Las v¨ªctimas del ruido
El ruido es el problema que m¨¢s salvajemente incide sobre la poblaci¨®n y al que hay que tratar prioritariamente, seg¨²n el autor. El 80% de los espa?oles sufre ruidos por encima de lo saludable y uno de los principales causantes, especialmente en la gran ciudad, son los veh¨ªculos a motor. Los autobuses municipales, incluso los nuevos, superan los 95 decibelios.Las v¨ªctimas causadas por los veh¨ªculos las podemos encuadrar en dos grandes grupos: las directas y las inducidas. Las primeras son las v¨ªctimas producidas por accidentes: 5.000 muertos, 100.000 heridos y 400.000 millones de pesetas en p¨¦rdidas en un a?o.
Las v¨ªctimas inducidas son las causadas por los efectos nocivos del autom¨®vil: contaminaci¨®n ac¨²stica y por humos. Seg¨²n los datos manejados por la OCDE, el 80% de la poblaci¨®n espa?ola est¨¢ sometido a niveles intolerables de ruidos: a 25 millones de espa?oles se nos acelera la marcha a la eternidad.
Para la recogida y constataci¨®n de datos que avalan todo lo anteriormente expuesto hemos utilizado el barrio de Castilla, situado en el distrito de Chamart¨ªn de la Rosa, una superficie aproximada de un mill¨®n de metros cuadrados.
Las conclusiones se pueden aplicar a cualquiera de los hacinamientos urbanos del Estado, para desgracia de muchos, ya que en esa superficie se dan la mayor¨ªa de los desatinos de la mala planificaci¨®n, la absoluta ignorancia del futuro y la no evaluaci¨®n del diferente desarrollo, tanto t¨¦cnico como cient¨ªfico, de las diversas disciplinas que en los planteamientos urbanos modernos racionales deber¨ªan entrar a formar parte. Los responsables del urbanismo en vez de crear un espacio exterior agradable y acogedor lo que han conseguido es que sea repulsivo y agresor.
Por una parte se est¨¢ perge?ando uno de los ¨²ltimos desatinos urban¨ªsticos de la zona: la reordenaci¨®n de la plaza de Castilla. Con la actual densidad de tr¨¢fico general, dicha plaza y su entorno es uno de los focos de contaminaci¨®n y problemas circulatorios m¨¢s grandes de la ciudad. Si a esto sumamos el macizamiento o hacinamiento planeado sobre unos solares virtuales (ya que si prolong¨¢semos los laterales de la Castellana en direcci¨®n norte estos solares desaparecer¨ªan), el caos que se nos avecina ser¨¢ irresoluble, aparte de insoportable.
Por otra parte, teniendo el nudo Norte o de Manoteras con terreno abundante a su alrededor, es ah¨ª donde podr¨ªa situarse el intercambiador norte del siglo XXI, incluso para terminal de un tren monoviga que conectase con el aeropuerto. La actuaci¨®n que se est¨¢ planeando nos muestra en sus ¨²ltimas consecuencias el fin de la misma: la perenne e irracional especulaci¨®n y el desprecio absoluto por los ciudadanos.
Autobuses ruidosos
Para redondear esta situaci¨®n, nuestro Ayuntamiento, y no es el ¨²nico, ha puesto en circulaci¨®n un modelo de autob¨²s no integrable en el espacio urbano por ser, principalmente, el m¨¢s ruidoso de su clase y es al menos tan inc¨®modo para el ciudadano como los anteriores.
El Ministerio de Industria, encargado de la homologaci¨®n de veh¨ªculos, deja pasar esta obsolescencia mec¨¢nica con una emisi¨®n de ruido que llega a los 95 decibelios, am¨¦n de otras caracter¨ªsticas indeseables. Mucho tem¨ªamos que los autobuses s¨®lo iban a tener de moderno la pintura y no la ingenier¨ªa (informativo Villa de Madrid del 14 de mayo de 1982, escriben los madrile?os).
Es aqu¨ª donde la credibilidad de nuestros gestores queda por los suelos, y tambi¨¦n cuando anuncian reiteradamente sus prop¨®sitos de mejorar la situaci¨®n ya insostenible en cuanto a contaminaci¨®n ac¨²stica se refiere. Tres ejemplos: a) La puesta en servicio de dichos autobuses. b) Prohibici¨®n de publicidad m¨®vil (¨¦sta no es solamente m¨®vil, sino tambi¨¦n parlante con estridentes altavoces). c) Los medios de comunicaci¨®n y las juntas municipales est¨¢n llenas de cartas de protesta donde los ciudadanos expresan su angustia de no poder ni dormir debido a los diversos ruidos, y hasta la fecha todos hemos sido despectivamente deso¨ªdos. Todo parece indicar que el Ayuntamiento en vez de gestionar es gestionado.
Los medios t¨¦cnicos usados por el Ayuntamiento hasta la fecha no han dado ning¨²n resultado positivo. Muchas ciudades y pueblos de nuestra geograf¨ªa, consciente del peligro para sus habitantes, iniciaron acciones para paliar o erradicar los efectos nocivos de un tr¨¢fico salvaje sobre su poblaci¨®n, construyendo desv¨ªos o instalando limitadores de velocidad.
En nuestra ciudad, algo al respecto est¨¢ todav¨ªa por ver, clara muestra del alejamiento de nuestras autoridades de la realidad y de los ciudadanos. En cuanto a los medios humanos de que dispone, hace tiempo que deb¨ªan haber sido sustituidos, al menos en sus tareas de control de tr¨¢fico, ya que con su talante y escasa preparaci¨®n no controlan absolutamente nada. Una vez m¨¢s en nuestra historia, los ciudadanos contemplamos la ineptitud del espa?ol, en general, para desempe?ar una funci¨®n p¨²blica con horizontes amplios y sociales.
Al respecto podr¨ªamos hacer una petici¨®n al ministerio fiscal: aplique el art¨ªculo 124 de la Constituci¨®n en defensa de 25 millones de espa?oles o, si lo prefiere, act¨²e de oficio. O bien, ya que somos ciudadanos europeos, podremos llevar ante las m¨¢s altas instituciones de la Comunidad Europea esta alarmante situaci¨®n: los derechos humanos y dem¨¢s tratados internacionales al respecto, firmados por el Estado espa?ol, se est¨¢n violando en la v¨ªa p¨²blica y en nuestros hogares a causa de la contaminaci¨®n.
Luis S¨¢nchez Fern¨¢ndez es ingeniero t¨¦cnico de Telecomunicaciones.
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