Camachismo
No s¨¦ qui¨¦nes son m¨¢s temibles, si los proveedores de ideolog¨ªa de la Moncloa o los portavoces de ideolog¨ªa de la Moncloa. El ministro Solana y el se?or Txiki Benegas se reparten el papel de portavoces: el primero habla para la opini¨®n p¨²blica desde el Gobierno y el segundo lo hace desde el partido. L¨®gicamente, el se?or Solana est¨¢ obligado a la esquizofrenia entre lo que sabe y lo que dice, entre lo que piensa y lo que expresa. Pero Txiki Benegas es el portavoz de un grupo social, no de un Gobierno, y est¨¢ obligado a ser portavoz no s¨®lo de un partido, sino de los millones de ciudadanos que han depositado su confianza en ese partido.No s¨¦ si el invento del camachismo es de Benegas o de cualquiera de los proveedores de ideolog¨ªa de la Moncloa, pero es una desafortunada reducci¨®n pol¨ªtica y ling¨¹¨ªstica de lo que est¨¢ pasando en este pa¨ªs. Si el se?or Benegas quiere crear un chivo expiatorio, enemigo interior de nuestra supuestamente pac¨ªfica convivencia, est¨¢ falseando la realidad y se comporta como un propagandista sectario. Si el seflor Benegas cree sinceramente que el camachismo es la cuesti¨®n, que el camachismo es lo que entorpece ese buc¨®lico sendero hacia el cambio y la modernidad, es que el se?or Benegas no sabe ni lo que se dice ni lo que se piensa.
?Qu¨¦ tiene que ver el camachismo con la protesta de una juventud que estudia para desempleados sin subsidio? ?Qu¨¦ tiene que ver el camachismo con la vergonzosa situaci¨®n asistencial de la sanidad espa?ola, que est¨¢ alcanzando niveles ugandeses? ?Se ha inventado Camacho la angustia desesperada de los trabajadores reconvertidos y por reconvertir?
El ataque, la personalizaci¨®n del mal en Camacho, se parece al viejoJuego de matar al mensajero que trae malas noticias. Tambi¨¦n se parece al viejo truco empleado por los directores generales de Seguridad del antiguo r¨¦gimen, que ante cualquier dificultad se sacaban el peligro comunista de la bragueta. Ahora el seflor Benegas se saca el peligro camachista. Del mismo sitio.
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