Suharto espera reforzar su posici¨®n en los comicios de la semana pr¨®xima en Indonesia
Los indonesios acudir¨¢n a las urnas el pr¨®ximo jueves para renovar 364 de los 460 esca?os de la C¨¢mara de Diputados (los 96 restantes son designados por las fuerzas armadas), en una contienda donde el partido oficial, Golkar, espera aumentar su mayor¨ªa y superar el 70% de los votos emitidos. De cumplirse las previsiones, en este pa¨ªs con m¨¢s de 175 millones de habitantes, el presidente, el general Suharto, en el poder desde 1965, ver¨ªa reforzada su posici¨®n ante la elecci¨®n presidencial del pr¨®ximo a?o.
La campa?a electoral se ha desarrollado bajo los principios del Pancasila, la doctrina oficial que marca las reglas del juego para la oposici¨®n, organizada en dos partidos minoritarios que ven restringidas y controladas sus actividades electorales, tanto en horarios como en temas.Tambi¨¦n la Prensa extranjera est¨¢ sujeta a controles y autorizaciones para poder seguir la campa?a electoral en este pa¨ªs bajo r¨¦gimen autoritario desde la crisis de 1965, cuando el Ej¨¦rcito, encabezado por Suharto, desencaden¨® una ola de represi¨®n en gran escala contra el Partido Comunista de Indonesia (PKI).
Nueve condenados a muerte de aquella, ¨¦poca fueron ejecutados el pasado oto?o, en claro s¨ªmbolo de fortaleza del r¨¦gimen y en se?al de que en Indonesia no se reproducir¨¢ el ejemplo de una people revolution, al ejemplo de la que derroc¨® al dictador Ferdinand Marcos, en febrero del a?o pasado, en Filipinas.
Los dos partidos autorizados de la oposici¨®n -el Partido Unido para el Desarrollo (PPP), considerado tradicionalmente como el partido religioso isl¨¢mico (religi¨®n que profesa el 90% de la poblaci¨®n), y el Partido Democr¨¢tico de Indonesia (PDI), fundado hace 50 a?os por Sukarno- esperan tambi¨¦n mejorar sus posiciones en la C¨¢mara de Diputados.
En cualquier caso, la elecci¨®n del pr¨®ximo 23 no puede considerarse como una prueba de eventual cambio pol¨ªtico, ya que los verdaderos poderes no radican en el Parlamento, sino en la figura del presidente Suharto, cuyo actual mandato presidencial expira el pr¨®ximo a?o y todas las previsiones apuntan a que ser¨¢ reelegido por cuarta vez. Para los analistas, la verdadera prueba de la pol¨ªtica indonesia llegar¨¢ en el momento del relevo del general Suharto, aunque todo parece indicar que su eventual sucesor ser¨¢ otro general, el jefe de las fuerzas armadas y jefe de la Agencia Nacional de Seguridad, el general Benny Murdani.
Los militares indonesios tienen una gran influencia en la Administraci¨®n y negocios del pa¨ªs, junto con el poderoso partido del Golkar, que cuenta con unos 12 millones de miembros.
Corrupci¨®n y pobreza
La campa?a electoral est¨¢ centrada en asuntos de progreso econ¨®mico y social, "porque el desarrollo econ¨®mico es prioritario a la pol¨ªtica", seg¨²n la doctrina del partido en el poder. La creaci¨®n de empleos, la lucha contra la corrupci¨®n y la mejor distribuci¨®n de la riqueza nacional son los temas favorirtos de la campa?a. La ca¨ªda en el precio internacional del petr¨®leo ha sido para Indonesia, un importante productor mundial de crudo, uno de los principales factores de crecimiento de la deuda externa, que supera los 26.000 millones de d¨®lares (3,3 billones de pesetas), seg¨²n fuentes del Banco Asi¨¢tico de Desarrollo.El r¨¦gimen de Suharto dio prioridad, en principio, a los programas de desarrollo agr¨ªcola, logrando incrementar espectacularmente la producci¨®n de arroz y otros cereales. Sin embargo, la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, la corrupci¨®n y el r¨¢pido crecimiento demogr¨¢fico del pa¨ªs m¨¢s poblado del sureste asi¨¢tico han sumergido de nuevo a Indonesia en una profunda crisis econ¨®mica.
En Yakarta los medios de la oposici¨®n pol¨ªtica se refieren ir¨®nicamente a la primera dama, la se?ora Tien, como la se?ora Ten per cent (Diez por ciento), debido a lo que denuncian como un estilo de corrupci¨®n consistente en imponer, directa o indirectamente, comisiones de esa ¨ªndole en los grandes negocios del pa¨ªs. Mediante este sistema, afirma la oposici¨®n, la familia gobernante ha amasado una fortuna considerable, calculada en miles de millones de d¨®lares, como la que detentaba el matrimonio de Ferdinand Marcos e Imelda en Filipinas. La revelaci¨®n de esta fortuna el a?o pasado en la Prensa de Australia, principal vecino de Indonesia, origin¨® una tensi¨®n pol¨ªtica sin precedentes entre ambos Gobiernos.
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