Las barbas del enga?o

Los acusados en el juicio de la colza han hecho todo lo posible desde que comenz¨® la vista p¨²blica para ocultarse de los fot¨®grafos y los periodistas. Pero dos de ellos han sido los m¨¢s originales: El¨ªas Ferrero y C¨¢ndido Hern¨¢ndez Gal¨¢n, los propietarios de la firma Raelca junto con su socio Ram¨®n Ferrero, aparecieron con unas flamantes barbas.El primer d¨ªa, ning¨²n periodista les reconoci¨®, tan lejanos de aquellos rostros m¨¢s barbilampi?os de las fotograf¨ªas que facilitaron las autoridades cuando fueron detenidos, o de lasque se obtuvieron despu¨¦s tras su ingreso en la prisi¨®n de Carabanchel. A esa dificultad aparentemente natural se a?ad¨ªan unas gafas oscuras que les daban cierto aire de actores de inc¨®gnito durante unas vacaciones en Marbella.

Pronto comenzaron las sospechas, ante lo parecido de los suplementos vellidos que ambos mostraban. No s¨®lo se empez¨® a sospechar que los dos se hab¨ªan colocado unas barbas postizas sino que adem¨¢s las hab¨ªan comprado en la misma tienda.

La soluci¨®n comenz¨® a llegar cuando se les pudo apreciar desde atr¨¢s, desde su coronilla. Curiosamente, las barbas no cubr¨ªan la papada, sino s¨®lo la barbilla, igual que les ocurre a los Reyes Magos que reparten los juguetes en los orfelinatos. Despu¨¦s lo reconoc¨ªan sus abogados: efectivamente, eran barbas postizas. Se las ponen cuando empieza el juicio y se las quitan cuando vuelven a casa.