Marruecos amenaza a Espa?a y a la Comunidad Europea
Rabat, que considera en peligro su estabilidad, expulsar¨¢ a la flota pesquera si no hay fuertes compensaciones por la ampliaci¨®n de la CE
Las relaciones con el Magreb, y muy singularmente con Marruecos, constituyen la principal asignatura pendiente de la pol¨ªtica exterior espa?ola tras la integraci¨®n en la Comunidad Europea y en la Alianza Atl¨¢ntica. El r¨¦gimen de Rabat, acostumbrado a llevar la iniciativa en sus relaciones con Madrid, se siente ahora amenazado en su estabilidad por las consecuencias econ¨®micas de la integraci¨®n de Espa?a en la CE. Marruecos, para contrarrestar esta situaci¨®n, ha lanzado una ofensiva en dos frentes: la posible expulsi¨®n de la flota pesquera comunitaria (espa?ola en su mayor parte) y la exigencia de negociaciones bilaterales sobre Ceuta y Melilla. Esta doble presi¨®n se produce tras el relativo fracaso de la pol¨ªtica espa?ola, que no ha logrado crear un "colch¨®n de intereses". Las estrategias encontradas de Marruecos y la Comunidad Europea y Espa?a son expuestas a partir de hoy en un trabajo del Equipo de Investigaci¨®n de EL PA?S.
Marruecos ha amenazado sutilmente a Espa?a y a la Comunidad Econ¨®mica Europea (CE) con expulsar de sus aguas a nuestra flota pesquera. Setecientos barcos de Andaluc¨ªa y Canarias y decenas de miles de puestos de trabajo (unas 150.000 familias viven directa o indirectamente de este sector) pueden quedar inactivos a partir del 1 de agosto, como consecuencia de las medidas de presi¨®n anunciadas por Rabat para conseguir mayores ayudas financieras y m¨¢s amplias facilidades comerciales de la CE.El ministro de Asuntos Exteriores marroqu¨ª, que considera inaceptables las contrapartidas econ¨®micas ofrecidas por Bruselas como compensaci¨®n a la entrada de Espa?a y Portugal en la CE, no ha dudado en responsabilizar al Gobierno de Madrid y a la Comunidad del posible riesgo de una desestabilizaci¨®n pol¨ªtica en su pa¨ªs. "Parece como si ustedes quisieran, conscientemente, desestabilizarnos", le ha dicho textualmente el ministro Filali a su colega Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, al tiempo que condicionaba expresamente el futuro de nuestra flota pesquera en aguas de su pa¨ªs a una sustancial mejora en las contrapartidas ofrecidas a Rabat por la ampliaci¨®n de la CE.
Azaddine Gueossous, embajador de aquel pa¨ªs en Madrid, tambi¨¦n ha hecho saber al ministro espa?ol de Asuntos Exteriores y al secretario de Estado para la CE, Pedro Solbes, que Rabat no tiene ninguna prisa en llegar a un acuerdo comercial y financiero con la Comunidad, "porque no estamos contentos con lo que se nos ofrece", y que est¨¢n dispuestos a esperar al 31 de julio, fecha en que vence el actual acuerdo pesquero, para obtener lo que ahora se les niega.
El forzado regreso a puerto de nuestra flota pesquera constituye un instrumento de presi¨®n y de chantaje que habitualmente ha dado muy buenos resultados a Rabat. Desde la cesi¨®n del S¨¢hara, en 1975, la pesca y la reivindicaci¨®n de Ceuta y Melilla -que, sin citarse expresamente, ha flotado en el aire de todas las negociaciones bilaterales- han sido bazas suficientes para que Marruecos, el pa¨ªs m¨¢s d¨¦bil y subdesarrollado, haya impuesto a Espa?a sus condiciones en los acuerdos entre ambos Estados.
La historia de estas presiones o chantajes no es nueva. El ¨²ltimo Gobierno franquista entreg¨® el S¨¢hara sin una sola contrapartida, a excepci¨®n de la venta de una parte de las acciones de Fosbucraa, S A, la empresa que explotaba los f¨®sfatos de ese territorio, al Office Ch¨¦rifien des Phosphates (OCP) marroqu¨ª. Todas las dem¨¢s compensaciones, entre ellas la pesquera, han sido papel mojado.
La operaci¨®n Fosbucraa, que entonces pudo parecer interesante, constituye hoy uno de los negocios m¨¢s ruinosos que ha afrontado el INI en los ¨²ltimos a?os. El holding estatal vendi¨® al OCP el 65% de Fosbucraa, S A, empresa que contaba entonces con 5.000 millones de pesetas de capital. El OCP y el Banco Marroqu¨ª de Comercio Exterior se hicieron cargo, asimismo, del 65% del pasivo existente al cerrarse la operaci¨®n (17.000 millones de pesetas correspondientes a un cr¨¦dito internacional que hab¨ªa negociado el INI).
El pago del 65% de las acciones de Fosbueraa, S A, afortunadamente, se cobr¨® en especie. Espa?a traslad¨® a la Pen¨ªnsula, previamente al abandono del S¨¢hara, un mill¨®n de toneladas de f¨®sfato que se encontraban en los dep¨®sitos del yacimiento. No ocurri¨® as¨ª con los intereses y la amortizaci¨®n del pasivo citado, que Marruecos s¨®lo abon¨® hasta 1979. Hoy su deuda con el INI alcanza los 35.000 millones de pesetas. El holding estatal ha asurnido adem¨¢s el 35% de las constantes p¨¦rdidas de la empresa.
Los socios marroqu¨ªes en Fosbueraa, S A han propuesto a Espa?a, en los ¨²ltimos meses, convertir su deuda en capital y proceder a una ampliaci¨®n del inicial de la empresa. La parte espa?ola no ha aceptado la propuesta; aunque tampoco el INI se atreve a ejecutar la deuda por razones pol¨ªticas.
La baza de la pesca
Las pesquer¨ªas en aguas de Marruecos y el S¨¢hara, que han llegado a ocupar a m¨¢s de mil barcos, han constituido en los ¨²ltimos 10 a?os la mejor arma de presi¨®n de Rabat sobre Madrid.
En febrero de 1977, apenas un a?o despu¨¦s de la entrega del S¨¢hara, Espa?a firm¨® en Rabat un Acuerdo de Cooperaci¨®n en Materia Pesquera. El citado acuerdo, que nunca lleg¨® a cumplirse, conten¨ªa dos notas de singular importancia: la negativa espa?ola a reconocer la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre aguas del S¨¢hara y la irriposici¨®n marroqu¨ª de un proceso acelerado de transferencia de parte de nuestra flota pesquera a empresas de aquel pa¨ªs.
La cuesti¨®n de la soberan¨ªa se obvi¨® reconociendo a Marruecos derechos administrativos, exclusivamente, sobre las aguas al sur del cabo Noun, que son las del
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Marruecos amenaza a Espa?a y a la CE si no hay fuertes compensaciones por la ampliaci¨®n de la CE
Viene de la p¨¢gina anteriorS¨¢hara. Esta sutil distinci¨®n ha sido adoptada por la CE.
En abril de 1981, tras varios a?os de continuos apresamientos de pesqueros por patrulleras marroqu¨ªes y despu¨¦s de dos meses de amarre forzoso de la flota, se firm¨® un nuevo convenio con Marruecos, por un a?o, que fijaba condiciones duras para Espa?a: creaci¨®n de empresas conjuntas que ten¨ªan que marroquinizar (transferir a empresarios de este pa¨ªs) entre el 40% y el 50% de sus flotas en un per¨ªodo de cinco a?os y con cr¨¦ditos oficiales espa?oles. Adem¨¢s, el Gobierno concedi¨® a Rabat un cr¨¦dito de 3.525 millones de pesetas.
En 1983, en condiciones todav¨ªa mucho m¨¢s severas, se firm¨® el actual acuerdo pesquero. La flota espa?ola en estas aguas, en virtud de dicho acuerdo, ha reducido en los cuatro a?os de vigencia su tonelaje en un 25% (de 108.000 a 78.500 toneladas) y sus barcos en un 30% (de 920 a 698 unidades). Y a cambio de este convenio, adem¨¢s, el Gobierno de Madrid concedi¨® a Marruecos cr¨¦ditos blandos (a bajo inter¨¦s y muy largo per¨ªodo de amortizaci¨®n) por valor de 550 millones de d¨®lares. La mayor ayuda crediticia concedida por Espa?a de una sola vez a un tercer pa¨ªs.
Este acuerdo, aunque ha sido muy oneroso seg¨²n fuentes de la Administraci¨®n, ha permitido mantener la actividad en aquellos caladeros y ha reportado cuantiosos beneficios a una docena de empresas. Se ha pescado m¨¢s de lo autorizado; y algunos empresarios han transferido sus barcos a Marruecos, pero siguen controlando la descarga y comercializaci¨®n de las capturas y el avituallamiento de los barcos.
Deudas y armas
Las condiciones impuestas por Rabat en la pesca no han impedido que la balanza comercial haya sido en los ¨²ltimos a?os muy beneficiosa para Espa?a (la cobertura de exportaciones sobre importaciones supera el 150%).
La bondad de estos datos queda atemperada, no obstante, por la creciente insolvencia marroqu¨ª y por la naturaleza de los bienes que se intercambian, que facilitan una r¨¢pida sustituci¨®n del pa¨ªs suministrador.
Las deudas de Marruecos con Espa?a, unos 53.000 millones de pesetas a finales de 1986 en operaciones comerciales a medio y largo plazo, tambi¨¦n ponen en cuarentena la bondad de nuestro saldo de intercambios. La Compa?¨ªa Espa?ola de Seguros de Cr¨¦dito a la Exportaci¨®n (CESCE), que es la instituci¨®n oficial encargada de respaldar las operaciones de comercio exterior, ha suspendido el aseguramiento de las ventas a aquel mercado.
Espa?a, al margen de la deuda de 53.000 millones de pesetas asegurada y contabilizada por CESCE, ha suministrado a Marruecos armas y material de uso militar por un valor de 326 millones de d¨®lares (unos 43.000 millones de pesetas). Esta operaci¨®n ha sido financiada en un 80% con los cr¨¦ditos blandos concedidos a Marruecos en el marco del ¨²ltimo acuerdo de pesca. El otro 20% ha sido financiado por las firmas suministradoras y por un grupo de bancos liderado por Aresbank.
La Empresa Nacional Baz¨¢n (seis patrulleras por 105 millones de d¨®lares), ENASA (1.582 camiones por 171 millones de d¨®lares), Land Rover Santana (1.645 jeeps todo terreno por 30 millones de d¨®lares) y las empresas nacionales de ¨®ptica ENOSA y de electr¨®nica INISEL (radar, transmisores y elementos ¨®pticos de visi¨®n nocturna por 20 millones de d¨®lares), han sido las firmas espa?olas beneficiadas por tan suculento contrato.
La aplicaci¨®n de cr¨¦ditos FAD (Fondos de Ayuda al Desarrollo a 20 a?os, con cinco de carencia y un tipo de inter¨¦s del 5,55%) y de cr¨¦ditos acogidos al Consenso OCDE (8,1% de inter¨¦s y 8,5 a?os de amortizaci¨®n) a exportaciones militares, ha provocado serio malestar en algunos ministerios, singularmente en Asuntos Exteriores, y entre un amplio sector del empresariado, que pensaba apoyarse en estos cr¨¦ditos para suministrar a Marruecos bienes productivos.
El hincapi¨¦ de Rabat en aplicar los cr¨¦ditos del acuerdo de pesca a material de uso militar (los gastos de defensa no est¨¢n sujetos a las restricciones que ha impuesto el Fondo Monetario Internacional a este pa¨ªs), junto al inter¨¦s de los ministerios espa?oles de Industria y Defensa para que se llevara a efecto esta operaci¨®n, contribuy¨® de forma decisiva a que se firmaran estos contratos. La controversia con Asuntos Exteriores, sin embargo, retras¨® su tramitaci¨®n. Finalmente, y dada la escasa ortodoxia de destinar ayudas al desarrollo a financiar ventas militares, se decidi¨® considerar tales contratos (patrulleras, veh¨ªculos, transmisores y radares) como de car¨¢cter civil y evitar as¨ª la preceptiva autorizaci¨®n de la Junta Interministerial de Exportaciones de Armas y Explosivos.
El Gobierno espa?ol tiene pendientes de aprobaci¨®n, adem¨¢s, solicitudes de adquisici¨®n de municiones, obuses y minas por parte de Marruecos, por un importe cercano a los 200 millones de d¨®lares. Hace unos meses, la Junta de Exportaci¨®n de Armas y Explosivos no autoriz¨® una operaci¨®n de la sociedad Trebal (Explosivos Alaveses, Empresa Nacional Santa B¨¢rbara y Esperanza y C¨ªa) que hab¨ªan concedido ya a Marruecos, para su formalizaci¨®n, un cr¨¦dito de 91,5 millones de d¨®lares. Operaciones todas ellas al margen del cr¨¦dito del acuerdo de pesca.
La entrada de Espa?a en la CE ha perjudicado a Marruecos, cuyo comercio exterior depende casi en un 70% de la Europa de los doce, y ha cambiado las reglas del juego en las relaciones bilaterales de ambos pa¨ªses.
Nuevos y viejos agravios
La integraci¨®n ha afectado gravemente a la econom¨ªa de Marruecos porque gran parte de sus exportaciones a la CE (agrios, tomates y otros productos hortofrut¨ªcolas) coincide con producciones de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, y porque su situaci¨®n previa al ingreso de Espa?a le daba ciertas ventajas arancelarias a la hora de competir con nuestro pa¨ªs. La CE, que se comprometi¨® a mantener las corrientes tradicionales de exportaci¨®n de los pa¨ªses mediterr¨¢neos, tras la ampliaci¨®n, elabor¨® nuevos protocolos comerciales para los mismos.
Pero Marruecos se ha negado a firmarlos. Sostiene que la oferta comunitaria es regresiva, porque impide un incremento de las exportaciones en el futuro; porque tiene como l¨ªmite 1995-1996 (fecha en que Espa?a estar¨¢ totalmente integrada en estas producciones); y porque los mecanismos que se le proponen van a ir paulatinamente situ¨¢ndoles en desventaja.
Rabat tampoco acepta los acuerdos financieros que se proponen, al considerarlos insuficientes, y acusa a Espa?a de haber presionado con ¨¦xito a la CE para que se redujeran las exportaciones tradicionales de Marruecos al Mercado Com¨²n. Espa?a, que paraliz¨® durante meses estos acuerdos, ha explicado una y otra vez que nunca discuti¨® las cantidades ofrecidas a este pa¨ªs y que con el bloqueo de los acuerdos lo ¨²nico que pretend¨ªa es que a Canarias no se le aplicase un sistema peor que a los pa¨ªses terceros mediterr¨¢neos.
Marruecos pide un tratamiento excepcional respecto a otros pa¨ªses mediterr¨¢neos, debido al enorme peso de la CE en su econom¨ªa y a su deseo de incorporarse -lo ha solicitado ya- a la Europa de los doce.
El ministro de Asuntos Exteriores, Filali, seg¨²n testigos, dijo textualmente a Fern¨¢ndez Ord¨®?ez en octubre pasado: "Parece como si la CE quisiera, conscientemente, desestabilizar ciertas regiones. Nosotros necesitamos que nuestros socios comerciales nos apoyen. Nos estamos democratizando, pero la situaci¨®n actual nos desestabiliza".
Un alto cargo marroqu¨ª, en privado, insisti¨® en los ¨²ltimos d¨ªas: "A EE UU y a la CE por razones pol¨ªticas les interesa un Marruecos estable y prooccidental; pero esto tiene un precio. Tres millones de marroqu¨ªes viven del cultivo de agrios y productos hortofrut¨ªcolas y si la CE cierra las puertas a estos productos, se pueden producir fen¨®menos de desestabilizaci¨®n social y pol¨ªtica. No tendr¨ªamos otro remedio que dirigirnos a los pa¨ªses del Este, cuya influencia tendr¨ªa repercusiones de todo tipo".
Marruecos amenaza a Espa?a y a la CE si no hay fuertes compensaciones por la ampliaci¨®n de la CE
y junto a estas advertencias, una amenaza: "No habr¨¢ acuerdo de pesca con Espa?a y la CE si no llegamos a un entendimiento en los temas comerciales y financieros. Todo est¨¢ ligado".A estos nuevos agravios hay que a?adir otro, que viene de lejos: la prohibici¨®n de tr¨¢nsito por Espa?a de los productos marroqu¨ªes. Una reuni¨®n de ministros de los departamentos afectados, convocada por Exteriores, termin¨® como el rosario de la aurora: Carlos Romero, titular de Agricultura, se opone al tr¨¢nsito, que en cambio defienden los ministerios de Transportes y de Asuntos Exteriores. Las presiones del lobby naranjero valenciano han sido decisivas para la prohibici¨®n. Los partidarios de la autorizaci¨®n argumentan que este sector de intereses controla suficientemente el rriercado europeo, adem¨¢s de los beneficios que reportar¨ªa a los transportistas. Y que en cualquier caso, con la prohibici¨®n, Espana incumple acuerdos internacionales de transporte y el Tratado de Roma.
Rabat, en estas circunstancias, repite una y otra vez que no tiene prisa en aceptar las propuestas comerciales y financieras de la Comunidad, porque no le gustan, y que prefiere aguardar a la expiraci¨®n del vigente acuerdo de pesca con Espa?a -termina el 31 de julio- para volver a reconsiderar todos los temas.
La Comunidad, a quien corresponde la negociaci¨®n de los nuevos acuerdos pesqueros con Marruecos (art¨ªculo 167 del Tratado de Adhesi¨®n de Espa?a y Portugal), ha realizado ya varias visitas a Rabat y ha entregado a las autoridades marroqu¨ªes una primera propuesta. No ha habido respuesta por parte de Marruecos y un alto cargo de este pa¨ªs ha comentado que el documento de la CE es inaceptable.
Firmeza de la CE
La postura de la CE es la de no modificar en ning¨²n caso los protocolos comerciales y financieros y limitarse a discutir sobre los recursos pesqueros marroqu¨ªes y el acceso a los mismos. La Administraci¨®n espa?ola, por su parte, se escuda oficialmente en que el pr¨®ximo acuerdo de pesca es una cuesti¨®n de la CE y Marruecos, pero no ignora que los problemas de un forzado amarre de la flota van a afectar esencialmente a Espa?a; al margen de que la CE sea quien abone, en ¨²ltima instancia, el coste de esta ?nactividad o quien tenga la responsabilidad de buscar nuevos caladeros si no hubiese acuerdo.
Funcionarios espa?oles reconocen, no obstante, que habr¨¢ que conceder nuevos cr¨¦ditos. "El actual acuerdo de pesca ha sido muy caro; le dimos 550 millones de d¨®lares a Marruecos, y Rabat no se va a conformar con menos en el pr¨®ximo. La CE no va a llegar ni mucho menos a esa cantidad, porque los Estados del norte no lo van a consentir, y habr¨¢ que buscar una compensaci¨®n bilateral para que firmen".
Madr¨ªd y Bruselas ven inevitable un duro enfrentamiento con Marruecos, pero est¨¢n convencidas de que Rabat no puede permitirse una ruptura con la CE ni puede prescindir, dados sus niveles de endeudamiento, de los mercados espa?ol (34 kilos por habitante y a?o) y comunitario (ocho kilos por habitante y a?o) para sus recursos pesqueros.
Espa?a, para facilitar la firma, podr¨ªa conceder a Marruecos aparte de una ayuda financiera: el derecho al tr¨¢nsito de sus mercanc¨ªas por nuestro pa¨ªs, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas. Marruecos acrecentar¨¢ o disminuir¨¢ su presi¨®n sobre Ceuta y Melilla en funci¨®n de la marcha de las negoclaciones con la CE, a?aden las citadas fuentes
La fortaleza del d¨¦bil
Marruecos debe al mundo 14.000 millones de d¨®lares (m¨¢s del 100% de su producto interior bruto) y se gasta cada d¨ªa -seg¨²n estimaciones militares espa?olas- entre 1,5 y 2 millones de d¨®lares en la guerra del S¨¢hara.Cuenta con 23 millones de habitantes, de los que el 57% tienen menos de 20 a?os, y padece unas elevad¨ªsimas tasas de natalidad (2,6%) y analfabetismo (65%). Carece de petr¨®leo y gas, y su agricultura es incapaz de abastecer a la poblaci¨®n. La balanza comercial presenta fuertes d¨¦ficit (el valor de lo exportado no llega a cubrir el 55% de los bienes y servicios que importa).
Hassan II, rey y jefe supremo de la Iglesia nacional, rige desde hace 26 a?os los destinos de Marruecos combinando un r¨¦gimen parlamentario y de partidos con un poder personal claramente autoritario. "La situaci¨®n pol¨ªtica" de este pa¨ªs, se afirma en un reciente documento confidencial de la Administraci¨®n espa?ola, "es muy comprometida y las perspectivas de estabilidad son muy lejanas. La difusi¨®n de un integrismo isl¨¢mico de corte populista y el reforzamiento y modern¨ªzaci¨®n de sus fuerzas armadas, como consecuencia de la guerra del S¨¢hara, representan peligros importantes para la monarqu¨ªa constitucional alau¨ª".
"Existen grandes obst¨¢culos", agrega el documento, "para que la econom¨ªa marroqu¨ª pueda recuperarse en un futuro inmediato de la larga crisis que soporta".
Las malas perspectivas de los productos primarios en los mercados internacionales, los efectos negativos de la ampliaci¨®n de la CE, y la disminuci¨®n de las remesas de divisas enviadas por los emigrantes, a?ade el documento, no auguran una pronta recuperaci¨®n de su econom¨ªa.
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