¨²nicas que pueden pagar los 60 d¨®lares que cuesta la matr¨ªcula semestral en la universidad (como dato comparativo, un profesor cobra 100 d¨®lares al mes por 40 horas de trabajo semanales.)
Indica tambi¨¦n que "la ense?anza es p¨²blica, en un 90%, en sus primeros niveles; tanto por ciento que se va estrechando como un embudo hasta el 10% en la Universidad". Para Quejada, la frialdad de estos datos tiene una traducci¨®n inmediata: "El sistema educativo est¨¢ pensado para ense?ar a los hacendados a mantener sus propiedades o engrandecerlas y para educarles en los negocios".
Quiz¨¢ sus reivindicaciones sean quim¨¦ricas, pero juzga que podr¨ªan hacerse realidad "en un pa¨ªs rico". Con su mochila de peticiones pas¨® por Espa?a y otros nueve pa¨ªses europeos explicando su catecismo sobre el sistema educativo que ha de tener Filipinas. "Si se cambia, cambiar¨¢ el pa¨ªs, y con ello se afianzar¨¢ la democracia", concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.