La reconversi¨®n del campo andaluz

LA SENTENCIA del Tribunal Constitucional sobre la ley de Reforma Agraria, que desbloquea su aplicaci¨®n, va a permitir al Gobierno andaluz desarrollar un programa de reconversi¨®n de la agricultura andaluza -el sector de mayor peso en la estructura econ¨®mica de la regi¨®n- basado en dos premisas fundamentales: una pol¨ªtica productivista y de reordenaci¨®n de cultivos, y actuaciones puntuales sobre la estructura de la propiedad, con el objetivo de apartar del sector a empresarios que demuestran ineficacia en la gesti¨®n de la tierra, que, por sus caracter¨ªsticas de bien limitado, tiene una clara exigencia de rentabilidad social.El panorama actual de la agricultura andaluza presenta unas notas distintivas que justifican una actuaci¨®n planificadora por parte de la Administraci¨®n. En Andaluc¨ªa, el peso de la poblaci¨®n soportada por el sector se acerca al 20%, y pr¨¢cticamente dobla la media de la Comunidad Europea (CE). Los efectos de esta dimensi¨®n de la agricultura se traducen en la existencia de 136.437 perceptores del subsidio de desempleo agrario o de 54.562 trabajadores agrarios en paro censados en las oficinas de empleo. Las derivaciones de esta situaci¨®n, de la que son reflejo las movilizaciones de jornaleros que peri¨®dicamente se suceden en la regi¨®n, son unos niveles de ingresos que dif¨ªcilmente pueden cubrir las necesidades primarias de muchas familias, as¨ª como la existencia en varios aspectos de condiciones de vida tercermundistas.

El indudable esfuerzo de modernizaci¨®n que se ha realizado en la agricultura andaluza durante los ¨²ltimos a?os por parte de la iniciativa privada -la producci¨®n final agraria regional ha rondado en 1986 los 419.000 millones de pesetas- no ha bastado para resolver los grandes problemas de ese medio rural. Y ello se debe en buena medida, de acuerdo con los diagn¨®sticos de los expertos, a la falta de las adecuadas estructuras de comercializaci¨®n y a la inexistencia de una industria auxiliar que asegure la permanencia en Andaluc¨ªa del valor a?adido de las producciones.

Este es, sin demasiadas dudas, el frente prioritario en el que debe actuar la acci¨®n planificadora de la Junta de Andaluc¨ªa a trav¨¦s de la ley de Reforma Agraria. La inexistencia de estas estructuras es una grave carencia que se hace m¨¢s evidente en un momento en el que la integraci¨®n de Espa?a en la CE y la reforma de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC) exigen una profunda modernizaci¨®n para evitar una peligrosa p¨¦rdida de competitividad. Que la ley de Reforma Agraria sea el instrumento id¨®neo para resolver estos problemas es algo que todav¨ªa est¨¢ por ver. El primer intento, realizado en la comarca de Antequera (M¨¢laga) antes del bloqueo judicial del proceso, no cumpli¨® las expectativas y se limit¨®, en su aspecto m¨¢s espectacular, a la expropiaci¨®n de uso de unas tierras conceptuadas como de las peores de la comarca. Ciertamente, en la reforma agraria se evidencia una voluntad de modernizaci¨®n y de progreso. Pero tanto las caracter¨ªsticas del instrumento legal elegido y los fantasmas que se despiertan con la sola menci¨®n de su nombre m¨ªtico van a exigir un notable esfuerzo para no desviarse de los objetivos de racionalidad que se propugnan.